Aborto en caso de violación . Leonel Sanchez J.
Un
debate serio sobre el aborto – que permita generar las respectivas políticas
públicas – debe comenzar por distinguir los diversos tipos de aborto conforme a
las causas que se invoquen, independiente de la posición doctrinaria que se
tenga sobre el aborto en general.
En
tal sentido quisiera agradecer al senador Ignacio Walker por reinstalar en el
debate público legislativo, y de generación de políticas públicas, un tema que
se ha debatido “detrás del aborto terapéutico”, el cual no se ha enfrentado
directamente, como lo es el aborto en caso de violación.
La
propuesta del senador Walker apunta adespenalizar el aborto en dicha situación.
Permítanme
aportar algunos elementos a considerar en dicho debate, y por lo tanto, las
consiguientes definiciones que a mi juicio debe adoptar el Estado de Chile
sobre la materia.
En
primer término, frente a una situación de violación de una mujer en edad
fértil, se debe considerar la oportuna y completa implementación de la “píldora
del día después”, con el respectivo seguimiento y control médico, siendo ésta
una política pública que evitaría la gran mayoría de los eventuales embarazos
en caso de violación.
No
existe ninguna justificación médica, de salud pública, ni de política-social
que impida dicha medida.
Tener
presente que no hay acceso universal a este método, no todos los consultorios
la entregan (recordar municipios de derecha que la niegan) y en farmacias es un
drama conseguirlas, aun teniendo dinero para comprarla. Puede ser un calvario
acceder a la “píldora del día después” con todo lo que implica la presión
sicológica y social de quien la solicita.
Pero
en la situación de que dicha intervención fracase y se produzca el embarazo no
deseado por cualquier motivo – como por ejemplo, la víctima del delito de
violación no lo denuncia ni adopta medidas al respecto, situación muy
comprensible en los casos de violación de una adolescente, que por causa del
mismo delito, no reacciona y oculta la ocurrencia del ilícito.
En
estos casos el Estado tiene el deber de desarrollar una potente batería de
medidas, una vez que el embarazo se hace conocido por la propia victima o su
entorno, como posibilidades de adopción o acompañamiento a la madre, entre
otras medidas, pero nunca con una “espada de Damocles” sobre la victima de
violación de un aborto penalizado.
Entiendo
que la propuesta de Walker no va bajo el supuesto de que, frente a cada
embarazo producido por violación, se va a aplicar un aborto, sino que
es despenalizar el eventual aborto en dichas casos, asumiendo el Estado y la
sociedad en su conjunto una serie de políticas públicas que eviten un mayor
sufrimiento a la víctima y generando acciones de protección a la mujer violada.
Finalmente
la decisión del aborto, en el caso de la mujer que sufre una violación que
queda embaraza por dicho acto delictual, es una decisión que debe adoptar la
propia mujer, acompañada por su entorno afectivo y por el Estado, a través de
sus diversos organismos, decisión que debe ser adoptada sin la presión de una
pena aflictiva.
En
lo personal, soy un abierto partidario de la vida y contrario a la práctica del
aborto, que atenta contra una vida totalmente inocente– donde el Estado debería
desarrollar verdaderas políticas públicas para bajar las cifras negras de
aborto en Chile – pero la penalización de una conducta dice relación con una
sanción social que en la figura del aborto en caso de violación claramente no
tiene ninguna justificación, dentro de los fines sociales que debe perseguir
toda pena.
Importante
sería abrir el debate a otras figuras penales como el estupro, pues el abuso,
principalmente de los adultos responsables, son de mayor ocurrencia de lo que
se cree.
Reconozco
que mi participación en el presente debate tiene una gran limitación, soy
hombre, y como tal mi opinión se genera desde dicha condición limitante frente
a la posibilidad de comprender procesos como embarazo y aborto.
Por
lo anterior, se debe tener presente y generar las condiciones para que mujeres
– organizadas o en forma individual – puedan expresarse y sean recogidas sus
opiniones en este debate puntual sobre el aborto en caso de violación, debate
que además de una discriminación de género tiene una fuerte discriminación
social.
Finalmente
quiero reconocer la valentía del senador Walker de plantearnos – a partir de
una reforma legal – un debate necesario.
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