EN DEFENSA DE LA IGLESIA . Jose Pepin Reyes.
Como en tantas ocasiones, a lo largo de sus más de DOS MIL AÑOS DE EXISTENCIA, la Iglesia Católica Universal está bajo el fuego graneado de sus detractores, tanto en el Mundo como en Chile.
En nuestro plano local, hoy los cuestionamientos vienen por parte del Ministro del Interior de Piñera y, en la acera opuesta, de las Agrupaciones que defienden los DD.HH.
Hinzpeter (de religión hebrea) se permitió decir suelto de cuerpo, que "no era ámbito de competencia del clero, el tema de los indultos" y por su parte una vocera de las Organizaciones de DD.HH., señaló con una liviandad que es del todo injusta, "que se estaría borrando el legado del Cardenal Silva Henríquez", en lo que a la defensa de los Derechos Humanos se refiere.
Lo que tanto el Ministro Hinzpeter, como la vocera de los DD.HH no comprenden es que el Magisterio de la Iglesia Católica hace imperativo el preocuparse del ser humano único e individual que es cada persona, como así mismo de los problemas de la sociedad.
Tal como la Iglesia Católica Chilena rechazó a su tiempo las violaciones a los DD.HH. cometidas por el Gobierno de Pinochet, anteriormente se había manifestado en contra de la E.N.U. en tiempos de Salvador Allende y luego de la recuperación de la Democracia se ha pronunciado sobre el Divorcio, los matrimonios gay o lésbicos y el Aborto.
Cada una de dichas opiniones le significó a los Obispos del momento, ataques de todo tipo. Arteros, físicos, y muy mal intencionados desde uno u otro extremo del pensamiento humano. Para los partidarios de Allende eran "curas momios"; para los de Pinochet eran "antipatriotas"; para quienes se han proclamado "progresistas y modernos", los sacerdotes son "cartuchos" o "se pretenden meter entre las sábanas de los individuos adultos".
Ninguno de dichos calificativos tiene asidero. La Iglesia Católica tiene principios que no puede ignorar. QUE NO OBLIGAN A NADIE. Que dejan al libre albedrío de las personas sus decisiones. Lo que los Obispos de turno no pueden hacer ES EL PERMANECER EN SILENCIO. Dan su opinión válida y serán los gobiernos o las sociedades quienes puedan o nó seguir lo que la Curia plantea en cada ocasión.
Hoy el asunto es si tener misericordia, clemencia y una mano solidaria para seres humanos, cualquiera sea su procedencia, está o no en el deber de la Iglesia. Categóricamente....si lo está. El enfermo terminal, el que ya está a las puertas de cumplir sus penas, las madres que tienen hijos y están privadas de la libertad en fin, cada ser humano doliente es sujeto de interés para el católico y mucho más para la Iglesia como Institución.
Quienes conocimos del duro batallar de nuestra Iglesia Católica Chilena en los años de la represión militar y de todo lo que ello significó para los sacerdotes encargados de ésta noble misión, sabemos que la defensa de los DD.HH está en el ADN de la Iglesia. Por ello también sabemos que al pronunciarse en el tema de los indultos los Obispos de Chile nos están mostrando, con claridad meridiana, que siguen sus principios avalados por las enseñanzas de Cristo y así nos señalan que no hay más
hermosa muestra del DEBER SER de un católico................que el PERDÓN.
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