lunes, mayo 10, 2010

Signos .Adolfo Ibáñez .(El Mercurio) ver esta perlita...se desgrana el choclo tan rapido cespinoza

Las acciones humanas constituyen signos que nos develan las esencias. Ellas están llenas de significados que nos iluminan. En el caso del gobierno que se inicia, sus primeros pasos son particularmente decidores por cuanto muestran sus aspiraciones fundamentales. Más que las declaraciones explícitas, y más allá de las urgencias impuestas por el terremoto, estos primeros pasos aclaran en forma muy decidora el rumbo que lo orienta.
A muchos les ha llamado poderosamente la atención que sus propuestas apunten en una dirección opuesta a las ideas de la Alianza y de lo planteado en la campaña presidencial........ Para otros, esta discordancia mostraría una flexibilidad que señalaría el rumbo correspondiente a una derecha moderna, rejuvenecida y abierta a nuevas circunstancias e ideas que, de alguna manera, la aproximaría a las posiciones pretendidamente progresistas que la Concertación ha querido exhibir como exclusivas de ella. En esta última combinación política se ha percibido, además, una cierta desazón porque el nuevo gobierno habría tenido el coraje de plantear algunas medidas queridas por ellos y que no se atrevieron a impulsar en su momento.

En resumen, el nuevo gobierno ha sorprendido con actos y hechos que no significan una meta propia, sino que lo acercan al camino de la Concertación desgastada y derrotada. Seguramente pretende limar asperezas con sus rivales para aprobar sus proyectos en el Congreso en el menor tiempo posible, ya que la rapidez y eficiencia gubernativas están presentes desde su primer momento como un signo predilecto.

Por este camino el Gobierno estaría dejando de ser quien es para ser otro diferente y sin explicar claramente el porqué de sus opciones. Así sólo se gana el desprecio y el endurecimiento de los opositores, y se debilita el apoyo de quienes lo llevaron al triunfo. El resultado es que, desmarcado de su programa básico y lanzado a navegar entre dos aguas, surge desde sus filas una cantidad de dirigentes y parlamentarios que ven cómo se abre un amplio horizonte para el ejercicio de la dialéctica más variada que los desliza hacia la demagogia.

Si el Gobierno opta por la eficiencia como máxima propuesta a los chilenos, olvidando realzar el camino de oportunidades que ofreció y que aseguró que es el que lleva a las metas más cautivantes, su actuar sólo significará falta de certidumbres y horizontes de confusión. Alejará las voluntades y debilitará las fortalezas que se requieren para sustentar un rumbo hacia lo más alto.

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