lunes, noviembre 10, 2008

QUE DESPUES, NO SE QUEJE. Edgardo Reyes S., Periodista.

El Diputado Jorge Burgos, quien asumió la presidencia de la Democracia Cristiana tras la debacle a que arrastró a ese partido la gestión de su ex-presidenta, Soledad Alvear, asistió a la inauguración del memorial del ideológo de la dictadura del general Augusto Pinochet y fundador de la UDI, Jaime Guzmán.Sin lugar a dudas, no se puede estar de acuerdo de la manera como termino sus días el sujeto por el cual al parecer el señor Burgos fue a lamentarse hoy. El problema es que, como bien reza el dicho chileno, 'la mona, aunque se vista de seda, mona queda'. Y eso cabe perfectamente en este caso para Guzmán. Desde haber permanecido antes, durante y después al lado de los militares que asolaron Chile como lo hicieron, su tipo de Constitución que hizo a la medida del dictador -que había rechazado la elaborada por el derechista pero democrático ex-Presidente Jorge Alessandri Rodriguez- le permitió ser Senador de la República pese a que el ex-Presidente Ricardo Lagos casí lo dobló en votos en la ocasión.Cabe preguntarse: ¿el señor Burgos, puede decir que a ese seudo demócrata se le podía honrar con un memorial? O bien, ¿Qué hace el allí? ¿Por qué no se pregunta el diputado Burgos por qué Guzmán, Novoa, Cardemíl, Longueira, Fernández y otros ex altos cargos durante la sangrienta dictadura que padecimos, jamás se preocuparon (porque ya no lo hicieron) de pedir perdón o hacer gesto alguno en esa línea respecto de las víctimas? ¿Se sintió el diputado Burgos realmente cómodo allí? La transición estos casi 20 años, ¿hacía dónde lo han cambiado? Su conducta, evidentemente hace que las nuevas generaciones sigan poniendo distancia, y mucha, de los políticos que no demuestran consecuencia alguna con los valores que dicen predicar. El, realmente debiera tener mucho más cuidado con lo que hace considerando el cargo que tiene en un partido que se dice demócrata y cristiano. Jaime Guzmán fue la antítesis de eso, la historia y sus actos al lado de Pinochet asi lo demuestran. Como dice también el dicho, por si alguien busca por el lado que un ministro estaba en la inauguración del memorial aparte de los que envió la Presidenta: LA EXCEPCIÓN CONFIRMA LA REGLA. Sea como sea, el tipo fue cómplice directo, de primerísima fila, de lo peor que recuerda la historia política y democrática de Chile desde 1810 a hoy, y jamás dió demostración alguna de arrepentimiento.