viernes, noviembre 07, 2008

SOBRE LA CRISIS PARTIDARIA DC Y ROL DE LA DIRECTIVA REGIÓN DE LA ARAUCANÍA, DE CARA A LA JUNTA NACIONAL

Camaradas, por la falta de debate interno, extiendo por esta via un punto de vista que por ser delicado, espero se valora por su contenido ....que es su mérito

Soy un antiguo militante de mi partido, y no me había tocado presenciar hasta la fecha tal nivel de incompetencia, desconocimiento e ignorancia político-ideológica, histórico-cronológico, educativo-discursivo, comunicacional-persuasivo, contextual, cultural y de negociación (léase: negación del ocio) en una directiva regional de la DEMOCRACIA CRISTIANA, mi partido. La categorización o niveles de clasificación de las áreas del conocimiento que abarca el ser dirigente de un partido político de la talla de la DC en una Región como la nuestra puede ser aún más rigurosa, profunda y seria, si se quiere; pero con los enunciados precedentemente basta y sobra. Sin embrago, muy a contrapelo o complementario a lo expuesto (depende como se mire); tampoco había asistido a una escena dirigencial regional con principios y práctica-política (donde los hechos hablan por sí solos) de tan alto nivel antidemocrático-anticristiano, con acciones gansteriles que rayan en la ilegitimidad y a al mismo tiempo de una cobardía impropia de dirigentes políticos, pero sobre todo de tan alto nivel de pobreza ideacional, liderazgo positivo-propositivo, ¿o se trata de algo de lo cual a estas alturas “del partido” estamos todos carentes?. Entre otros antecedentes ya imagino que por todos constatados, se aprecia una ausencia total de formación e incorporación de sabia nueva al partido ¿a qué joven le puede interesar ingresar a un partido donde no hay formación política, ideológica, económica y cultural?, si han desaparecido los propios círculos de profesionales que timoratamente se reunían en nuestra sede hace algún tiempo ¿será posible que otros nuevos se nos incorporen, o simplemente ya no nos interesa porque se corre el riesgo de perder cargos porque se miran como competencia?. Por otro lado, ni hablar de la catástrofe electoral reciente en nuestra región como partido y el triste e inconducente rol de nuestra directiva regional que “odiaba” a algunos de nuestros candidatos; tampoco ahondaré en la vergüenza partidaria que significó la elección de concejeros de la CONADI, donde no sólo fuimos derrotados por los demás partidos (aliados) sino inclusive por organizaciones indígenas locales. Tampoco hay mucho tiempo para enumerar no sólo la falta de propuestas sino de una simple opinión política con relación a grande temáticas regionales, entre ellas; las problemáticas ambientales y los monocultivos forestales, de la crisis del agua, de la agricultura o la actividad silvoagropecuaria regional, sobre la realidad multi étnico-cultural, el desarrollo tecnológico-industrial, del fomento del arte la cultura y la lectura, del pueblo mapuche y su pobreza material, sobre la educación pública y los resultados regionales, de la sociedad civil y la ciudadanía, del desarrollo sustentable, respecto de la ciudad y la crisis urbana, la crisis en la participación social de la población, etc.. Alguien con justa razón podría imaginar que no son aquellos los roles y funciones propias de la directiva regional de un partido político, sino de la sociedad en su conjunto, sin embargo, la interrogante seria saber si acaso ésta a propiciado, incitado, motivado o preparado alguna vez el espacio para contribuir con un grano de arena en algunas de las temáticas expuestas hacia la sociedad regional, creo que la explicitación de la respuesta sería una obviedad. Hermanos y hermanas demócratas y cristianos, si todas nuestras personalidades (de Santiago) hablan de la refundación, del consenso, de la unidad partidaria frente a la adversidad, de avanzar con los necesarios “gestos”,….y se han reconocido y asumido algunas responsabilidades políticas, qué haremos en nuestra región?. Evidentemente una de las medidas internas sanas debe partir por la renuncia de la directiva regional en pleno, segundo, recomponer las relaciones internas en dialogo y debate “cristiano” entre todos los actores donde antes de decir Qué Hacer, partamos diciendo lo mal que lo hemos hecho, pero de manera fraterna, clara, transparente y sin odio al del frente. Los que de seguro no estarán en esta postura debieran renunciar, el partido o las ambiciones personales. Punto. Entre muchos, los elementos internos más nocivos lo constituyen la mayoría de los miembros de la directiva. Y es muy bueno decir porqué a través de una sola de las evidencias; el caso es que han hecho uso y abuso del descrédito, la descalificación, la injuria y la ofensa a los propios camaradas a través del medio electrónico denominado “tiro al blanco”; lo que parece una chacota, finalmente es algo muy serio en la medida que dicho medio informa o desinforma según “las Lucas que le lluevan”. Es muy sabido que quienes pagan son allí “bien tratados”, y los “enemigos” de los que pagan, por el contrario, son basureados. ...y todo está sujeto a la cuantía del pago. La gravedad de esto último, queridos y queridas camaradas, radica en el HECHO más allá de los actores, y uno de los hecho tiene que ver con una aparente colusión entre intereses públicos (con plata del Estado) y privados; me refiero al pago público por publicidad que en el citado medio realiza el Sernam regional, y el rol conector que juega su directora, la señora Berau ¿se paga allí sólo publicidad, o dicho pago alcanza o se hace extensiva para el blanqueamiento y la promoción de la directiva regional especialmente del presidente Marcelo Carrasco, y al mismo tiempo para ofender, descalificar y basurear con los “enemigo” de éste?. La respuesta oficial sin duda que la sabemos de antemano, pero no es menos cierto que se debiera investigar la publicidad Sernam y todos los pagos fiscales a este medio de desinformación y descrédito público, así como a ese señor comunicador a través del colegio de periodista, pues se están cruzando límites insospechados entre la ética periodística, la desinformación, la injuria y ofensa pública gratuita con la información real. Ni en el mundo de los trabajadores en el que he estado y participo, ni en el mundo de los profesionales que me formé, mi en el mundo de las clases sociales como la clases media que se endeuda para sobrevivir, menos en el poblacional que conozco de cerca y tampoco en el mundo académico en el que humildemente contribuyo, -tal como inicié estas letras- me había impresionado tanto por la acción y el proceder de esta gente, que de seguro pertenecen y debieran adscribir a cualquiera de los “otros mundos” cercano al lumpen, pero lejos del demócrata cristiano al cual muchos orgullosamente pertenecemos por historia, camaradería y compromiso social-cristiano. Dejamos instalado entonces el desafío para los militantes reales de retomar el objetivo fundacional de la DC, la búsqueda del bien común, y dejemos los cargos para este fin, pues nadie busca su expulsión. Ya lo dice Juan Pablo II y nos deja el desafío: “Pensamos, además, en las múltiples violaciones a las que hoy está sometida la persona humana. Cuando no es reconocido y amado en su dignidad de imagen viviente de Dios (cf. Gn 1, 26), el ser humano queda expuesto a las formas más humillantes y aberrantes de "instrumentalización", que lo convierten miserablemente en esclavo del más fuerte. Y "el más fuerte" puede asumir diversos nombres: ideología, poder económico, sistemas políticos inhumanos, tecnocracia científica, avasallamiento por parte de los mass-media. De nuevo nos encontramos frente a una multitud de personas, hermanos y hermanas nuestras, cuyos derechos fundamentales son violados, también como consecuencia de la excesiva tolerancia y hasta de la patente injusticia de ciertas leyes civiles: el derecho a la vida y a la integridad física…” (Cristi fidelis laici Carta encíclica de Juan Pablo II a los fieles laicos). Fraternalmente, R.C.J. PD: Aquí, lo que importa es el debate, la discusión real. No quiero andar en boca de los funcionarios públicos gracias al medio señalado y al periodista ese que sólo quiere dinero, para eso no me prestaré nunca.