viernes, noviembre 07, 2008

Ideas en vez de mecanismos.Alejandro Führer V.

En estos días la Concertación ha repetido mil veces la palabra mecanismo, mientras las ideas que deben venir a “refrescar” el horizonte, permanecen escondidas entre tantas exclamaciones públicas y alambicadas ecuaciones privadas.

Ese impulso renovador por cambiar las cosas, por generar más equidad en un país tan desigual. Esa energía que se impacienta y sale a correr en los patios geométricos de esta transición interminable a la democracia. Ese inolvidable grito de libertad a fines de los ochenta y este inagotable anhelo de igualdad en los albores del siglo XXI, permanecen quietos, callados, detenidos en el metabolismo vencido de nuestra burocracia política.

Hay tanta experiencia convertida en fetiche, magníficos gráficos y soberbios porcentajes. Un extenso glosario de políticas públicas eficientes y eficaces. Demasiada experticia en las palabras, a cambio de una abultada ausencia de sentido común en nuestro lenguaje.

Tenemos muchas ideas, pero nos falta el mecanismo. Entonces, estiramos las frases grandilocuentes y le regalamos enormes portadas a La Segunda, mientras todavía no desciframos “el rumor de la calle” del cual nos habló la Presidenta. Aquel mensaje latente y aquella expresión manifiesta de una ciudadanía abiertamente progresista.

Tenemos tantas ideas, pero carecemos de un mecanismo. Mientras el neoliberalismo financiero se cae a pedazos en EEUU, resulta que en Chile un “especulador” y rico empresario representa el cambio. Su fortuna es la novedad, las multas pagadas a la respectiva superintendencia, un pasado reciente que seguramente prefiere ocultar.

Pero nos falta el mecanismo. La majadería resulta inagotable: tantas ideas pendientes y ningún miserable mecanismo.

Que las ideas inunden el espacio, como la más copiosa lluvia centenaria. Que las nuevas caras cierren el primer ciclo de una Concertación comprensiblemente agotada. Una coalición que lleva dos décadas reparando el país diezmado que nos dejó la dictadura.

Que los entusiasmos no cedan al pesimismo. Que los estatistas regresen de la clandestinidad. Que las ideas atrevidas, sustantivas y generosas le ganen a la ingeniería del venerado mecanismo. Que los sueños imperecederos por una sociedad más justa, vuelvan a inspirar nuestra voluntad. Que los buenos resultados de estos años, no nos quiten la bronca por tanta desigualdad.
Para los que desfallecen, los agoreros de turno, hay demasiada inequidad para precipitarse al vacío de una Alianza aliada con los más ricos. Los que no quieren cambios, los que le temen al Estado, los que ambicionan aun más desregulaciones. Los momios de ayer, los “codiciosos” de la hora presente. Ellos estiran sus torres de espejos; nosotros soñamos con viviendas más dignas y mejores escuelas.

Los que tienen perdida la elección presidencial del próximo año, son aquellos y aquellas que no tienen el valor de representar los anhelos progresistas de la nueva ciudadanía chilena. Los que retozan en su propio conservadurismo, convertido en una armadura inconfesable y transparente.
Alejandro Führer V.-
Taller de Análisis Estratégico
Fundación Chile 21