Un modesto homenaje a Patricia Verdugo. O.Aravena.

Pero no. Era Patricia Verdugo. Nuestra periodista valiente. Valiente como muchos hombres y mujeres que no recurrian a hablar de los cuentos de alcoba de la farandula, sino que recurrian a su pluma para denunciar lo injusto, lo oprobioso, de una Dictadura.La misma a la cual su padre lo torturaron hasta la muerte. La misma que encabezó las manifestaciones callejeras de “Mujeres Por La Vida”. La misma que "relató" para todo Chile y el mundo entero la tragedia de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri. La misma Patricia Verdugo que fue capaz de describir los momentos de martirio de nuestro André de la Victoria.
Ella sola, frente a un público que iba a pasar una tarde de alegría primaveral.
Entonces comienza a hablar y a los pocos segundos ella dice que solo quiere contar una breve historia sobre su padre que fue secuestrado desde su casa…Y lee un fragmento de “Bucarest 187”. Libro que relata justamente lo vivido en esos hechos.Termina de leer. Y a continuación dice, después de que ya todo el público guarda un silencio total... ”Yo evito pensar y hasta hablar de esta parte de la historia, porque duele demasiado. Imaginar el terror que sintió. Imaginar como le habrá saltado el corazón en el pecho al salir de la casa, sin poder siquiera escribir una nota pidiendo auxilio. Encontramos su cuerpo varios días más tarde en el río Mapocho, el río que atraviesa mi ciudad. En su cuerpo había huellas de tortura.
De la peor de todas no había huella evidente. Solo el examen de sus pulmones podía indicar que el agua en que fue ahogado no era el agua de ese río café y barroso que fue tumba de tantos en mi país".”Durante muchos años cuando cruzaba con mi vehículo algún puente del Río Mapocho; no era capaz de mirar hacia el río; Siempre imaginaba ver pasar el cuerpo de mi padre que había sido asesinado por la Dictadura”A esas alturas el público, la producción tras el escenario, todas las personas que nos encontrábamos ahí, nos comenzaba a colocar la “piel de gallina”Y Patricia Verdugo, continua…”Sin embargo en una ocasión la luz roja de uno de los puentes, duro mas de lo común, y fue inevitable dirigir la vista hacia el río. Es entonces cuando vi…gaviotas. Si, Gaviotas que desde el mar llegaban hasta este río que lleva en sus aguas nuestra historia y ahora nuestros dolores.Entonces entendí.Esas gaviotas, no eran más que cada uno de quienes cayeron a ese río muertos por la ignominia. Pero que a pesar de todo ello siguen junto a nosotros. Como mi Padre.Entonces entendí.Entendí además el sentido profundo de esa hermosa canción de Illapu “Que hacen aquí”.
Por ello esta tarde los invito a mantener el silencio, mirar hacia nuestro Río Mapocho y recordar a los que a pesar del dolor siguen junto a nosotros, escuchando esta hermosa canción de Illapu.Entonces, con la música de Illapu de fondo, viendo a esa pequeña “gran” mujer en silencio mirando hacia el infinito de ese Parque Forestal, las lágrimas de todos los que estábamos ahí eran inevitables. Artistas, equipo de producción, público, emocionados por una mujer valiente. Emocionados por una mujer que jamás busco figuración, solo colocar el dedo en la llaga de la injusticia.Una mujer que nos enseño que “Los poderosos lo son justamente porque "pueden" impedir ser castigados. La clave es hacerles difícil la tarea, ojalá imposible. Es la lucha entre la ética y la corrupción desde el principio de los tiempos”.Una mujer que más que nunca esta junto a nosotros.