PARTICIPACIÓN CIUDADANA UN AÑO DESPUES...A.PUBLICOS

Antes de que la Presidenta Bachelet pudiera abrir camino a los espacios de participación ciudadana que había prometido, surgió el movimiento de los pingüinos. Esta movilización descolocó al gobierno y a los políticos y evidenció que nadie estaba pensando, hasta antes de esas protestas, en cambiar las más fundamentales reglas del juego de la educación. Pero también se produjo la reacción de quienes atribuían a la posibilidad de un “gobierno ciudadano” la pérdida de la “gobernabilidad”. El Ejecutivo sólo vino a presentar una Agenda Pro Participación en octubre. Gonzalo Delamaza sostiene que los desafíos que se presentan para materializar ese derecho a hacerse oír de la ciudadanía están en consolidar la participación, pasando del estilo cercano de la mandataria a “nuevos modos de hacer” en la política pública; articular mejor las agendas participativas del gobierno; profundizar el vínculo de la gente con la protección social ofrecida a los chilenos por Bachelet; aterrizar diseños programáticos que proporcionen recursos y metodologías adecuadas; y acrecentar la voz pública de la sociedad civil, especialmente de sus segmentos más desfavorecidos.