Plan Nacional del Litio ¡Ahora!. Leonel Sanchez
En
la columna ¡El Litio NO! (1) del 17 de enero recién pasado declarábamos la
importancia de elaborar una “política pública de investigación, explotación y
comercialización de litio por parte del Estado de Chile – en su calidad de
potencia mundial del litio – que comience con un claro y explícito NO a
cualquier intento privatizador.”
No
alcanzó a pasar un mes – y en plenas vacaciones de febrero – el Gobierno de
Piñera notifica, a través de los medios, del intento privatizador mediante
“contratos especiales de operación de litio”, el cual,por medio de decretos
administrativos y, vulnerando la protección legal y constitucional que tiene
actualmente el litio en nuestro ordenamiento jurídico, se entregaría a manos
privadas tan importante negocio.
Lo
anterior hace impostergable iniciar un debate sobre un “Plan Nacional
Estratégico de investigación, explotación, manufacturación y comercialización
del Litio” que considere importantes componentes en su diseño. Algunos de
dichos elementos deberían ser:
Mantener
la propiedad y control del Litio en manos del Estado manifestado en el mandato
constitucional de que “el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo,
inalienable e imprescriptible de todas las minas” en este caso del Litio, que
no puede ser objeto de concesiones mineras.
Creación
y desarrollo de la “Corporación Nacional del Litio de Chile”concebida como una
empresa propiedad del Estado chileno, minera, industrial y comercial, con
personalidad jurídica y patrimonio propio, similar al estatuto jurídico de
CODELCO.
Dicha
empresa debería preparar los equipos técnicos, profesionales y administrativos
que desarrollen el Plan Nacional Estratégico del Litio, generar las diversas
unidades operativas que lo implementen y el respectivo plan de negocio del
litio.
Uno
de los aspectos a considerar en el Plan Nacional del Litio dice relación con
las alianzas estratégicas con los Estados de Argentina y Bolivia que, en
conjunto con Chile, cuentan con la mayoría de las reservas mundiales del litio
y estamos en condiciones de fijar “las reglas del juego” como potencias
mundiales de dicho mineral.
Una
Corporación Nacional del Litio de Chile
debería generar un plan de
contingencia y prepararse – como empresa pública, unidad productiva y
comercializadora – para los vencimientos de los contratos de concesiones de la
Sociedad Chilena del Litio, con contrato vigente hasta el año 2014 y de SQM,
con contrato vigente hasta el año 2030.
De
manera que la preparación a la continuidad de dichas explotaciones y
comercialización del litio sirva como puesta en marcha de la empresa pública
chilena.
También
se debe asumir la fuerte participación regional en la elaboración del Plan
Nacional del Litio y su correspondiente fondo de inversión y reconversión
regional.
Por
último, es trascendental que a dicho plan se integren medidas para darle “valor
agregado” a la explotación del litio, tema de mucha complejidad debido a que
los procesos de manufacturación del litio están asociado a la incorporación de
tecnología aplicada – principalmente en el ámbito de las nuevas tecnologías de
la información y las comunicaciones y al área del transporte y combustibles –
ámbitos de carísimo desarrollo en la investigación, que deben ser asumido por
el Estado en colaboración con universidades y centros de investigación del
litio.
Estos
son algunos de los componentes que debería tener un plan nacional del litio. El
debate está abierto.
Pero
las señales del gobierno de Piñera van en la línea de privatizar el recurso
natural del litio, por lo tanto los actores sociales y políticos que asumamos
un compromiso con dicho recurso natural debemos tomar la iniciativa no tan sólo
en el debate, sino que también en la acción.
Es
hora de generar un “Comité de defensa del Litio” que nos permita organizarnos,
coordinarnos e impulsar las acciones en torno a las políticas públicas en
resguardo de este recurso minero.
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