Un nuevo régimen… ¡¿qué?!. Myriam Verdugo Consejera Nacional DC
Ayer los demócrata cristianos, los RN, los UDI, los PS, los PPD y los PRSD fuimos sorprendidos con la alegre puesta en escena de los presidentes de la DC y de Renovación Nacional, quienes dieron a conocer un documento de cuatro carillas con una cantidad de lugares comunes sorprendentes para el “nivel” de los firmantes, que contenía la reiteración de ideas que ya llevan en escena varios años (régimen semi presidencial; sistema electoral proporcional corregido; elecciones para presidente regional y consejeros regionales) y que concluía con la convocatoria a un potenciamiento de la calidad de la política.
Para ir despejando conceptos, un par de consultas.
Primero: ¿cómo mejorar la calidad de la política con los mismos reiterados, desprestigiados y
rancios protagonistas? Segundo: ¿qué tiene de nuevo la propuesta de régimen semi presidencial, si fue uno de los acuerdos del V Congreso de la DC, mismo que fue tirado a la cesta de mimbre porque en esos tiempos todavía se creía que la fiesta del manejo del poder no terminaría nunca, total los “empresarios” nos admiraban?
Y, tercero, respecto al sistema electoral proporcional corregido: ¿Podemos creer en una real voluntad de cambio cuando, en no pocas ocasiones, los más preclaros ideólogos del sistema
elaboraron propuestas de reformas que debieron tirar al armario cuando sus propios “hijos” rechazaron cualquier alternativa, si ésta ponía en peligros la mantención de sus feudos?
Raro. Raro todo. Especialmente para algunos DC, como yo, que vemos cómo nuestros “líderes” se desgañitaron por preservar la matriz que les permitió 20 años de crecimiento protegido. Tengo en la memoria un Consejo Nacional de hace unas pocas semanas atrás; “Consejo nacional ampliado” se llamó, en el cual se sumaron diputados y senadores. El tema era sacar un acuerdo unánime respecto a validar a la Concertación como el único referente político natural. Hubo cinco votos en contra a pesar de la presión ejercida sobre los consejeros.
Pero sucede que mientras eso pasaba, tras bambalinas la DC y RN trabajaban un acuerdo sobre “Un nuevo régimen político para Chile”, que nos sorprendió a los militantes DC y a muchos otros. ¿Cómo hacer que los chilenos -y especialmente los jóvenes- crean en la política si ésta se hace en las penumbras, a escondidas?
¿¡Qué hay de nuevo en esta fórmula, en esta estrategia, en este proceder?!... a mi juicio, muy
poco.
¿Cómo es posible que nada se haya aprendido de las potentes señales que entregan los movimientos sociales, no sólo en Chile, sino en todo el mundo?
No soy sólo yo, somos la ciudadanía la que espera y demanda más diálogo, más inclusión, más consideración a nuestras necesidades y propuestas. ¡Por Dios!... ¡tenemos algo que decir!... y escucharnos no sólo es justo y necesario, también es urgente para enmendar el rumbo de una historia que nos está llevando, cada día más, a la segregación, a la desigualdad, y con ello, al rencor y al enfrentamiento.
Entiendan: La sociedad ya no cree en líderes iluminados, cegados por sus propias luces. Abran los ojos y véannos, afinen el oído y escúchennos, despejen el alma y entiéndannos o todos quedaremos a oscuras.
Podrán decir una y mil veces que soy una “mina resentida”, odiosa, insolente, pero hasta el día final haré el esfuerzo por ser coherente, consecuente y por mucho que intenten obligarme a entregar la oreja, jamás, -sépanlo bien-, jamás me obligarán a entregar el alma.
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