Víctima de las circunstancias. Myriam Verdugo Godoy Consejera Nacional DC
Rubén
Ballesteros, el recién electo presidente de la Corte Suprema, cuestionado por
diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos por su actuación en
Consejos de Guerra realizados entre 1973 y 1976 y –posteriormente- por su
sistemática aplicación de la Ley de Amnistía en connotados casos de violaciones
a los derechos humanos, justificó su actuación en los años de dictadura militar
aseverando que “el hombre es víctima de sus circunstancias”. Añadió que en ese
tiempo los jueces no vivían como ahora en una democracia y que en todos los
países del mundo que vivieron situaciones como las de Chile “la judicatura tuvo
los mismos problemas”.
El
hombre es víctima de sus circunstancias, dice Ballesteros y, es verdad. Así lo
puede comprobar cualquiera que investigue algo y lea, por ejemplo, las
circunstancias que enfrentó el joven conscripto de 19 años Miguel Nash, quien
se negó a reprimir a la población de Iquique tras el golpe militar.
Efectivamente, puesto en circunstancias especiales, las mismas que debió
enfrentar Ballesteros y los millones de chilenos y chilenas, su actitud fue
distinta: el no dispararía contra la gente desarmada y eso le costó la vida.
Otros
optaron por compartir la suerte de sus compañeros de trabajo y permanecer en
fábricas de los llamados cordones industriales; otros como “Los 13 de la DC”
puestos en esas especiales circunstancias decidieron expresar su rechazo al
golpe de estado; otros se expusieron brindando protección a los perseguidos.
Otros, como el Cardenal Silva Henríquez, optaron por la vida, por la justicia,
por el respeto a los derechos humanos.
Tiene
razón Ballesteros: el hombre es víctima de sus circunstancias y, en el marco de
esas circunstancias puede actuar como un gran ser humano o como un miserable;
puede actuar con grandeza o con debilidad; puede actuar con justicia o
acomodarse a las circunstancias para sobrevivir; puede ser moralmente íntegro o
un servidor del poder económico y político.
Cuestión
de opciones antes las circunstancias, señor presidente de la Corte Suprema.
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