"Formamos parte claramente de una coalición de centro-izquierda". Ignacio Walker
Ignacio Walker está contento. Y no es para menos. Ganó con una mayoría contundente y en buena lid la presidencia de la DC. Tiene pasta de líder y muchas ganas de trabajar para reconquistar los votos perdidos en la última elección. Lleva la política en la sangre y le gusta la historia. Su abuelo -Horacio Walker-, dice con orgullo, fue el fundador del partido y en 1963 -a los 7 años- hizo su primera campaña cuando su mamá fue elegida regidora en Pirque. Lo marcó también su trabajo con el cardenal Silva Henríquez en la Vicaría y, por supuesto, la influencia de Frei Montalva, Tomic, Leighton y Aylwin, "los forjadores que lideraron el social cristianismo."
El mote de "príncipe" -dado a su sector- le viene bien, no sólo por su buena figura, sino por sus modales: todo un gentleman. Atento, sencillo y cordial, nos recibe en su sobrio departamento un poco antes de partir al Congreso, suponemos que a poner un poco de orden en las filas concertacionistas, en relación al royalty.
-Durante la UP, la DC se unió con la derecha a través del CODE. Luego del golpe, se alió con la izquierda para formar la Concertación. ¿Dónde se siente más cómoda la DC actual?
-Claramente con la centro izquierda. Lo del CODE fue un acuerdo electoral, no una coalición política como la de la Concertación, que surgió de la autocrítica y de las lecciones del quiebre democrático. Creo que este reencuentro entre la DC y el socialismo democrático, realmente es lo mejor que le ha ocurrido a Chile en el último siglo. Transformar la mayoría social en una mayoría política y romper el eje socialista-comunista, fue importante y tuvo lugar después de la caída del muro, cuando emergieron las diferencias insoslayables entre un socialismo autoritario y un socialismo democrático.
-La actividad de un partido de centro es compleja. ¿Qué hará la DC para mantener su identidad y no ser tironeados por la izquierda o la derecha…?
-En estricto rigor la Democracia Cristiana no es un partido de centro. Ella nace, en la época de la Falange, "más allá de derechas e izquierdas", más allá del capitalismo y el socialismo. Un partido de nuevo tipo que no es al medio de la derecha y de la izquierda, sino un partido nacional y popular como lo definió Frei Montalva.
-¿Qué los acerca a la izquierda?
-La experiencia de 17 años de dictadura, el valorar juntos los derechos humanos como fundamento ético de la democracia y la separación de aguas del socialismo democrático con el comunismo. Lo del CODE fue inevitable, en circunstancias que tendían a la polarización, pero sólo se llevó a cabo con fines electorales en defensa del régimen democrático de gobierno. Nuestro distanciamiento definitivo con la derecha se produjo cuando tras el golpe, ésta se autodisuelve y delega la política a los militares, sumándose durante 17 años a la dictadura.
-Pero, ¿acaso la izquierda no venía desde hacía décadas violando los derechos humanos en los países del socialismo real?
-Hay que distinguir entre los regímenes comunistas detrás de la cortina de hierro y un socialismo democrático que se vio fortalecido por la caída del muro. El exilio de la izquierda chilena en territorio europeo fue clave para redescubrir las raíces democráticas del socialismo europeo. Ello facilitó aquí la convergencia para formar la Concertación, de la cual yo soy socio fundador y accionista principal.
-¿Cómo pretenden reperfilarse hoy?
-Formamos parte claramente de una coalición de centro-izquierda, pero tenemos que perfilar las características de un partido de raíz social cristiana, doctrinario no pragmático, con un sentido fuerte de la política y volcado a lo social y desde lo social. Debemos humanizar la globalización, colocando al ser humano en el centro de las cosas proponiendo un desarrollo con todos y para todos, marcado por el signo de la inclusión social. Eso es ser demócrata cristiano hoy.
-Dijiste en algún momento que si la Concertación se abría a la izquierda sería un suicidio político. ¿Van a suicidarse?
-No, no nos vamos a suicidar. Lo que he dicho y reitero es que debemos tener claridad frente a un doble canto de sirena: el del piñerismo y la derecha que tienden a crear la falsa apariencia de un acercamiento entre la DC y ellos, cosa que descarto totalmente y, los cantos de sirena de la izquierda extra Concertación que renunciaron al Partido Socialista, se fueron de la coalición, levantaron candidaturas propias, todo legítimamente, pero que ahora quiere que nos ampliemos a ese nuevo "progresismo". Yo digo que por ningún motivo.
-¿Por qué?
-Porque las coaliciones políticas tienen que ser entre fuerzas afines, leales y convergentes programáticamente. Eso no impide que podamos dialogar con el Partido Comunista, ya que no nos está pidiendo ser parte de la Concertación. El PC estuvo en la oposición durante los 20 años en que nosotros estuvimos en el gobierno. El PC considera que Cuba es una democracia, y nosotros consideramos que es una dictadura. Ahí no hay posibilidad…
-Pero sí para elaborar estrategias electorales…
-Es que hay tres niveles distintos. El de las alianzas con fuerzas leales, convergentes y afines programáticamente. Esa es la Concertación. En un segundo nivel, diálogo sin exclusiones, con los que estuvieron con Frei, con Arrate, con ME-O. El diálogo es una característica histórica de la DC. Y tercero, alianzas electorales que requieren acuerdos electorales, una mayor dosis de pragmatismo, pero con una limitación: que haya coherencia.
-¿Y cómo se logra conciliar pragmatismo con coherencia?
-Ese es el arte de la política. Pero primero, ordenemos la casa. Es lo que hemos estado haciendo en estos procesos eleccionarios. Luego, hablemos con los socios. Una de mis primeras actividades como presidente de la DC fue tomarme un café esta semana -el café del Bicentenario- con los otros presidentes de partidos de la Concertación. Después, conversemos con todos los que están en la oposición sin exclusiones, y, en su momento, con una dosis de pragmatismo pero también de coherencia, el tema de los acuerdos electorales…
-¿Como el pacto de Penco con el PC, promovido por Eduardo Frei?
-Ese fue un acuerdo excepcional. La excepción que confirma la regla.
-Pero hay como 20 comunas que están en una situación similar… ¿Qué van a hacer allí? Talca, Valparaíso, Conchalí etc…
-Yo voy a ser muy pragmático en esto. En Penco hay un alcalde de RN que fue elegido con un tercio de los votos. ¿Qué dicen los partidos de Penco? Somos los otros dos tercios y nos juntaremos para tener un alcalde. Yo respeto esa decisión, porque nace de abajo, de los líderes locales. Ahora si hay otras situaciones similares yo estoy abierto a que ello ocurra. Pero por las características del país, por el mapa electoral, esa es la excepción y no la regla.
-Pero, en definitiva, ¿vas a promover ese tipo de pactos con el PC?
-No hay que precipitarse. Estamos recién concluyendo nuestros procesos internos. Debemos darnos tiempo, no sólo para elegir, sino para reflexionar. Debemos conversar con los otros presidentes de la Concertación para recrearla, revitalizarla. No le podemos ofrecer al país más de lo mismo. Hay que ir paso a paso.
-Hemos hablado de la DC y la izquierda, pero ¿cuáles son las verdaderas diferencias con Piñera, cuyas raíces son DC?
-Piñera viene de una familia DC. Sus padres murieron con la bandera de la Falange en su ataúd; íntimos amigos de Frei Montalva y Tomic. Pero quien cruzó a la vereda del frente fue él. Lo hizo legítimamente, y hoy es presidente de un gobierno de derecha, lo que respeto. Yo sigo estando en el lado de la vereda en que he estado toda la vida. Con él conversaremos como oposición y estaremos disponibles para apoyar todo aquello que sea bueno para el país. Zanjemos de una vez por todas, por ejemplo, el tema de la educación. Saquémoslo del área chica, de la rencilla, de las pequeñas escaramuzas. Transformémosla en prioridad número 1 de la agenda país y procuremos un gran acuerdo nacional. Ahí vamos a estar juntos gobierno y oposición.
-¿Cómo obtuvo Piñera el 52% de los votos?
-El piñerismo es más que la suma de RN y la UDI y si obtuvo el 52% fue por algo muy sencillo: interpretando a una parte de los sectores medios y del centro político que nosotros, los DC, dejamos de interpretar y representar. Pero éste es un gobierno de derecha -y no lo digo en un sentido peyorativo- y es bueno que se asuma como tal.
-¿Pero, qué significa que sea un gobierno de derecha?
-Significa una postura más bien neoliberal en lo económico, más bien conservadora en lo cultural y bastante autoritaria en lo político. No es Piñera, Felipe Larraín o Mañalich que votaron No el 88. Todos sabemos que la derecha tiene en su experiencia reciente una veta autoritaria. Entonces, si me preguntas qué nos diferencia de la derecha, te contesto que 17 años de dictadura y un neoliberalismo económico en el cual yo no creo. No soy neoliberal, yo soy crítico de ese paradigma que se dio en estado puro con los Chicago boys, y es la matriz que predomina en la derecha. Son diferencias importantes y no solamente ideológicas o doctrinarias. Es nuestra historia reciente y lo que explica en buena parte nuestra coalición. Allí se vio quién es quién.
-Cómo ves el futuro de la DC?
-Mira, la DC sola no puede y sin la DC no se puede. Esa es, en síntesis, nuestra política hoy. Sería suicida intentar el camino propio no sólo porque no somos el 42% que éramos en el 65, sino que también porque en un sistema multipartidista, se requiere de alianzas. Como nunca hemos sido un partido de derecha, tenemos que retomar las banderas de una Rerum Novarum 2010. Rerum Novarum significa "cosas nuevas" y ahí está el desafío nuestro para el siglo XXI.
-Cómo enfrentarán el tema valórico, que en ustedes tiene una base cristiana…?
-Hoy día, los valores cruzan horizontalmente y transversalmente a los partidos políticos. Junto con Mariana Aylwin fui el autor de la llamada ley del divorcio y somos católicos, demócrata cristianos. Fuimos estigmatizados por los sectores más conservadores por muchos años, pero lo hicimos por razones de principios y conciencia, de revelarnos en contra del fraude de las nulidades, para ir en ayuda de los hijos, de regular las rupturas matrimoniales. Eso es la DC, un diálogo con los principios y la realidad social. Los sectores más integristas se han quedado sólo en los principios y no se hacen cargo del problema social. Nuestro partido siempre ha tenido la capacidad de ser puente entre los principios que proclamamos y la realidad social. Por eso hemos sido considerados herejes.
-¿Herejes?
-Nacimos a la vida pública como herejes rompiendo con el partido católico, conservador, seguimos enfrentándonos al franquismo, volvimos a reincidir el 47 en la ley de defensa de la democracia que votamos en contra, volvimos a reincidir en la Reforma Agraria con el fin social de la propiedad en que los sectores católicos conservadores nos insultaban en la calle. Con Frei M., planificación familiar, la píldora, para qué seguir. Entonces, hemos tenido que cargar con esta descalificación de parte del mundo integrista y conservador, pero nosotros somos el mundo católico pluralista, democrático.
-¿Qué posibilidades tienen para 2014 con Michelle Bachelet tan bien posicionada?
-Vamos a competir en buena lid. Creo que el tema es muy prematuro. No sabemos qué va a pasar en tres años. En todo caso, lo que haremos es potenciar y no destruir nuestro liderazgo, para llegar con tres, cuatro, cinco cartas que puedan ser candidatos presidenciales a través de una primaria abierta.
-¿Entre ellos tú?
-Es prematuro. No me quita el sueño y lo decidiremos en su momento. Lo que sí sé es que esta nueva directiva se va a sumergir en el partido para recuperar el terreno perdido. La vara con la que se nos medirá será la elección municipal de alcaldes y concejales, por lo que ahí nos concentraremos.
-¿Como ex canciller, cómo evalúas el tema de La Haya?
-Lo veo con mucha tranquilidad. La política exterior es una política de Estado y hay una continuidad histórica y jurídica de Chile que nunca hay que perder. El que conduce la política de Estado es el jefe de Estado y los que hemos participado en la política exterior vamos a apoyar siempre al jefe de Estado como conductor de esa política exterior.
Me he estudiado este tema al revés y al derecho, por todos los lados y tengo la absoluta convicción de que el fallo de la corte internacional de justicia va a ser favorable a Chile y que va a decir tres cosas: la vigencia de los tratados del 52 al 54; la existencia de un límite marítimo y que ese límite está dado por el paralelo geográfico. Esa es la doctrina de todo el Pacífico, Panamá-Colombia, Colombia-Ecuador, Ecuador-Perú, Perú-Chile. Ahí están los tratados, las actas bilaterales del 68, 69, de las cuales mis amigos peruanos nunca se hacen cargo y que son elocuentes, ahí está la práctica reconocida durante 50 años. Lo que pasa es que Perú tuvo un giro copernicano el año 2000. Diario Financiero.
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