jueves, septiembre 02, 2010

Carta de Mariano Fernandez a los Militantes PDC.

Estimadas y estimados camaradas del Partido Demócrata Cristiano. Mediante estas líneas deseo hacer llegar a todos ustedes un fraternal saludo en la víspera de la asunción al mando partidario de la lista triunfadora en las elecciones del 29 de agosto pasado. A Ignacio Walker y a quienes lo acompañan en la nueva Directiva Nacional del PDC, les deseo éxito en su gestión y una feliz representación de nuestro acervo ideológico y programático en sus tareas políticas. A todas y todos los camaradas que participaron en el proceso eleccionario, deseo felicitarlos y agradecerles que hayan cumplido con el deber ciudadano de expresar su voluntad política para elegir a las nuevas autoridades partidarias. A aquellas y aquellos militantes que nos acompañaron en la campaña de una lista transversal, un partido para todos, una directiva 100% y una presidencia a tiempo completo, deseo entregarles mis más sinceros y fraternales agradecimientos por el empeño, el compromiso y la mística con que participaron entusiastamente en el proceso.




También deseo agradecer muy sinceramente  a las y  los camaradas Laura Albornoz, Pablo Lorenzini, Roberto León, Víctor Torres, Claudia Pizarro, Héctor Escobar, Pedro Hernández y Rodrigo Vega, quienes me acompañaron en la lista, por su desprendimiento, disponibilidad para emprender esta marcha y compromiso con los valores y programas involucrados en nuestro esfuerzo. Siento orgullo y admiración por la decisión de cada uno de ellos



La ex ministra Laura Albornoz y el diputado Víctor Torres,  distinguidos camaradas y figuras del PDC, nos representarán en la Mesa Directiva Nacional. A ambos les deseo el mayor de los éxitos y que su gestión confirme que tenía mucho sentido el que hayan participado en nuestra lista 2.



Espero de corazón que se inicie un período de recuperación política y de apoyo popular al PDC y que dejemos en el pasado y el recuerdo la pérdida de casi un millón de votos que tanto nos ha inquietado en el último tiempo.  Lo mismo vale para la disminución de nuestras representaciones parlamentarias y municipales, así como para los que se quedaron en casa, el movimiento social y los jóvenes.



Pronto deberemos completar la renovación de directivas territoriales, funcionales y de conformación de Junta Nacional próxima.  Es de esperar que concurramos a estas nuevas votaciones con entusiasmo y espíritu partidario comprometido, con el objeto que esos comicios constituyan un nuevo paso adelante en el ritmo positivo de la marcha del PDC.



Los invito a continuar la superación de esquemas fosilizados de agrupación interna que le han hecho tanto daño al PDC y que, con independencia y visión estratégica, elijamos a los mejores  para proporcionarle al partido representantes de calidad, imbuidos de espíritu fraternal e ideas que apunten hacia el futuro y la modernidad del humanismo cristiano.



Nacimos a la vida política para servir al país, a los más pobres, a los abandonados, a los que requieren protección y también a una sociedad que prospere con justicia e igualdad, “libre para cada uno y justa para todos”. Hemos sido un partido con grandes contribuciones a la organización social y también a la modernización de la vida nacional; por eso,  hoy resulta inescapable fortalecer el mundo sindical, defender a los trabajadores, sus salarios y puestos de trabajo; pero también velar por el crecimiento económico, una mayor democratización de la política, un genuino acceso a la cultura y una clara protección del ambiente que nos rodea.  Estos postulados tienen, por supuesto, efectos en diversos sectores de la vida pública como son educación, salud, vivienda, seguridad social, economía, finanzas públicas, energía, etc.



Finalmente, deseo reiterar el compromiso de trabajar porque el PDC se constituya en un referente importante para millones de chilenos, cuyas aspiraciones a  ”una patria para todos”  aún no se concretan en plenitud.   La Democracia Cristiana tiene aún tareas muy importantes que realizar para el progreso y desarrollo de Chile.  En estos días en que iniciamos las celebraciones del Bicentenario de la Independencia Nacional deseo terminar este saludo con dos frases de uno de los intelectuales fundamentales de nuestra lucha por la libertad en 1810.  Camilo Henríquez, sacerdote de la Orden de los Frailes de la Buena Muerte, autor de una copiosa obra periodística y política en esa época, entre muchas ideas, expresó que “el deseo de la libertad se acompaña siempre con el de la igualdad” y “la salud del pueblo es la ley suprema”.  Considero que ambos textos son inspiradores y tiene plena vigencia en nuestros días.







Fraternalmente,



Mariano Fernández Amunátegui