PROPUESTA AL PDC. Mariano Fernandez.
Por la Unidad de la Democracia Cristiana y la Unidad de la Concertación."Desde la oposición trabajando hoy con energía para construir un futuro mejor".El deterioro del aprecio por los partidos afecta a la democracia, pues empiezan a ser sustituidos por grupos de presión o de interés que no tienen en su visión principal la tarea del bien común.
Para la derecha la función de los partidos no tiene el mismo valor que para el amplio, pero derrotado espectro de la centro-izquierda chilena. El mercado, los medios, las empresas, las relaciones de amistad, poder y familia, son instintivamente más relevantes en ese mundo.
1.- Los partidos políticos actores del bien común
2.- Pérdida de sustancia democrática en Chile
Si se da una mirada general al universo electoral, las cifras marcan desinterés o falta de motivación por la participación política en Chile y una marcada tendencia a la no participación electoral, con la consecuencia de pérdida de sustancia democrática en el proceso político chileno.
Este elemento es tan preocupante como la pérdida de apoyo electoral y, por ende, político que sufre el PDC. Es particularmente inquietante para el mundo de la Concertación, pues el mundo de la derecha tiene fuertes tendencias a operar en política por otras vías distintas de los instrumentos básicos de búsqueda del bien común en un sistema democrático, como son los partidos políticos. Esto ha quedado reflejado nítidamente en el gabinete del nuevo gobierno, donde han primado los gerentes
3.-Funcionamiento de los partidos políticos
El panorama que se le plantea al PDC hoy, tiene más que ver con preparar y elegir candidatos y negociar alianzas políticas, realizar proselitismo, capacitar en educación política y administrar adecuadamente bienes y medios, que con difundir valores y preparar alternativas de gobierno, desde la oposición
En materia de valores y programas, los acuerdos del V Congreso Ideológico y Programático representan una gran unidad que, sin embargo dado su descuido, han originado y originan disputas adicionales, donde también la conducción, y el estilo de los dirigentes, han contribuido a una pérdida de imagen y de compromiso del PDC con sus propias y solemnes resoluciones
4.-Las pérdidas electorales del PDC
El PDC tuvo un positivo resultado en las parlamentarias del 2009, porque triunfaron 19 diputados y se esperaba una cifra en torno a 15 ó 16. Lo mismo ocurrió a nivel senatorial: fueron elegidos cuatro senadores y la expectativa era de dos o tres. Sin embargo, la derrota del candidato presidencial Eduardo Frei, a la que debe añadirse una votación que llega al 14,24 % del universo de electores (en relación al 25,99 % en 1990 y al 27,12 % en 1993), e incluso la disminución de 20 a 19 diputados empañan la parte auspiciosa de este evento electoral.
Lo anterior, significa una pérdida de 834.558 votos en relación a 1989 y de 895.584 en relación a 1993, es decir, una disminución de casi un 50 % de su electorado en los últimos veinte años. La cifra estricta es aún más expresiva (por lo tanto, más preocupante), si se considera que en 1989 y 1993 votaron 6.797.122 y 6.738.859 respectivamente; en tanto que en 2009 sólo lo hicieron 6.539.570.
5.- Recuperar la confianza de la gente con un nueva forma de hacer política
Quienes han conducido los partidos, el PDC en particular, son dirigentes honestos, pero algunos han desarrollado un estilo y un método de hacer la política que tiene al PDC en la situación en que está. Y de lo que se trata es salir de la situación en que nos encontramos y remontar en apoyo, conducción y contenidos, para renovar el empuje partidario, proporcionar nueva vigencia al humanismo cristiano y a la solidaridad comunitaria, como también reconstituirse en un factor de unidad interna y de unidad con las otras fuerzas de la Concertación para las próximas elecciones de fines de 2013.
El desafío es acercarse de manera más nítida, eficiente y transparente a la gente y permitir su participación en la política del PDC en la medida de sus posibilidades e interés y no excluir la participación mediante el uso de un padrón de militantes, objeto de recurrentes polémicas, muy deslegitimado por sucesivos problemas históricos.
Un caso llamativo es el cuasi olvido en que ha caído el V Congreso Ideológico y Programático de octubre de 2007 que abrió una importante senda de participación y de estímulo para el trabajo partidario, pero que lenta y burocráticamente fue desapareciendo hasta como referencia en la vida del PDC. Ese también fue un factor interno de desapego que envió a algunos “a la casa” y a otros les eliminó su interés de participar en el PDC.
6.- Abrir las puertas y acercarse a la gente
Es evidente la necesidad de vincular al PDC de manera activa y presente a los movimientos estudiantiles, con el objeto de invitar a incorporarse a los dirigentes que surgen de los centros de alumnos y federaciones estudiantiles y universitarias. También ocurre algo parecido con los líderes sociales y gremiales.
También es evidente que la desmotivación va directamente asociada a falta de mecanismos claros de participación para los y las profesionales, técnicos, sindicalistas, pobladores, campesinos, dueñas de casa y jefas de hogar, comerciantes y empresarios. Todos ellos requieren acción partidaria que se identifique con sus intereses y, simultáneamente, les abra espacios de participación para contribuir a la formulación de la política del PDC en cada uno de sus sectores.
7.-Una mirada a la globalización
Asimismo, políticamente hablando, debemos impulsar un proceso de globalización ordenado que favorezca la vida y el bienestar de todos los seres humanos y no solamente la creación de una clase superior a nivel mundial que se comunica, negocia, y enriquece sin consideración alguna por los fenómenos nacionales de integración social, desarrollo democrático, seguridad ciudadana, medioambiente, etc.
8.-El Partido Demócrata Cristiano es una fuerza de oposición
Hemos pasado a ser oposición y yo diría “oposición a secas”, como corresponde en las democracias. Esto quiere decir que cerrado nuestro ciclo de gobierno de veinte años debemos crear un nuevo ciclo para volver al gobierno y conducir al país nuevamente por una senda de crecimiento económico, igualdad, desarrollo moderno, inclusión social, dando también un gran impulso al conocimiento y la tecnología, un lugar de privilegio para la cultura y la educación de calidad, una significativa valoración de la vida local y sus líderes, y un estímulo concreto al auge de las regiones.
Hoy nos encontramos fuera del poder, pero mantenemos la Concertación y su supervivencia debe ser también un objetivo político del PDC. Ello es importante por la fuerza política que representamos y también por sus perspectivas futuras como alianza para enfrentar las elecciones municipales, recuperar el terreno perdido, y crear los contenidos y métodos para constituirnos en una alternativa de gobierno en 2013.
No demos señales equívocas hoy. La interpretación generalizada es que tenemos camaradas que miran con excesivo interés un ambiguo, pero concreto entendimiento con fuerzas vinculadas al gobierno de la derecha. Si ello no es así, debe expresarse de manera rotunda, pues no se ve argumento alguno para ello, particularmente después de nuestra derrota electoral, justamente frente a la derecha.
9.-Las tareas inmediatas
Nuestra tarea fundamental es oponernos con fuerza y claridad a todas las medidas del gobierno que apuntan contra el bien común y, particularmente, contra aquellas que en lugar de corregir errores o mejorar desarrollos de lo obrado por los gobierno de la Concertación, buscan reducir el Estado, desregular el funcionamiento de las empresas y, en ese sentido, redistribuir negativamente la riqueza del país.
Por otra parte, resulta inaceptable la manipulación del lenguaje del Primer Mandatario quien declara decisiones de “Unidad Nacional” el nombramiento de personas vinculadas a la Concertación en un par de cargos públicos. Si el Presidente desea llevar a cabo un auténtico gobierno de Unidad Nacional, debe convocar a las fuerzas opositoras y concordar un plan de acción para Chile. Así se estructura la Unidad Nacional. Otra clase de medidas y de retórica es una burla y una mala presentación del Jefe del Estado.
10.-La centralidad del PDC y el centro en política
La Democracia Cristiana es, ante todo, un partido nacional y popular, con todo el patrimonio de lo que ello significa, usando los términos clásicos de la política. Somos un partido más izquierdista que cualquier otro en materia de derechos humanos y de dignidad de las personas; también lo somos en las reivindicaciones sociales y económicas de trabajadores, campesinos, y desamparados.
Somos un partido de Estado, serio y responsable, en materia de relaciones exteriores y en aquellos otros asuntos que exigen políticas de Estado. Somos más conservadores que otros en materias relacionadas a la defensa de la vida humana, visión de la familia y así podemos seguir una larga enumeración ideológico-programática que nos sitúa, a plena satisfacción nuestra, como una fuerza de vanguardia y de compromiso social.
Nuestro futuro se constituye a partir de lo que hacemos hoy. Nuestro primer desafío como Partido es recuperar centralidad en la política chilena, pues actualmente nos dirigimos peligrosamente hacia la periferia del sistema político. Ahí tenemos el verdadero desafío de recuperar protagonismo para que nuestras ideas, principios y programas graviten en el futuro político de Chile.
Para ello hemos presentado esta candidatura para conducir el partido Demócrata Cristiano por dos años, por setecientos treinta días, ni uno más ni uno menos. De ahora en adelante el protagonismo lo tienen las bases, Ellas en una bella votación universal, un militante un voto, se pronunciarán y elegiremos una nueva directiva nacional, mostrándole al país que la Democracia Cristiana, está de pie, en marcha y construyendo un nuevo futuro para el PDC, para la Concertación y para Chile .
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