HACIA DONDE VAS DEMOCRACIA CRISTIANA?. Javier Espinoza
Ha pasado tiempo ya desde nuestra derrota electoral y poco hemos avanzado en pos de tomar definiciones políticas, estratégicas y de futuro, tanto para nuestro partido, coalición como para nuestro país.
Cierto es que el terremoto nos obligó a cambiar mucho de nuestro itinerario, pero no es menos cierto que tanto gobierno como oposición han abusado de la excusa del terremoto para no enfrentar, para no tomar posiciones definidas y claras.
Aislando el tema de reconstrucción nacional post terremoto, hemos visto una extrema ambigüedad en nuestro actuar, un poco claridad temática, política, estratégica y de sentido del quehacer político de un partido que durante años fue eje de una coalición como ninguna, primero en oposición preparando el regreso a la democracia y posteriormente de los 20 años más exitosos de la historia de nuestro país......Sin embargo, un diagnóstico necesario, útil y que se está dando es tratar de explicar algunos motivos de la derrota de la última elección y que ciertamente no es producto de la campaña exclusivamente. Hay elementos que se venían fraguando hace tiempo.
Los primeros díscolos nacen desde el momento en que se quiere ser gobierno y oposición al mismo tiempo, política muy clara que llevó a cabo el PPD y cierto sector del PS. Se quiso sacar beneficios de lo bueno que se hacía pero a la vez no dejar de criticar públicamente, generar un capital político con su disentir, público obviamente, solo cuando hay televisión aparecen, farandulizando la política, intentando sacar réditos políticos, ganar votos, siendo oposición, a todo aquello que no era de su interés particular o personal de algunos connotados personeros.
Ese tipo de política, a la que algunos llaman fagocitarse, va mermando la unidad, y el crecer en la diferencia que era una de las características y virtudes de la concertación. Y no se trata de no criticar, pero hay formas, maneras y lugares para hacerlo.
Muchos hemos sido críticos de lo obrado por la concertación, sin duda, pero no hemos traicionado al conglomerado haciendo publicidad negativa y vistiéndonos de díscolos, solo con afanes electoralistas. Algunos por cubrir falencias de los árboles que le dan sombra, justificaron lo injustificable y confundieron lealtad con incondicionalidad.
También es necesario reconocer que las críticas fueron acalladas, no se dejaron fluir libremente y por canales adecuados. Y que sobretodo la gente común empezaba a exponer cada vez con más fuerza. El espectáculo dado en las pseudo primarias no hizo otra cosa que ridiculizarnos y exponernos todas nuestras debilidades y carencias.
Dejamos de lado nuestra raíz social, minimizamos el impacto y lo grande que era nuestra inserción en el mundo social y trabajador. Era tan importante cuidar la democracia que bajamos las demandas, les pedimos que las pospusieran, el conflicto social lo manejamos, lo administramos pero no solucionamos y profundizamos la democracia y la justicia social, que para eso estábamos llamados. El que algunos trabajadores exaltados y otros no tanto nos recriminaran por no haber estado en 2º años juntos a los trabajadores no es casual.
Hicimos múltiples leyes y proyectos para mejorar las condiciones de los trabajadores, les dimos protección, pero la incoherencia y el no avanzar más por miedo a los poderes fácticos, por los intereses de algunos que habiendo participado del sector público terminaron dirigiendo empresas privadas y conglomerados privados, nos restó credibilidad. El traspaso público – privado, es un tema que nos pesa y que nos quita capacidad para criticar el conflicto de intereses de algunas autoridades del actual gobierno.
Perdimos presencia en el mundo social, universitario, juvenil, sindical, poblacional. Nos centramos tanto en el aparato estatal, y algunos tomándolo como botín, acomodando a gente que no tenía ni los conocimientos, aptitudes, habilidades y menos la capacidad para hacerse cargo de la gestión pública incluso de algunas organizaciones vitales en el funcionamiento estatal. Favorecimos a los amigos, el nepotismo y el clientelismo. Y pese a eso hicimos muchísimas cosas buenas y positivas.
Estructura partidaria: alguien puede poner en duda que tenemos una organización política añeja, burocrática, en el sentido peyorativo de la palabra, anacrónica, ineficiente, de poca efectividad poca capacidad de respuesta?
Hace años nos vanagloriábamos de ser el único partido que podía desplegar una campaña en todo el país. Que teníamos bases en todas las comunas. Incluso apostamos a dar vuelta el poder económico y el gasto de recursos de la última campaña, con nuestro poder de convocatoria y de personas que sumaríamos al trabajo en terreno. Cual es la realidad? Se le pagaba a brigadistas o solo algunos lugares podíamos contar con personas dispuestas a trabajar por el partido y nuestro candidato. Y ellas no contaban con ningún tipo de apoyo del partido.
Hemos desaparecido de comunas, de regiones, ene l sector oriente de Santiago con suerte tenemos algunos concejales y como isla la Comuna de Peñalolén, que se mantiene más en base a esfuerzos personales y apoyos personales que a una política del partido. De hecho lo mediático o el éxito de Claudio Orrego para algunos, sin sentido político, es una amenaza. Eso demuestra lo errado de nuestro actuar y nuestra disociación con nuestro principios y valores. Claudio Orrego es uno de los pocos capitales políticos y de proyección que hoy tenemos.
Responsabilidad del partido y sus dirigentes máximos, en la dirección y en la derrota electoral. Cuando Soledad Alvear presentó su dimisión como jefa del partido, lo hizo en cuanto partido derrotado en las elecciones municipales. Hoy tenemos una mesa que pierde las elecciones de presidente de la república, que presenta una disminución de la votación, pese a poder elegir más senadores y un importante número de diputados. Sin embargo, seguimos cayendo tanto en el porcentaje de votos como en cantidad de votos. Y aun siguen y se dilatan las decisiones respecto al futuro. Se cita a una junta nacional, absolutamente poco representativa para que tome decisiones sobre el futuro del partido.
Con esa lentitud y siguiendo con dirigentes deslegitimados, formales, pero con ninguna representatividad, no lograremos dar un vuelco en nuestra ya poca credibilidad pública.
En ese mismo sentido, aquellos que propiciaron la entrada a la ODCA de partidos de derecha, no puede ser quienes critiquen a aquellos “connotados” militantes que asumen posiciones de dirección en este Gobierno de Derecha. Se sembró y hoy se cosecha lo que algunos dirigentes hicieron abriendo puertas a quienes no son y nuca serán parte de nuestro pensamientos humanista cristiano. Cómo podríamos ser parte de una entidad internacional que incluye a sectores como el PAN de México o el partido Nacional o blanco de Uruguay? Aznar y el partido popular español es de derecha y los demócratas cristianos por principios no podemos ser de derecha. Eso es una muestra más de la incongruencia de algunos que detentaron el poder en la DC.
Por lo mismo, y particularmente en Chile debemos revertir y detener cualquier atisbo de alianza con esos sectores derechistas, para posteriormente corregir nuestra postura en el ámbito internacional. Debemos confirmar nuestra inserción y postura de formar un frente amplio, incluyendo a sectores de izquierda que no forman parte de la concertación
La función del PDC como partido eje de la coalición de centro izquierda, un centro progresista competitivo, reformista o revolucionario, con gran influencia y participación social amplia debe ser el norte que nos guíe.
Esa participación social amplia debe incluir la incorporación de nuevas formas de socialización, nuevas organizaciones, formas de participación de la sociedad civil. Abrimos nuevos espacios en estos 20 años de gobierno, dimos posibilidad de creación de nuevas instancias y sin embargo no estuvimos a la altura para entenderlas ni asimilarlas. Los cambios que nosotros mismo provocamos nos superaron y no tuvimos respuestas a esas nuevas demandas.
Esta ente otras tantas preguntas deberíamos ser capaces de responder, solucionar los problemas que hoy nos aquejan y tomar decisiones para poder posteriormente determinar nuestro rol como partido en este bicentenario. De nuestra capacidad de respuesta, de nuestra capacidad de reinventarnos y presentarnos acorde a esta nueva sociedad dependerá incluso nuestra subsistencia como partido y no como un mero grupo de intereses comunes de algunos “proceres”.
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Cierto es que el terremoto nos obligó a cambiar mucho de nuestro itinerario, pero no es menos cierto que tanto gobierno como oposición han abusado de la excusa del terremoto para no enfrentar, para no tomar posiciones definidas y claras.
Aislando el tema de reconstrucción nacional post terremoto, hemos visto una extrema ambigüedad en nuestro actuar, un poco claridad temática, política, estratégica y de sentido del quehacer político de un partido que durante años fue eje de una coalición como ninguna, primero en oposición preparando el regreso a la democracia y posteriormente de los 20 años más exitosos de la historia de nuestro país......Sin embargo, un diagnóstico necesario, útil y que se está dando es tratar de explicar algunos motivos de la derrota de la última elección y que ciertamente no es producto de la campaña exclusivamente. Hay elementos que se venían fraguando hace tiempo.
Los primeros díscolos nacen desde el momento en que se quiere ser gobierno y oposición al mismo tiempo, política muy clara que llevó a cabo el PPD y cierto sector del PS. Se quiso sacar beneficios de lo bueno que se hacía pero a la vez no dejar de criticar públicamente, generar un capital político con su disentir, público obviamente, solo cuando hay televisión aparecen, farandulizando la política, intentando sacar réditos políticos, ganar votos, siendo oposición, a todo aquello que no era de su interés particular o personal de algunos connotados personeros.
Ese tipo de política, a la que algunos llaman fagocitarse, va mermando la unidad, y el crecer en la diferencia que era una de las características y virtudes de la concertación. Y no se trata de no criticar, pero hay formas, maneras y lugares para hacerlo.
Muchos hemos sido críticos de lo obrado por la concertación, sin duda, pero no hemos traicionado al conglomerado haciendo publicidad negativa y vistiéndonos de díscolos, solo con afanes electoralistas. Algunos por cubrir falencias de los árboles que le dan sombra, justificaron lo injustificable y confundieron lealtad con incondicionalidad.
También es necesario reconocer que las críticas fueron acalladas, no se dejaron fluir libremente y por canales adecuados. Y que sobretodo la gente común empezaba a exponer cada vez con más fuerza. El espectáculo dado en las pseudo primarias no hizo otra cosa que ridiculizarnos y exponernos todas nuestras debilidades y carencias.
Dejamos de lado nuestra raíz social, minimizamos el impacto y lo grande que era nuestra inserción en el mundo social y trabajador. Era tan importante cuidar la democracia que bajamos las demandas, les pedimos que las pospusieran, el conflicto social lo manejamos, lo administramos pero no solucionamos y profundizamos la democracia y la justicia social, que para eso estábamos llamados. El que algunos trabajadores exaltados y otros no tanto nos recriminaran por no haber estado en 2º años juntos a los trabajadores no es casual.
Hicimos múltiples leyes y proyectos para mejorar las condiciones de los trabajadores, les dimos protección, pero la incoherencia y el no avanzar más por miedo a los poderes fácticos, por los intereses de algunos que habiendo participado del sector público terminaron dirigiendo empresas privadas y conglomerados privados, nos restó credibilidad. El traspaso público – privado, es un tema que nos pesa y que nos quita capacidad para criticar el conflicto de intereses de algunas autoridades del actual gobierno.
Perdimos presencia en el mundo social, universitario, juvenil, sindical, poblacional. Nos centramos tanto en el aparato estatal, y algunos tomándolo como botín, acomodando a gente que no tenía ni los conocimientos, aptitudes, habilidades y menos la capacidad para hacerse cargo de la gestión pública incluso de algunas organizaciones vitales en el funcionamiento estatal. Favorecimos a los amigos, el nepotismo y el clientelismo. Y pese a eso hicimos muchísimas cosas buenas y positivas.
Estructura partidaria: alguien puede poner en duda que tenemos una organización política añeja, burocrática, en el sentido peyorativo de la palabra, anacrónica, ineficiente, de poca efectividad poca capacidad de respuesta?
Hace años nos vanagloriábamos de ser el único partido que podía desplegar una campaña en todo el país. Que teníamos bases en todas las comunas. Incluso apostamos a dar vuelta el poder económico y el gasto de recursos de la última campaña, con nuestro poder de convocatoria y de personas que sumaríamos al trabajo en terreno. Cual es la realidad? Se le pagaba a brigadistas o solo algunos lugares podíamos contar con personas dispuestas a trabajar por el partido y nuestro candidato. Y ellas no contaban con ningún tipo de apoyo del partido.
Hemos desaparecido de comunas, de regiones, ene l sector oriente de Santiago con suerte tenemos algunos concejales y como isla la Comuna de Peñalolén, que se mantiene más en base a esfuerzos personales y apoyos personales que a una política del partido. De hecho lo mediático o el éxito de Claudio Orrego para algunos, sin sentido político, es una amenaza. Eso demuestra lo errado de nuestro actuar y nuestra disociación con nuestro principios y valores. Claudio Orrego es uno de los pocos capitales políticos y de proyección que hoy tenemos.
Responsabilidad del partido y sus dirigentes máximos, en la dirección y en la derrota electoral. Cuando Soledad Alvear presentó su dimisión como jefa del partido, lo hizo en cuanto partido derrotado en las elecciones municipales. Hoy tenemos una mesa que pierde las elecciones de presidente de la república, que presenta una disminución de la votación, pese a poder elegir más senadores y un importante número de diputados. Sin embargo, seguimos cayendo tanto en el porcentaje de votos como en cantidad de votos. Y aun siguen y se dilatan las decisiones respecto al futuro. Se cita a una junta nacional, absolutamente poco representativa para que tome decisiones sobre el futuro del partido.
Con esa lentitud y siguiendo con dirigentes deslegitimados, formales, pero con ninguna representatividad, no lograremos dar un vuelco en nuestra ya poca credibilidad pública.
En ese mismo sentido, aquellos que propiciaron la entrada a la ODCA de partidos de derecha, no puede ser quienes critiquen a aquellos “connotados” militantes que asumen posiciones de dirección en este Gobierno de Derecha. Se sembró y hoy se cosecha lo que algunos dirigentes hicieron abriendo puertas a quienes no son y nuca serán parte de nuestro pensamientos humanista cristiano. Cómo podríamos ser parte de una entidad internacional que incluye a sectores como el PAN de México o el partido Nacional o blanco de Uruguay? Aznar y el partido popular español es de derecha y los demócratas cristianos por principios no podemos ser de derecha. Eso es una muestra más de la incongruencia de algunos que detentaron el poder en la DC.
Por lo mismo, y particularmente en Chile debemos revertir y detener cualquier atisbo de alianza con esos sectores derechistas, para posteriormente corregir nuestra postura en el ámbito internacional. Debemos confirmar nuestra inserción y postura de formar un frente amplio, incluyendo a sectores de izquierda que no forman parte de la concertación
La función del PDC como partido eje de la coalición de centro izquierda, un centro progresista competitivo, reformista o revolucionario, con gran influencia y participación social amplia debe ser el norte que nos guíe.
Esa participación social amplia debe incluir la incorporación de nuevas formas de socialización, nuevas organizaciones, formas de participación de la sociedad civil. Abrimos nuevos espacios en estos 20 años de gobierno, dimos posibilidad de creación de nuevas instancias y sin embargo no estuvimos a la altura para entenderlas ni asimilarlas. Los cambios que nosotros mismo provocamos nos superaron y no tuvimos respuestas a esas nuevas demandas.
Esta ente otras tantas preguntas deberíamos ser capaces de responder, solucionar los problemas que hoy nos aquejan y tomar decisiones para poder posteriormente determinar nuestro rol como partido en este bicentenario. De nuestra capacidad de respuesta, de nuestra capacidad de reinventarnos y presentarnos acorde a esta nueva sociedad dependerá incluso nuestra subsistencia como partido y no como un mero grupo de intereses comunes de algunos “proceres”.
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