lunes, abril 12, 2010

La relatividad del tiempo . Jorge Pizarro

Al analizar el reclamo de Don José Mora, dirigente del sector Caleta Villarrica, y de los 300 vecinos de Dichato que hace pocos días protestaron en pos de “soluciones concretas” tras la catástrofe del 27F, queda muy clara la “relatividad” con que algunos pueden estar midiendo el tiempo hoy. Lo complejo es que, mientras para el actual gobierno un mes es muy poco para una evaluación, si nos ponemos en los zapatos de los afectados por el terremoto, un mes durmiendo en carpas o, peor aun, a la intemperie, puede ser una eternidad.
No es para nadie un misterio que quienes estuvimos por la candidatura que fue superada por quien es Presidente de la República tenemos una visión diferente de lo que significa gobernar un país. Era natural entonces que no tuviéramos grandes expectativas......La sensación que nos queda es que, tras un mes de gobierno, éste todavía no ha partido. No sólo no ha sido capaz de conformar sus equipos, sino que tampoco ha podido elaborar un plan completo para la reconstrucción nacional y menos presentarle al país una propuesta para su financiamiento.
Lo que tenemos hasta ahora salta a la vista en las profusas apariciones del Mandatario en los medios: el Presidente manejando una retroexcavadora, guiando una visita de párvulos en La Moneda, con Zafrada, recibiendo a una banda de rock, vacunando periodistas contra la influenza, pilotando un helicóptero; en fin, activo, tal vez demasiado, pero casi siempre muy solo y sin un norte o meta de largo plazo que hilvane tantas y tantas acciones.
La legitimidad de un gobierno se alcanza ganándose la credibilidad y el respeto de los ciudadanos. Mostrando que se es capaz de formar los cuadros necesarios para realizar una labor coordinada.Y también despejando las confusiones sobre el interés particular y el interés público de los que integran el aparato del Estado.
La forma en que se hace la tarea tampoco es menor. La paz social la brinda la inclusión y esto significa tener la capacidad de escuchar a la comunidad, a los gobiernos regionales, a los alcaldes, a las organizaciones de base y también a los distintos sectores políticos: todos somos parte del país.
Se gobierna mejor cuando se consiguen acuerdos; se gobierna para todos cuando se consulta y se informa adecuadamente sobre las decisiones adoptadas; se gobierna con mayor eficiencia cuando se involucra a todos en un proyecto país; se gobierna ágilmente cuando se toma en cuenta lo que hicieron quienes antecedieron.
El pecado de omisión de una partida muy acelerada debe corregirse y atender no sólo la demanda de los vecinos de Dichato y las restantes comunas afectadas, sino de la sociedad en su conjunto. Y partir de verdad antes de que sea demasiado tarde. No se puede imponer la sordera intencionada. Escuchar, dialogar y aceptar las propuestas de otros constituye un valor que se contrapone a la soberbia. Don José Mora y miles de chilenos así lo merecen.
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