jueves, diciembre 11, 2008

Voto Político: Tesis de los 14 puntos Democracia y Seguridad: el compromiso de la Democracia Cristiana con Chile y su pueblo. Gonzalo Wielandt


Camaradas de la Junta Nacional. Esta es la tribuna pública más importante del partido. El lugar donde se expresan las ideas. El espacio de la deliberación y del diálogo razonable, fructífero y amistoso. La asamblea donde se decide el curso futuro del partido. Por todo esto, soy un agradecido de poder participar en el actual debate.1. El V Congreso ha determinado no seguir administrando el régimen de desamparo social que nos dejara la dictadura, sino que la construcción de una democracia efectivamente verdadera, libre de todo enclave autoritario y de interés de poder de cualquier tipo. La democracia cristiana debe volver a ser una entidad social, capaz de representar la diversidad de la sociedad chilena, superando el comportamiento corporativo clientelar que hace perder la búsqueda del bien común de la patria, confundiéndolo con el bien parcial y de corto plazo del gobierno, de cuadros administrativos y con el bien propiamente corporativo particular. Asimismo, la sociedad chilena actual se caracteriza por una estructura de clase polarizante y polarizada, en que no sólo se experimentan los conflictos entre ricos y pobres, sino que también la misma clase media se ha fragmentado peligrosamente, hecho que hoy en día es causa manifiesta, también, de nuestra crisis partidaria.

2. Actualmente se observa un peligroso escenario de desdemocratización real de la sociedad chilena producto de la pérdida de confianza de la civilidad en la política y en los partidos. La pérdida de confianza de la civilidad representa un descontento que resulta de la fragmentación constante de la comunidad, impotente ante la realidad que le aflige y potenciada por los fuertes embates del individualismo, sustentado en la actual cultura nacional. Esto nos lleva a una profunda y preocupante pérdida de la comunidad, lo que para nosotros los demócratas cristianos es la pérdida de la democracia. Esto mismo lo experimentamos al interior de nuestro partido, al vernos atrapados por el utilitarismo individualista que ha herido gravemente nuestra confraternidad, supeditando la libertad de cada uno de los militantes al interés corporativo e individual, por cuanto ya no es la solidaridad lo que prima entre nosotros, sino que ¿cuánto me sirve tal o cual? Por lo tanto, no hay más democracia cristiana, si ya no hay más comunidad de hombres y mujeres libres en nuestro partido.

3. La comunidad también se fortalece cuando existen reglas claras y transparentes, ejemplificadas en los estatutos del partido, dignas de ser respetadas por todos para garantizar a los más débiles y a las minorías del partido no ser pasados a llevar por los más poderosos y mayorías circunstanciales, ya que la democracia cristiana encarna la lucha de los más pobres y desamparados, en la que la dignificación de la persona humana es la base de todo cimiento político para que la democracia sea expresión de una comunidad de hombres y mujeres libres. Esto nos presenta el desafío de que los demócratas cristianos no debemos tener dos morales, sino que debemos inspirar nuestra acción política con la cabeza fría, el corazón ardiente y las manos limpias.

4. De aquí, entiéndase que nuestras principales autoridades políticas, como Presidente, Parlamentarios, Ministros, cuadros gubernamentales, dirigentes del partido deben ser fiel reflejo de esta lucha del pueblo por la dignificación, dando testimonio de que cada uno de nuestros representantes es un bastión de lucha de la doctrina e ideología de la democracia cristiana.

5. La comunidad de afectos, que hacía posible que nuestras diferencias se consideraban como parte de la democracia interna y un derecho de la persona militante, concebía a Chile en primer lugar, la democracia cristiana en segundo lugar y cada uno de nosotros humildemente en tercer lugar, lamentablemente hoy esa triada es al revés. Ello ha pervertido la cultura partidaria y nuestra calidad intelectual, al privilegiar el tener más por el ser más en las políticas sociales, cayendo en el asistencialismo y olvidando nuestra tarea de promover la organización del pueblo.

6. Es por todo esto, que resulta absolutamente imprescindible que la democracia cristiana cristalice un programa de gobierno a través de un equipo de camaradas elegidos democráticamente en esta junta, cuyo eje sea el V Congreso, expresado por una síntesis política que oriente nuestras propuestas y líneas de acción.

7. Síntesis política que se resume en “Democracia y Seguridad” para Chile como una sociedad de derechos. “Democracia” entendida como derecho del pueblo a ser poseedor de su soberanía. “Seguridad” entendida como derecho del pueblo a ser amparado por la responsabilidad social del Estado y a ser una verdadera autoridad a través de la representación que le da la comunidad organizada. En consecuencia, la democracia cristiana, a la luz del V Congreso, aspira en su actual lucha por un Chile más democrático y más seguro para hacer de nuestro país una efectiva sociedad de derechos.

8. Nuestro V Congreso ha resuelto luchar por un nuevo orden constitucional compuesto por un Estado social y democrático de derecho, promotor de la comunidad organizada como una verdadera autoridad. O sea, un Estado social, comunitariamente orientado, como verdadero garante del bien común del pueblo de Chile.

9. Con tal motivo, para una nueva constitución es imprescindible consolidar un “Gran Movimiento Nacional por la Participación Comunitaria”, tal como lo postula nuestro V Congreso, en el que toda la diversidad social y política que aspira a una democracia auténticamente verdadera converja en este movimiento como representante de esta lucha democrática, y respetuoso de las identidades de cada uno de los partidos y organizaciones que lo compondrían.

10. Esto se logra convocando a todo el mundo político, social y cultural, cuya lucha sea por más democracia para conformar un movimiento que genere las condiciones objetivas y subjetivas de cambio político, capaz de conducir al proceso democratizador chileno hacia una asamblea constituyente, tal como lo postula nuestro V Congreso, para instituir una constitución auténticamente democrática.

11. Comprendemos, por lo tanto, que las propuestas de reforma constitucional presentadas por nuestro Camarada Senador Eduardo Frei son un aporte en el marco de todas las formas de lucha democrática en pos de generar grietas en la constitución autoritaria, pero que están supeditadas al proceso de democratización orientada por el Movimiento Nacional de Participación Comunitaria encargado de conducir la lucha democrática hacia la asamblea constituyente, rompiendo con la lógica de impotencia de cambio político de estos 18 años.

12. Para tal noble tarea, impuesta por el propio pueblo demócrata cristiano en el V Congreso, la síntesis política propuesta y la creación del Movimiento Nacional de Participación Comunitaria, requieren de un partido fuerte, consolidado mediante un acuerdo parlamentario para una Nueva Democracia. Así, la democracia cristiana debe reivindicar la vigencia del acuerdo de Concepción con el Partido Socialista y evaluar seriamente las posibilidades de extender tal acuerdo a otros partidos, conglomerados y actores del mundo político y social para fortalecer la posición parlamentaria de la democracia cristiana, de la concertación y en consecuencia de todos los partidos y organizaciones que luchan por una nueva constitución. Esto se hace propiciando un acuerdo parlamentario eficiente y generoso que garantice a la democracia cristiana ser protagonista y conductora del gran Movimiento Nacional por la Participación Comunitaria, lo que debe sostenerse en fuerte alianza con el Partido Socialista por ser ambos partidos de larga tradición histórica y democrática chilena, comprometidos con el proyecto unitario de la concertación y con la voluntad de cambio social para un Chile más democrático.

13.La vigencia de las tesis políticas en nuestro partido, votadas por la junta nacional, son el fundamento orientador de la acción política que ha guiado nuestro partido desde que era Falange Nacional, noble costumbre democrática perdida hace algunos años atrás, por lo que hoy hacemos presente esta tesis expresada como síntesis política del V Congreso.

14. Creemos que la tesis que obtenga la victoria en esta Junta Nacional debe determinar la directiva que debe dirigir nuestro partido hasta abril del 2010, reconociendo el sublime valor que tendría un acuerdo para una directiva de integración y consolidación comunitaria en la Junta Nacional, pero de no resultar aquello el pueblo demócrata cristiano debe pronunciarse por quién representa mejor esta síntesis política de nuestro V Congreso mediante elecciones universales de directiva nacional.
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