viernes, marzo 09, 2007

...RECUPERANDO NUESTRAS RAICES....M.ROMAN...

“Aunque todos los días escuchamos de los avances en materias de políticas públicas, programas y proyectos sociales; la percepción y constatación de la realidad concreta, nos va enfrentando a una realidad que son los grandes vacíos de participación de la sociedad civil”
Las políticas públicas constituyen el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para solucionar los problemas que en un determinado momento histórico la sociedad civil y el propio gobierno consideran prioritarios, políticas que se suponen se extienden en el tiempo evitando con esto la reapertura de los problemas. La construcción de políticas públicas es una construcción social donde intervienen múltiples actores, que diferirán según el ámbito o sector de que se trate.
Las políticas sociales son, dentro de las políticas públicas, un subconjunto de acciones públicas y/o privadas relacionadas con la distribución de recursos de todo tipo en una comunidad en particular. Su finalidad es proveer de bienestar individual y/o colectivo. Estas políticas sociales varían según sean las concepciones que se tengan sobre los principales valores que deben orientarlas, la forma en que se han de satisfacer las necesidades humanas, el rol que le cabe al Estado y a la sociedad civil en la construcción del bienestar colectivo.
El Estado era el principal actor, tanto en la formulación como en la ejecución de las políticas sociales; el aparato estatal asumía la obligación de proporcionar protección a las personas, a la sociedad civil, en especial a los que sufren necesidades y riesgos específicos. Su labor primordial era el de equilibrar la asimetría entre capital y trabajo, acotar el conflicto entre las clases y mediar en las luchas y pugnas de intereses que son las características del capitalismo.
La crisis del rol del Estado comienza con la implementación que hace la dictadura de un sistema individualista neoliberal, que aún rige los destinos económicos, políticos y sociales del país. Es decir se sigue administrando la herencia que dejo la dictadura. La transformación del Estado, implica su achicamiento y la resignación de sus anteriores roles principales; comienza a profundizarse la brecha entre economía y sociedad, algunos expertos lo han llamado “modelo de modernización excluyente”, donde el desempleo, el subempleo y las condiciones de trabajo se agravan dramáticamente. El modelo inserta la economía en el mercado mundial, favoreciendo a los tradicionales sectores que ostentan el poder económico.
El nuevo ordenamiento socioeconómico abarca dos dimensiones principales: por una parte el rápido incremento de la transnacionalización de la economía y por otro la reforma del aparato del Estado que implica una caída en su rol regulador. Es decir, todo queda dependiendo y anclado al poder financiero y a los bamboleos de la economía. En resumen, el esquema de crecimiento económico se distancia del bienestar del conjunto de la sociedad, dejando la solución de los problemas a cada uno de los individuos, sin ser responsable nadie más que las personas, se excluye a la sociedad de cualquier alternativa de desarrollo social, esto es materia de la economía. Asimismo. La política también pasa a depender y subordinarse a la economía.
Estos procesos de ajuste y la redefinición de las misiones del Estado, significaron el retiro de su intervención en el campo económico, dejando funcionar en forma “libre” al mercado, y redujeron casi a cero su principal papel redistributivo o regulador de las diferencias e inequidades sociales, lo que ha llevado a la profundización de la brecha entre ricos y pobres, y alejando de las posibilidades de crecer a la clase media motor de la construcción y desarrollo del país, con lo que va en aumento los sectores con mayores carencias. Como consecuencia, y desde la perspectiva de la sociedad civil, perdió legitimidad su tradicional papel como proveedor de protección social y como protagonista de las políticas sociales. En este contexto, las políticas sociales sólo van a “compensar” lejos de solucionar la situación de los grupos afectados.
Dadas las consecuencias de la limitación de las funciones sociales del Estado que le permite ejecutar políticas sociales acotadas y segmentadas, acorde con las políticas promovidas por los organismos y agencias internacionales de financiamiento, que apuntan a paliar algunas de las consecuencias de la deprivación material, cultural y simbólica de los grupos vulnerables que a encarar los factores causales de la pobreza, particularmente los económicos. Es decir, sólo programas sociales que vayan en directa relación con evitar la efervescencia social que pueda afectar a la economía y a los factores financieros de quienes tienen y manejan el poder económico.
En este sentido, la Sociedad Civil requiere una fuerte organización, cobrar el protagonismo en el campo de las políticas sociales y es ahí donde la DC debe estar trabajando para su organización, crecimiento y fortalecimiento. Actualmente, las organizaciones de la sociedad civil se encuentran dispersas y se hace imprescindible su asociatividad para enfrentar los problemas sociales producto de las políticas definidas por el sistema y que actualmente se administran sin reparos de ningún tipo.
Las formas jurídicas que se aglutinan en el denominado tercer sector económico y social, que dan vida a la sociedad civil que van desde: Corporaciones, Fundaciones, Cooperativas, Juntas de Vecinos, Centros de Padres y Apoderados, Centros Estudiantiles, Organizaciones Comunitarias, Sindicatos, Asociaciones Gremiales, Mutuales, Colegios Profesionales, Asociaciones Gremiales, Organizaciones Étnicas, Agrupaciones de sectores minoritarios en la sociedad, etc.
Si bien, esta sociedad civil, no esta en condiciones de realizar programas universales, su asociatividad organizacional puede conducirlos a exigir la participación necesaria para el desarrollo de políticas publicas ad hoc con las necesidades de la sociedad y luchar para garantizar el ejercicio pleno de los derechos sociales. La importancia para el funcionamiento de estas organizaciones esta en el financiamiento, puesto que los que generan recursos para estas actividades son los propios asociados o en su defecto deben recibir recursos externos gubernamentales o no, pero que su objeto es priorizado de acuerdo a los intereses de quienes proveen los recursos y que en pocas ocasiones se conjugan con las prioridades de la organización. Desde otra perspectiva, necesaria de tener presente, es que el modelo existente tiene como punto de partida que los programas y proyectos sociales dejaron de ser los problemas de la gente y que sólo estos deben estar en acuerdo con las necesidades del mercado y este a su vez solucionara los problemas sociales.
Otro serio inconveniente, de las políticas sociales en general es su falta de explicitación y presición. Su ocultamiento detrás de formas discursivas, tales como “combate a la pobreza”, “salud para todos”, “revolución del transporte público”, entre otras expresiones que muy pronto quedan vacías de contenido. En definitiva las políticas sociales se expresan de acuerdo al modelo neoliberal vigente, en un amplio despliegue de acciones puntuales, fragmentadas y poco articuladas. Son muchos los casos que estas políticas, programas o proyectos, forman parte de la “genialidad” de algún funcionario público bien concebido o cliente de alguno de los grupos de poder y que diseña formulas a partir de su particular modo de vida. La paradoja de esta forma de poner en marcha programas o proyectos sociales que están relacionados principalmente con la generación de subsidios a las personas y las organizaciones de la sociedad civil, lo cual en vez de dar soluciones a los problemas genera un nuevo problema social como es el “clientelismo institucional”.
Todas estas problemáticas que van mermando la capacidad de crecimiento y desarrollo de las personas y la comunidad, tiene que ver con la capacidad de poder influenciar en los grupos o sectores y sus posibilidades de poner temas en la agenda pública, los intermediarios de esta acción principalmente son los partidos políticos, los movimientos sociales y/o la sociedad civil organizada y asociada.
La importancia que reviste la participación social pasa por crear, reeditar, fortalecer y generar apoyos técnicos y financieros para que se genere una fuerte tejido social a través de una sociedad civil organizada, fortalecer y apoyar los medios de comunicación social que se crean a niveles locales (no como la ley de radios comunitarias que más que fortalecer las hizo desaparecer, privilegiando la cuestión económica y a los grupos de poder que tienen el manejo de las comunicaciones, no se considero el importante rol social, cultural y político que cumplen estos medios de comunicación popular) terminar con los enclaves autoritarios que están vigentes, democratizar la estructura política que ponga fin a las oligarquías dominantes y que van tergiversando el rol de la política, eliminar el sistema electoral binominal que permita a todos los ciudadanos a elegir y ser elegidos, generar espacios de debate e iniciar un proceso que vaya en definitiva al cambio del modelo vigente, potenciar a las iniciativas empresariales locales y menores con tributaciones que las potencien, apoyo crediticio; y lo más importante, terminar con la administración de la herencia de la dictadura, convocando a una asamblea constituyente que de paso a una nueva carta fundamental o Constitución de la República.
Ese es el camino de la DC estar junto al pueblo o la sociedad civil sirviendo para alcanzar mejores niveles de bienestar y calidad de vida, y no otro, evitar la pasividad y la falta de cohesión de la sociedad civil, cualquier mantención del actual quehacer por ende del sistema, nos aleja cada día más de contar con la voluntad popular. No debemos olvidar que nuestro caminar va más allá de las formas que van dañando el desarrollo de las personas y la comunidad, es decir estamos comprometidos con la democracia, comprometidos con el humanismo como una fuerza cristiana, por tanto esa base nos lleva a hacer revolución en libertad que nos legaron nuestros fundadores, el gran sueño un mundo de hombres y mujeres libres.