sábado, noviembre 18, 2006

..EL TEMA DE FIN DE SEMANA..LA SEXUALIDAD EN LA INFANCIA I

La sexualidad infantil tiene una serie de características que la hacen diferente de la de otras etapas de la vida. De hecho, es posible afirmar que las posteriores etapas encontrarán su base en la sexualidad de la infancia. El hecho de que se puedan establecer vínculos afectivos satisfactorios en este período seguramente servirá de referente para un desarrollo armónico en la edad adulta. Los aspectos genitales no tienen especial importancia en esta etapa. Más bien, las expresiones de la sexualidad son un reflejo de las necesidades del propio desarrollo. Durante el primer año de vida, la relación entre el bebé y los adultos más significativos para él tiene un efecto modelador de enorme importancia. Hay autores que hablan de que la vinculación en el contacto, el apego y la separación van a constituir el núcleo de la personalidad y la sexualidad del sujeto en el futuro. De los 2 a los 6 años está la etapa del niño o la niña en la que hay una serie de cambios fundamentales –motores e intelectuales– para su desarrollo en general. Éstos tendrán un significado especial para el desarrollo sexual. La forma de gestionar el control de los esfínteres puede influir en el desarrollo de la sexualidad. Asimismo, el surgimiento de celos y la resolución de los mismos le van a permitir ver el mundo de las relaciones de forma menos egocéntrica. Puede aprender que compartir no es perder, sino ganar. La curiosidad que siente el infante en esta etapa incluye el ámbito sexual. De ahí que podamos hablar de curiosidad informativa hacia el mundo que le rodea –tanto físico, como emocional y sexual–. Explora su propio cuerpo y las sensaciones que va percibiendo. Aquí deben evitarse los gestos de desaprobación, los silencios o la incomodidad. De lo contrario éstos se convierten en mensajes negativos en la percepción del infante sobre su cuerpo. Es evidente que el niño o la niña van a sentir curiosidad por el otro o la otra y querrán investigar las diferencias físicas. Aparecen conductas de mirar o mostrarse. Comienzan los juegos en los que imitan conductas de marcado carácter sexual –generalmente imitados del entorno–. En esta etapa comienzan incluso las actividades de autoexploración y autoestimulación. Y todo esto puede generar angustia en los mayores, reprobándolo y juzgándolo. Es de especial importancia en esta etapa el proceso de identificación e imitación de modelos de conducta sexual –que comienza a definir las actitudes ante la sexualidad y los modos de relacionarse en los planos erótico y afectivo–.