miércoles, noviembre 15, 2006

...DAVID...ES SOLO CHILEDEPORTE Y PGE...QUE DESATA LA ACTUAL CRISIS..?...

COMISIONES... UNA FORMA DE REEMPLAZAR LA POLÍTICA Y A LOS PARTIDOS.
Nadie duda de lo profundo de la actual crisis gatillada por los problemas de probidad en Chiledeportes y PGE. Es una tormenta que puede finalmente remover el actual esquema de funcionamiento electoral de ambas alianzas.
Quisiera colocar el foco de atención en la creación entre de una comisión oficiosa promovida al interior del gobierno por destacados ministros del área económica. Su objetivo, loable y bien intencionado, es el de proponerle a la Presidenta una serie de medidas que robustezcan los mecanismos de control de probidad en la administración del Estado, en la ejecución presupuestaria y en la selección de las autoridades intermedias del gobierno. La duda es: ¿es tarea de estos destacados personajes elaborar la política gubernamental relativa a temas de indudable gestión política? Mi preocupación va por el hecho evidente de que estamos frente a temas que son políticos y en democracia, son los partidos quienes deben enfrentarlos y resolverlos. Pido a mis lectores revisar la historia política de Chile y ver que cuando los partidos no asumen esta tarea la democracia se debilita. Un caso análogo se dio en las postrimerías del gobierno de Gabriel González Videla (1947-1952), en donde la crisis de probidad que afectaba al histórico partido radical culmino con la victoria en las urnas de Carlos Ibáñez, que lideraba una coalición variopinta de grupos con intereses políticos divergentes, unidos bajo el pintoresco lema de “barrer a los políticos” y teniendo como símbolo una escoba. El segundo gobierno de Ibáñez fue un fracaso. Rápidamente perdió pie y se debatió en la formación de coaliciones políticas efímeras, una creciente crisis económica y en la mediocridad de las de su gestió gubernamental. El ejercicio de la tarea política por parte de la coalición de gobierno es precisamente dar cuenta de los problemas y crear soluciones. El peligro de entregar la “pega” a comisiones de notables que en el corto plazo pueden dar soluciones que algunos llaman “de Estado”, es que se abdique en el futuro a cumplir con la tarea política por parte de los partidos, lo que necesariamente debilita la democracia. Esta crisis tiene fundamentos reales, pero se está tiñendo de protagonismos ajenos que a todas luces debilitan la percepción ciudadana del rol de la política en Chile. No vayamos a abrir la puerta al caudillismo que nos promete llevarnos al “Paraíso de una Democracia sin partidos”, dirigido por notables independientes y técnicos bien intencionados, que como la historia no se cansa de demostrar, su buen desempeño político dura hasta la crisis siguiente.