lunes, agosto 13, 2012

Hora de volar. Andres Rojo Torrealba


  En los procesos políticos es, a veces, más importante reconocer el momento en el que se debe impulsar una acción más que la acción misma, y todo parece indicar que ya es la hora en la que algunos deben dar el paso formal de asumir que son candidatos a la Presidencia de la República para la siguiente elección, en un año y cuatro meses más.

            Es cierto que aún falta por pasar la elección municipal, pero se debe reconocer que ya todos están pensando en la presidencial y, de hecho, los candidatos a alcaldes y concejales están tratando de ver con qué candidato se fotografían.

            Ya está claro que los ministros presidenciables están complicando al Gobierno, porque cualquier cosa que hagan se considera campaña y le roban protagonismo al Presidente.   Hasta Pablo Longueira ha pedido que salgan del gabinete los posibles candidatos un mes antes de las municipales, o sea septiembre. Longueira dice que es para obligar a salir a la cancha a Michelle Bachelet, en la medida que sea efectivamente la candidata de la Concertación, aunque se podría suponer, en cambio, que su afán es para quitarle a Laurence Golborne la siempre vistosa tijera inauguradora que tiene el Ministro de Obras Públicas.  Ricardo Lagos lo sabe bien.


            Por el otro lado, dentro de la misma UDI, la ministra Evelyn Matthei propone que los ministros salgan del Gobierno después de las elecciones municipales, posiblemente pensando en que ninguno asuma responsabilidades por los resultados de las municipales.

            En la Concertación, por su parte, ya se actúa como si Michelle Bachelet ya fuera candidata, aunque siga sin decir nada al respecto y aunque hay un compromiso de realizar una elección primaria para definir al representante oficial entre todos los que se han mostrado dispuestos hasta ahora.

            Es factible suponer que más pronto que tarde se intensificarán las acusaciones contra los ministros que asoman como candidatos por hacer cualquier cosa más o menos dentro de la competencia de sus cargos que pudiera interpretarse como un acto de campaña.   Del mismo modo, aumentarán también las presiones sobre Michelle Bachelet para que asuma sus responsabilidades como candidata, tanto de parte de sus detractores como de sus partidarios.   Por último, también se presionará más a los candidatos que no pertenecen a los dos bloques para sacarlos de la carrera presidencial.

            Así las cosas, ya es cosa que uno de los candidatos principales se ponga oficialmente en campaña para que lo hagan los demás.  Pero no siempre el primero en lanzarse es el que llega más lejos.