martes, marzo 29, 2011

LA PARTIDA DE JOSE COMBLIN. Juan Guillermo Espinosa

Muy estimados Amigos(as):
Acabamos de recibir la información del fallecimiento del gran sacerdote, amigo y guía José Comblin.  Partió a sus 88 años, en la pequeña ciudad de Simoes Filho en el estado de Bahía, Brasil y a donde había acudido para dar un curso – como siempre acostumbraba a hacerlo  - a comunidades  cristianas de base. Será sepultado en una pequeña población del empobrecido estado brasileño de Paraíba, según sus deseos, conforme nos han comentado miembros de la arquidiócesis de Barra, también en el estado de  Bahía y en donde residía.

Si bien nació en Bélgica y se doctoró en Teología en Lovaina, muy pronto  respondió al llamado de América Latina, partiendo a Brasil en 1958 a enseñar filosofía en la Universidad Católica de Campiñas. Se traslada luego a Chile, donde enseña  Teología en la Universidad Católica de Santiago hasta 1965. Retorna a Brasil, invitado por Dom Elder Cámara-uno de los mas maravillosos obispos y “santo no canonizado” de la iglesia brasilerapara dar clases en el Instituto de Teología de Recife. En esos años, a fines de los años 60, precisamente tuve el privilegio y la gran suerte  de conocerlo junto a Dom Elder, quien ya extendía su extraordinario ascendienteteológico y espiritual por toda América Latina. Permanece ahí hasta 1972, 
año  en  que  “por decreto militar” le fue prohibido seguir trabajando en Brasil. En ese entonces, fue acogido en Chile por nuestro querido y recordado obispo de Talca don Carlos González, en donde permanece trabajando y publicando incansablemente  hasta 1981, momento en que ahora la Junta Militar de Chile, le impide reingresar al país. De vuelta a Brasil, se instala definitivamente en el nordeste brasileño, viajando desde ahí a la mayoría de los países de América Latina, aunque desde los años 90 en adelante, con la apertura democrática, lo hizo normal y regularmente a nuestro país.
José Comblin fue  unos de los grandes inspiradores de la Iglesia de los Pobres en América Latina, siempre humilde, sencillo  y congruente,  tremendamente lúcido y solidario. Su influencia fue de gran importancia en 
las Conferencias de Medellín (1968) y Puebla (1978) y sus publicaciones,que suman decenas de libros y cientos de documentos más breves, han sido de gran influencia y oportunidad. En sus innumerables cursos y charlas acostumbraba a decir, en todos los rincones que generosa y sacrificadamente visitó hasta sus últimos días: "No necesitamos creyentes, sino testigos creíbles del Reino y su Justicia!", dando un testimonio no solo de palabra sino de vida.
En días recién pasados, la Revista Ecuménica fundada por Rafael A. Gumucio “Reflexión y Liberación”, ahora por iniciativa de Juan Subercaseaux, el P. José Aldunate y Jaime Escobar, publicaron una nueva separata de José Comblin, que bien representa su pensamiento Liberador y por un Cristianismo renovado, cuando nos habla primero de: “Los Derechos Humanos en América Latina y La Iglesia”(plenamente vigente al día de hoy, aunque fue presentado en la Vicaría de la Solidaridad en 1978). En este primer artículo, José Comblin, señala que los Derechos Humanos tanto en Chile como en el resto de América Latina, tienen un enorme significado y trascendencia, porque estos derechos vienen siendo pisoteados por siglos; primero, de la mano de la conquista española y portuguesa; luego, a través de brutales dictaduras militares que reinauguraron una especie de “cultura de la muerte”; y hoy mismo a través del sistema económico neoliberal  que aplasta y oprime a grandes masas de seres humanos condenados a una exclusión lenta, sistemática y dolorosa.  En una segundapresentación titulada: “Fe y Política: Problema de Método Teológico”, Comblin nos recuerda a Monseñor Oscar Arnulfo Romero,  ya que fue pronunciada el 18 de marzo de 2010, en el Congreso de Teología, con ocasión del 30° Aniversario de su martirio, evento organizado por la Universidad Centroamericana (UCA), largamente conocida y que dirigen los PP Jesuitas de El Salvador.
Su trayectoria, su entrega y sus aportes, nos recuerdan que nunca perdemos a seres como José Comblin; ellos son inmortales a través de nosotros; continúan viviendo en nuestros corazones y en nuestro espíritu; a pesar del dolor de su partida, somos más ricos por los años que vivimos junto a ellos. José Comblin, está ahora mucho mas allá de nuestros sentimientos encontrados, de las miserias y maravillas de la vida en este mundo. Está cerca de la Luz y de la Gran Paz que es fruto de la Justicia, que siempre buscó y que ahora tiene como merecido premio y descanso final.