lunes, octubre 18, 2010

Discurso de Nibaldo Mosciatti. German Diaz

El periodista Nibaldo Mosciatti fue galardonado -por cierto que merecidamente- con elPremio Embotelladora Andina 2010. Sin embargo, esa no fue la única noticia. La mayor noticia fue el punzante discurso de Mosciatti al agradecer el premio frente a todas las autoridades, las que no aguantaron y, en el discurso siguiente, Ena von Baer le respondió. Por ejemplo, una de las píldoritas que lanzó Nibaldo Mosciatti, sobre el periodismo fue: 
"Hay, al menos, dos periodismos. Voy a dejar fuera a esa manga de serviles que, por opción (libero de culpa a los que no tuvieron alternativa), fueron útiles plumíferos de la dictadura. Siempre he sostenido que en dictadura, hacer periodismo es hacer oposición. Si yo pretendiera hacer periodismo en China, hoy, sería agente opositor (y qué bueno que el Premio Nobel de la Paz se haya otorgado a un disidente chino)".


Y agregó: "Lo que entiendo por periodismo (...) es un ejercicio de antipoder. Repartir, difundir, democratizar la información que, si es tenida en reserva por unos pocos, constituye poder. ¿No les suena acaso la figura de “uso de información privilegiada”?.Mi convicción, entonces: lejos de los poderes, que el poder corrompe. Y a más poder o más dinero, más corrupción".

Otra "perlita" sobre la Patria: "Será mejor, entonces, no tener Patria, y ahorrarnos uniformes, paradas militares, desfiles, aniversarios, profesionales ociosos de la guerra. No, no, no; mejor así: que los militares sigan siendo ociosos y que no ejerzan su trabajo. Digo: no a la guerra. Y agrego: mar para Bolivia, y con soberanía".

Sobre la Universidad Católica que conoció -en la época de la dictadura- cuando estudiaba, dijo: (...) "Es más, si hablo largo terminaría a los garabatos y repudiando a muchos de esa Universidad Católica, la UC de aquella época, puta prístina de la dictadura, con sus sapos, sus silencios cómplices, sus injusticias mofletudamente bendecidas, bendecidas por sus monseñores y sus autoridades venenosas que no se arrugaban en tolerar, avalar y alentar la brutalidad para preservar el orden, que era un orden chiquitito, orden sólo de ellos".


Bien por todos los periodistas comprometidos, siempre, con la verdad y la información; un recuerdo para Patricia Verdugo, María Olivia Monckeberg y Patricio Bañados que nunca, ni siquiera frente a la dictadura, transaron sus principios de periodistas.