Dos partidos y una elección por delante. David Herrera.
La Democracia Cristiana Chilena ha vuelto a sufrir un quiebre profundo de su convivencia interna que no se veía desde 1969 con la ida del Mapu, y en 1970 con la salida de la Izquierda Cristiana.
La intensa lucha de liderazgos entre el Alvearismo y los colorines de Adolfo Zaldívar, no solo tuvo ribetes de personalismo sino de evidentes disputas acerca de la política de alianzas, enfoques socioeconómicos, y modelo de partido, que pese a la expulsión del sector disidente, quedan ahí crudamente pendientes en su definición.
La Expulsión de Adolfo, no puso fin al debate interno sino que reabrió una lucha de liderazgos entre el Freísmo y el Alvearismo, de suerte incierta y que depende únicamente del resultado municipal de la DC.
Hoy, estamos empeñados en dar una durísima batalla electoral en estas municipales, y hemos presentado una legión de más de 1.500 candidatos a alcaldes y concejales, que están en cada comuna del país enfrentando no solo a la derecha si no que la hostilidad manifiesta del PPD y de varios parlamentarios de la Izquierda de la Concertación.
El drama es que no tenemos conducción política, y que en los hechos no hay campaña. Lo afortunado es que contamos con buenos candidatos y que la derecha cree perdida la batalla municipal y está minimizándola en los medios proclives a ella. Otro factor positivo es que nuestros liderazgos presidenciales (Alvear, Frei, Trivelli y Ravinet) deben y están jugándose su futuro en estas municipales.
En cuanto al PRI, su naturaleza variopinta lo convierte en un potencial actor dependiendo como le vaya en estas municipales. El desafío para ellos será que puedan ser una plataforma real, que viabilice una candidatura presidencial para Adolfo.
El PRI si bien nos puede quitar uno o dos puntos, más daño le hará a la derecha, pues hay muchos allí que no se tragan a Piñera.
Lo malo es que algunos en el PRI están construyendo la campaña contra la DC, y han presentado candidatos contra nosotros en comunas emblemáticas como Antofagasta, Calama, o San Felipe.
Cuidado, pues una cosa es enfrentar las transversales concertacionistas y otra es debilitar a la DC a nivel de base. La historia demuestra que por ese camino no se logra nada, y un ejemplo es el mal resultado electoral que tuvieron el MAPU y la IC en su oportunidad.
El año 2009 aparece como fatídico para nuestro partido. Deberemos renovar nuestra pertenencia a la Concertación, y sin duda, quienes se han marchado buscaran levantar una alternativa presidencial que los represente. Quienes nos quedamos tenemos como principal tarea la unidad partidaria, la defensa del Quinto Congreso y la integridad electoral de nuestro querido partido.
Si los DC no llevamos candidato presidencial en 1° vuelta y nos resignamos a volver a apoyar por tercera vez a un candidato de la Izquierda concertacionista, una parte importante de nuestro electorado puede optar legítimamente por una alternativa de centro en la primera vuelta.
¿Es posible aceptar la primaria como el método para definir al candidato presidencial?
Hoy se ve muy difícil. Estimamos que la verdadera primaria será el resultado municipal. Quién o quienes emerjan victoriosos, con resultados sólidos, respaldados en las urnas deben ser los reales presidenciables.
La DC puede obtener un buen resultado. Quedan siete semanas para lograrlo. Candidatos tenemos y buenos, y solo falta un buen comando, una mesa dispuesta asumir costos y más integrada, liderazgos desplegados todos los días en terreno, y futuros candidatos a parlamentarios jugándosela ahora y no el 2009 en sus comunas.
La intensa lucha de liderazgos entre el Alvearismo y los colorines de Adolfo Zaldívar, no solo tuvo ribetes de personalismo sino de evidentes disputas acerca de la política de alianzas, enfoques socioeconómicos, y modelo de partido, que pese a la expulsión del sector disidente, quedan ahí crudamente pendientes en su definición.
La Expulsión de Adolfo, no puso fin al debate interno sino que reabrió una lucha de liderazgos entre el Freísmo y el Alvearismo, de suerte incierta y que depende únicamente del resultado municipal de la DC.
Hoy, estamos empeñados en dar una durísima batalla electoral en estas municipales, y hemos presentado una legión de más de 1.500 candidatos a alcaldes y concejales, que están en cada comuna del país enfrentando no solo a la derecha si no que la hostilidad manifiesta del PPD y de varios parlamentarios de la Izquierda de la Concertación.
El drama es que no tenemos conducción política, y que en los hechos no hay campaña. Lo afortunado es que contamos con buenos candidatos y que la derecha cree perdida la batalla municipal y está minimizándola en los medios proclives a ella. Otro factor positivo es que nuestros liderazgos presidenciales (Alvear, Frei, Trivelli y Ravinet) deben y están jugándose su futuro en estas municipales.
En cuanto al PRI, su naturaleza variopinta lo convierte en un potencial actor dependiendo como le vaya en estas municipales. El desafío para ellos será que puedan ser una plataforma real, que viabilice una candidatura presidencial para Adolfo.
El PRI si bien nos puede quitar uno o dos puntos, más daño le hará a la derecha, pues hay muchos allí que no se tragan a Piñera.
Lo malo es que algunos en el PRI están construyendo la campaña contra la DC, y han presentado candidatos contra nosotros en comunas emblemáticas como Antofagasta, Calama, o San Felipe.
Cuidado, pues una cosa es enfrentar las transversales concertacionistas y otra es debilitar a la DC a nivel de base. La historia demuestra que por ese camino no se logra nada, y un ejemplo es el mal resultado electoral que tuvieron el MAPU y la IC en su oportunidad.
El año 2009 aparece como fatídico para nuestro partido. Deberemos renovar nuestra pertenencia a la Concertación, y sin duda, quienes se han marchado buscaran levantar una alternativa presidencial que los represente. Quienes nos quedamos tenemos como principal tarea la unidad partidaria, la defensa del Quinto Congreso y la integridad electoral de nuestro querido partido.
Si los DC no llevamos candidato presidencial en 1° vuelta y nos resignamos a volver a apoyar por tercera vez a un candidato de la Izquierda concertacionista, una parte importante de nuestro electorado puede optar legítimamente por una alternativa de centro en la primera vuelta.
¿Es posible aceptar la primaria como el método para definir al candidato presidencial?
Hoy se ve muy difícil. Estimamos que la verdadera primaria será el resultado municipal. Quién o quienes emerjan victoriosos, con resultados sólidos, respaldados en las urnas deben ser los reales presidenciables.
La DC puede obtener un buen resultado. Quedan siete semanas para lograrlo. Candidatos tenemos y buenos, y solo falta un buen comando, una mesa dispuesta asumir costos y más integrada, liderazgos desplegados todos los días en terreno, y futuros candidatos a parlamentarios jugándosela ahora y no el 2009 en sus comunas.
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