lunes, marzo 17, 2008

El superhéroe de antaño...R.Briceño Espinoza...jdc independencia..

Preocupados constantemente de las formas, muchas veces olvidamos el verdadero sentido de las cosas y de nuestras verdaderas motivaciones para vivir. Admiramos y queremos ser como personas que no existen, aquellas que sólo tienen vida en el papel o en las películas. Más de alguno quiso ser Superman, el superhéroe más cotizado.

Hubo una vez un héroe. Un personaje de la historia que por sus actos en vida logró quedar inmortalizado en muchos libros, obras teatrales e incluso llegó a la pantalla grande. Sin embargo, fue un héroe muy distinto a Superman. Mientras que el actor detrás de Superman tenía como objetivo romper records de taquilla, nuestro superhéroe de antaño jamás actuó en pos de llegar a ser famoso.

¿Y quién es nuestro superhéroe de antaño?. Su madre lo llamo Jesús, sus amigos le decían “flaco”, pero la mayoría lo conoce como Cristo. Para mi gusto, el superhéroe más admirable que registra nuestra corta historia como seres humanos.

Muchos podrán decirme que dudan de los superpoderes de Cristo o, incluso, que jamás existió. Aún aceptando que ese hecho fuese cierto, no podría dejar de creer en él. Aunque fuese un personaje de historieta, sus acciones y valores son dignos de admirar y tratar de imitar. De hecho, para los que no les gusta leer, basta con escuchar sus historias y aventuras, ver una de las películas que tratan sobre él, para darse cuenta del tipo de hombre que fue, del tipo de superhéroe que fue, sin duda: el más grande de todos…

Un superhéroe que incluso es inmortal, porque todos los años muere y vuelve a la vida sacrificándose por sus hermanos. De hecho, este mes volverá a morir y renacer tratando que nosotros encontremos simbolismo en sus acciones y sigamos su ejemplo. Porque además fue un superhéroe generoso, él siempre quiso que nosotros, sus hermanos, alcanzásemos los mismos poderes, puesto que aquellos estaban radicados en nuestros sentimientos, en la valoración del amor por sobre todas las cosas.

Recuerdo que cuando murió por primera vez, el sabía que lo matarían. Por ende, entiendo que habrá actuado conciente de que aquél día era el último. Y recuerdo que cuando lo torturaban, él aún trataba de hacer cosas por los demás. Que al momento de morir rogó por todos nosotros, por nuestras almas, por nuestra salvación eterna. El joven político que diga ser cristiano, deberá seguir su ejemplo.

Ser joven cristiano y estar en política implica, consecuentemente, actuar como si cada día fuese el último, porque para muchos el mañana no está asegurado.

En los días que se vienen, tratemos de buscar incansablemente algún sentido a nuestra acción. Estoy seguro que si dan tan sólo un minuto de su atención a la vida de nuestro superhéroe de antaño, encontrarán una motivación para reafirmar sus valores y continuar su camino revolucionario... nuestro camino revolucionario.
Renato Patricio Briceño Espinoza
JDC Independencia