País de izquierda, ¿gobierno de derecha? ..E.Tironi
Hace algunas semanas, "The Economist" se preguntaba si la sociedad estadounidense, después de un largo período de inclinación hacia la derecha, no estaría ahora volcándose a la izquierda. No es sólo que los electores estén prefiriendo a los demócratas: es, también, un mayor rechazo a la desigualdad, más respaldo a la acción del gobierno en ayuda a los más necesitados y, de otro lado, menos sustento a los "valores morales" del cristianismo conservador de Bush. Pues bien, un movimiento semejante al de Estados Unidos se ha producido en Chile.Basta ver los hechos. El país hoy discute acerca del "salario ético", no a instancias de un parlamentario díscolo ni de la CUT, sino de la Iglesia Católica. Los empresarios comienzan a descubrir con sorpresa que las fuentes de tensión, que hasta ayer estaban al exterior de sus fronteras -en los consumidores, los ambientalistas o las comunidades-, hoy están en su propio seno, por efecto de trabajadores que se organizan y movilizan para optimizar su capacidad de negociación, en un escenario de mayor prosperidad y bajo desempleo. Tres pilares del orden económico-laboral imperante desde los años 80, como son la subcontratación, el contrato a plazo fijo y la negociación por empresa, están bajo fuego graneado. En este contexto, la Presidenta creó un consejo asesor para canalizar esta inquietud y convenir propuestas sobre nuevas políticas e instituciones laborales y pro equidad. Sorpresivamente, recibió el respaldo de todos los sectores políticos y suscitó la participación de un amplio espectro de actores sociales y académicos.La tendencia venía de antes. El año pasado, los estudiantes secundarios cambiaron de un golpe el eje del debate: del acceso para todos se pasó a la educación de calidad para todos, garantizada por el Estado. En la sociedad y el Congreso, este giro ya no se cuestiona; lo que se discute son los instrumentos: desde cuándo admitir la selección, con qué instrumentos controlar mejor a los sostenedores, cómo regular el lucro, y cosas por el estilo. El Plan Auge en salud, y ahora la reforma previsional, introducen también una cuña a la lógica individualista y de mercado, creando una red básica financiada por el Estado.La causa de la equidad, en suma, se tomó la agenda pública. Ella no está presente solamente en los discursos de los políticos o en los planes de los expertos en "public policies". Se encarna también en la movilización de diversos actores sociales, que han venido determinando la pauta del Gobierno y los legisladores.De pronto, observar lo que pasa en las calles se ha hecho mucho más importante que saber lo que se discute en La Moneda, el Congreso, o CasaPiedra.Todos los actores sociales, políticos e intelectuales han hecho suya la bandera histórica de la centro-izquierda: la lucha contra la desigualdad. Esto incluye a la derecha, que ya no invoca como antes a la libertad y al crecimiento como camino a la equidad, sino que se ha sumado con entusiasmo al coro de los que apelan al Estado. ¡Cuántos Chicago Boys deben estar tomándose la cabeza a dos manos!En los años 90, Chile se corrió a la derecha; pero desde Lagos -a quien, por eso mismo, le costó salir electo- se ha movido a la izquierda -y, por eso, a Bachelet le costó menos-. Este ciclo parece lejos de agotarse, tanto en Chile como en las Américas. Éste es el verdadero problema de la Alianza por Chile, no su convivencia o su estrategia: ¿cómo puede la derecha ganar el gobierno en un país que, sociológicamente hablando, está inclinado a la izquierda?
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