lunes, septiembre 10, 2007

....En estos días… la concertación divide a Chile:.....Por Alejandro Salas

Parece inevitable que cuando llegue el momento, muchos de los que venimos poniendo la urgencia ética de corregir el estado de cosas, estaremos obligatoriamente obligados a entregar nuestro respaldo al evidente candidato de la Concertación, aunque ello implicará que sigan detentando el poder y manteniendo sus privilegios los mismos de siempre y que nada, absolutamente nada, cambie en beneficio de Chile y su gente.
He sabido que en las cosas internas de la DC, algunos andan anticipándose a la renovación de la mesa nacional que supuestamente viene en abril próximo, promoviendo alianzas del flagelo, para así sobrevivir en la contingencia vacía de la cosa política; Será que creen posible parar alternativas inorgánicas a la majadera tendencia que favorece a la Alvear, o son de la premisa de que hay que mantener vigencia a cualquier precio.
Todo quien en algo conoce la política criolla sabe que, como andan las cosas, la DC no tiene posibilidad presidencial y reconoce que, en la contienda electoral de concejales, vamos a experimentar un nuevo retroceso, por lo que el desgaste interno evidencia una tontera mayúscula.
Las maquinarias del poder que se ordenan en lo de Alvear, reaccionariamente, se empapizan más que el Papa para defender el status quo, creyendo seguramente que así podrán llegar al voto de derecha que quiera castigar a Piñera; algo así con el narajanzo de Frei Montalva. Por otra parte, freistas, chascones desmarcados y colorines, por separados y algunos conversando, pujan por sobrevivencia. ¿A dónde vamos?
El PDC, como ningún otro, es un partido que posee un auspicioso proyecto en la “Corrección del Modelo” que le permite distinguirse incluyendo a la totalidad de los sectores que imploran cambios, es decir; tenemos una capacidad cierta de transformarnos en vanguardia de los nuevos ajustes que requiere la República; asirnos héroes de nuestro tiempo. Pero no podemos, pues la base del poder descansa en un punto que no permite retorno; acaso sólo servir de base sustentatoria de los pocos que gozan de la Concertación en el gobierno, para quienes es elemental que la patria siga en la dicotomía Dictadura-Democracia, aunque a diario se traicionen la voluntad popular.
Yo quisiera que nuestros líderes fueran más asertivos en la urgencia que nos toca. Chile necesita cambiar y el partido requiere generosidad para hacer posible dichos cambios.
Hoy no importa quien sea nuestro próximo candidato a la presidencia de Chile, ni importa una contienda de quien dirige la mesa del PDC; hoy lo que importa es que el 2008 las Concejalías se vuelven a medir y, tanto la meta de la patria como las del partido, pueden encontrarse con generosidad.
Alvear tiene la responsabilidad de conducir el proceso electoral del 2008 y no puede eludirlo por cálculos mezquinos, los demás tenemos el deber de respaldarla. No sólo es dañino tener una contienda destemplada en abril, sino que es tonto.
Sin embargo, hay legítimas aspiraciones internas al sillón presidencial por parte de Adolfo, Frei y Alvear, por lo que es de la máxima urgencia crear un itinerario que permita que estas alternativas se midan electoral y universalmente, después de las elecciones de alcaldes.
En resumen, necesitamos un PDC unido para enfrentar las municipales, donde todos apoyemos a Alvear; pero también necesitamos un derrotero transparente que nos permita elegir con votación directa a nuestro candidato: Sólo así, tendremos la capacidad de poner a la Concertación al servicio de todos y no sólo de los pocos que hoy sirve; uniendo a Chile y no dividiéndolo, como hay lo hace.