Sexualidad...El tema de fin de semana....Explosión orgásmica...
Algo que puede ayudar a que el juego sexual sea más placentero es compartir los orgasmos. No significa que éstos deban llegar al mismo tiempo. Alcanzar un orgasmo simultáneo puede ser bastante difícil y no funciona en la gran mayoría de casos. Sin embargo, contemplar a la pareja mientras experimenta el orgasmo puede producir una intensa excitación sexual. En la mayoría de las parejas, el orgasmo simultáneo, si acaso, se presenta en contadas ocasiones.
Existen situaciones en las que los orgasmos son prolongados o múltiples. Éstos son poco comunes y requieren que la otra persona esté atenta a las necesidades de uno −la persona ha de ser suficientemente generosa como para ayudar a su pareja a procurarlos−. Para ello es necesario que la pareja esté muy compenetrada.
El orgasmo prolongado se refiere a cuando el hombre es capaz de controlar a voluntad su reflejo eyaculatorio. Para que llegue a producirse, la pareja ha de mantener la tensión sexual por medio de movimientos de introducción intermitentes, que pueden espaciarse con las pausas que se deseen. Cuando la sensación alcanza un grado álgido, ambos disfrutan del orgasmo en un estallido final al mismo tiempo.
En cuanto al orgasmo múltiple, durante mucho tiempo se pensó que sólo era algo posible para las mujeres. Sin embargo, las nuevas investigaciones demuestran que también hay hombres que poseen dicha capacidad. Cabe aclarar que el orgasmo no equivale necesariamente a la eyaculación. Para poder hablar de multiorgasmia masculina deben presentarse dos o más orgasmos −con o sin eyaculación− y con un limitado desentumecimiento del pene −o casi nulo−.
Los hombres multiorgásmicos son una minoría y algunos de ellos tienen su primer orgasmo muy rápidamente −en ocasiones cuando apenas empiezan a calentar motores, es decir, en el período de excitación−. Sin embargo, y sin perder la erección son capaces de tener más orgasmos posteriormente. La cantidad eyaculada irá disminuyendo y es posible que algunos de los orgasmos sean secos.
El período refractario −tras el orgasmo− en los hombres suele ser mucho más prolongado que en las mujeres. Entonces pierden la erección y necesitan de un momento −más o menos prolongado− para recuperarse y conseguir nuevamente una erección. En algunas mujeres, el período refractario puede ser muy breve y esto les posibilita continuar con la excitación y tener otro o más orgasmos.
Lo que podemos deducir de todo lo anterior es que el juego sexual no tiene porqué darse por concluido una vez que se ha llegado al orgasmo.
Existen situaciones en las que los orgasmos son prolongados o múltiples. Éstos son poco comunes y requieren que la otra persona esté atenta a las necesidades de uno −la persona ha de ser suficientemente generosa como para ayudar a su pareja a procurarlos−. Para ello es necesario que la pareja esté muy compenetrada.
El orgasmo prolongado se refiere a cuando el hombre es capaz de controlar a voluntad su reflejo eyaculatorio. Para que llegue a producirse, la pareja ha de mantener la tensión sexual por medio de movimientos de introducción intermitentes, que pueden espaciarse con las pausas que se deseen. Cuando la sensación alcanza un grado álgido, ambos disfrutan del orgasmo en un estallido final al mismo tiempo.
En cuanto al orgasmo múltiple, durante mucho tiempo se pensó que sólo era algo posible para las mujeres. Sin embargo, las nuevas investigaciones demuestran que también hay hombres que poseen dicha capacidad. Cabe aclarar que el orgasmo no equivale necesariamente a la eyaculación. Para poder hablar de multiorgasmia masculina deben presentarse dos o más orgasmos −con o sin eyaculación− y con un limitado desentumecimiento del pene −o casi nulo−.
Los hombres multiorgásmicos son una minoría y algunos de ellos tienen su primer orgasmo muy rápidamente −en ocasiones cuando apenas empiezan a calentar motores, es decir, en el período de excitación−. Sin embargo, y sin perder la erección son capaces de tener más orgasmos posteriormente. La cantidad eyaculada irá disminuyendo y es posible que algunos de los orgasmos sean secos.
El período refractario −tras el orgasmo− en los hombres suele ser mucho más prolongado que en las mujeres. Entonces pierden la erección y necesitan de un momento −más o menos prolongado− para recuperarse y conseguir nuevamente una erección. En algunas mujeres, el período refractario puede ser muy breve y esto les posibilita continuar con la excitación y tener otro o más orgasmos.
Lo que podemos deducir de todo lo anterior es que el juego sexual no tiene porqué darse por concluido una vez que se ha llegado al orgasmo.
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