..Auge y caída del...Príncipe de Lynchtenten..S.Alvarez.Artículo sobre el ex-alcalde DC de Coquimbo

El ex Alcalde, no bien salió elegido la primera vez, se cambio de casa. De una calle de tierra y polvorienta en el cerro pasó a vivir en la exclusiva Avenida del Mar. A poco andar en el ejercicio del cargo, cambió el auto del municipio que utiliza el jefe edilicio por uno que la prensa de entonces evaluaba en catorce millones... A muchos ojos ya estaba claro que su mercé no tenía aspiraciones democráticas, sino que era la reencarnación de algún noble. Igual que en los cuentos para niños, el beso había convertido al sapo en príncipe, sólo que este beso era el beso negro del poder (pequeño, municipal, pero poder).Cuando expulsó a nuestro amigo y camarada GASTÓN DIAZ del municipio, parecía que este ex Alcalde había leído a Maquiavelo. Entonces, comprendiendo que ningún sesudo análisis político despertaría del sueño clientelista a la dirigencia regional de la DC nos propusimos dejar un testimonio de lo que iba a pasar de seguir con esas actitudes aristocráticas. Escribí una obra de teatro: EL PRINCIPE DE LYNCHTENTEN. Era en cuatro actos. Lo de Lynchtenten era porque nuestro bienamado había vivido en la terrosa calle Lynch, allá en el cerro cuando aún no era consciente de sus vidas pasadas en algún castillo de Europa. Esta obra relataba la última media hora de vida que le quedaba al príncipe; la policía del rey venía a buscarlo acusado de malos manejos en los fondos de esa parte del reino. Se había rodeado de personajes bien vestidos y mejor perfumados, pero de mala catadura en el alma. Al final, antes de que llegara la policía, daba cuenta de su vida por propia mano.Quise ponerla en escena, pero no se pudo. La guardé. Y con el paso del tiempo se traspapeló y seguramente fue a dar a la basura en esas limpiezas que todos hacemos regularmente en nuestros cajones. La busqué y no la encontré.Moraleja, más vale escribir literatura, es más profético, que preparar un sesudo análisis político.