miércoles, noviembre 08, 2006

...NACIONAL Y POPULAR...D. HERRERA...Y PORQUE NO?....

Por D.Herrera.

La Falange Nacional y el Partido Demócrata Cristiano se han definido siempre como movimientos políticos nacionales y populares. Esta definición nació a mediados de la década del 30 y se reafirmó a fines de la década de los cincuenta, del siglo pasado.
¿ Están estas ideas vigentes hoy al iniciarse el siglo XXI?
La idea de Nacionalidad, componente básico del concepto de Estado Nación, está siendo desdibujada por el fenómeno de la globalización, la transculturización mediática, y el poderoso movimiento migratorio que afecta a todas las sociedades globales.
Por otra parte, las ideas y conceptos de “ popular” y “pueblo”, tan asociadas a los conceptos de clase social en boga en las ideologías del siglo XX, se han estado vaciando de contenido y significado, siendo reemplazadas por nociones más ambiguas y mediáticas como “gente”, “ciudadanía”, “comunitario”, y por nociones de mercadotecnia como ABC1, C, y otras similares. Peor aún, algunos asocian la idea de Nacional con Nacionalismo y de Popular con el Populismo. El renacer de ambos fenómenos políticos en toda América Latina ha llevado a diversos opinólogos y politólogos liberales y derechistas a asociar estas ideas en forma deliberada, y de paso, ir desprestigiándolas. Reivindicar hoy las ideas de nacional y popular pasa por volver a realizar el ejercicio que efectuaron los falangistas y los jóvenes reformadores del gobierno de la” Revolución en Libertad”. Nada más y nada menos que tener una visión de Chile, de como es hoy nuestro país, del estado de su sociedad y sus instituciones fundamentales, los fenómenos que la expresan, las influencias intelectuales y culturales que guían a las elites y a los medios de comunicación social. Sin duda, dentro de los fenómenos a analizar esta el impacto de la globalización y la transculturización en nuestra sociedad. Algo tan simple como la reciente “fiesta de Hallowen” introducida recientemente en Chile, refleja como la identidad nacional es alterada por las influencias mediáticas y comunicacionales globales. El fenómeno migratorio comienza a ser cotidiano en nuestro país. Ya hay decenas de miles de peruanos y de otras nacionalidades, viviendo y creando comunidades silenciosamente en nuestras ciudades, al amparo de un Mercado que demanda más mano de obra no calificada, tareas que el chileno no está dispuesto a desempeñar. La masiva incorporación de la mujer al trabajo, la crisis de la familia tradicional, la baja progresiva de la natalidad, y el envejecimiento creciente de la población, auguran nuevas tensiones sociales que las elites de pensamiento liberal y políticamente correcto no abordan hoy. Y finalmente, está el hecho de la desigualdad social y económica que el modelo económico vigente impone en Chile como su principal externalidad negativa, lo que plantea un futuro donde una sociedad de Alfas y Omegas ( idea sacada del libro “Mundo Feliz” de Aldous Huxley) no sea tan descabellada de augurar.
Como vemos las ideas de Nación, Pueblo y Popular adquieren otra dimensión y exigen darles contenidos acordes a lo que ocurre en Chile hoy. Para ello nuestro partido debe recuperar su capacidad de propuesta programática, subsumida hoy por las exigencias del pacto político-electoral que integramos.
¿Nuestro Congreso podrá dar cuenta de esta tarea?