martes, septiembre 20, 2011

La renovación ¿O disolución? Concertacionista. Julio Reyes V.


En medio de un clima político caracterizado por una alta desaprobación al gobierno derechista de Piñera (68%) y con una derecha política y empresarial confundida que se pregunta porque tan alto rechazo ciudadano, si la economía va creciendo al 6% y se crean 500.000 nuevos empleos; la directiva del PPD decide decretar la muerte de la Concertación. 
En medio de un clima político caracterizado por una alta desaprobación al gobierno derechista de Piñera (68%) y con una derecha política y empresarial confundida que se pregunta porque tan alto rechazo ciudadano, si la economía va creciendo al 6% y se crean 500.000 nuevos empleos; la directiva del PPD decide decretar la muerte de la Concertación.


Con esa decisión política el PPD "importa" a todo el sistema de actores políticos, la crisis originada por el rechazo al Gobierno derechista. La racionalidad política diría que la oposición debiera estar embarcada en generar una propuesta programática para el futuro en que responda a las demandas ciudadanas expresadas en las movilizaciones 2011 y que muestre que una Concertación renovada, 2.0 es capaz de generar la gobernabilidad democrática que la derecha no ha podido darle al país.


Pero -desafortunadamente- propone el PPD una Convergencia Opositora y casi notifica al conjunto de la sociedad chilena - que mira con desconfianza y escepticismo a los actores políticos- que quiere seguir siendo oposición y que no tiene voluntad de competir el 2013 para ganar las presidenciales y parlamentarias.


Con el alto rechazo ciudadano a Piñera (68%) y con la incapacidad de enfrentar las movilizaciones ciudadanas ya que su única apuesta es al desgaste del movimiento estudiantil y espera que algún tema lo saque de la agenda (como la tragedia de Juan Fernández) o que se empieza a instalar en el interlocutor la prisa y el nerviosismo por salir del conflicto; el Gobierno ha revelado que ya está en la etapa del "pato cojo".


Además, en el Gobierno se está instalando la carrera presidencial como única manera de salir de la crisis política en que están. Y está semana vimos como desde la Moneda "se filtra" que las encuestas internas muestran a ministro Allamand superando a ministro Golborne y se deslizan operaciones periodísticas calificando a Allamand como "un presidenciable" revelando que los estrategas de la Moneda la única manera de salir de esta crisis es instalando el futuro o sea empezar la pre-campaña presidencial. Este Gobierno ya no tiene iniciativa sólo se refugia en sus convicciones ideológicas y no quiere negociar el fin al lucro en la educación (a pesar de que 8 de sus senadores apoyan proyecto opositor) y probablemente no querrá reformar el sistema electoral.


En ese cuadro de pato cojo del Gobierno derechista, la Concertación 2.0 -abierta al conjunto de la oposición- tenía una oportunidad inmejorable de instalarse como una fuerza política de futuro capaz de desarrollar liderazgos y propuestas para un Chile que da nuevos pasos en la lucha contra la desigualdad y generar propuestas para que los ciudadanos -en especial la nueva clase media- no siga siendo abusada por Isapres, Universidades privadas, tiendas del retail. Y la desafortunada operación PPD sólo genera la imagen de partidos políticos inmersos en discusiones bizantinas donde se ve soterradamente una lucha por el poder futuro y se le sigue dándole la espalda a la ciudadanía.


En los 80' la Concertación por la Democracia fue formada por 17 partidos políticos con el proceso histórico confluyeron en 4 agrupaciones partidarias y desde ahí -entre 2006-2009- se generaron actores que se fueron a la derecha y a la izquierda de la Concertación. Revertir la diáspora -que explica el triunfo de Piñera en enero del 2010- requiere liderazgos y que haya un eje o plataforma de actores políticos con tradición histórica y vocación de futuro que lleven a la coalición a asumir los desafíos del Chile del 2011 -que no son los mismos del 2009-.


Con su operación política el PPD pareciera apuntar a cambiar el eje DC/PS como plataforma de una coalición que reúne al humanismo cristiano con el humanismo laico o al centro con la izquierda y quisiera construir un nuevo eje más ligado a movimientos sociales (que históricamente han sido más oscilantes y difusos).Pero esta operación PPD .impulsada en el backstage por el senador Girardi y avalada por los diversos liderazgos PPD's- tiene como efecto práctico el distraer a la oposición de su tarea principal que es convertirse en alternativa de gobernabilidad mayoritaria de una sociedad que quiere tener mejor democracia, más solidaridad y más igualdad social. 


La Concertación 2.0 tiene patrimonios y tiene liderazgos de futuro que le permitirían -sin complejos- representar a esa nueva clase media (desarrollada en los gobiernos de la Concertación) que quiere no ser abusada por las empresas, que quiere acceso a derechos básicos mediante prestaciones de calidad, que quiere ser consultada en las decisiones relevantes sobre la marcha de la sociedad y donde esas decisiones no sigan siendo tomada en círculos estrechos y opacos. Chile no es la Venezuela de los 90' donde todos los actores políticos con su incapacidad y descrédito pavimentaron el camino al populismo chavista.


La Concertación 2.0 -sustentada en su eje histórico- debiera leer que el rechazo a Piñera y a sus ministros gerentes es porque hay una mayoría ciudadana que quiere un país distinto, más bueno , más solidario, donde se respete la dignidad y los derechos de esa ancha clase media que quiere liderazgos jugados en construir un mejor futuro para todos y todas. Y esa nueva clase media está esperando que se desplieguen esos liderazgos del futuro.