UN ACUERDO NACIONAL . Osvaldo Verdugo
Refundación de la educación pública en un cambio de época. El modelo de “Alcaldización Autoritaria” de los 80 y la “Municipalización democrática” de los 90 atraviesan por una profunda crisis terminal (37% de la matrícula). Mas allá de los esfuerzos que se hicieron en las últimas dos décadas en crecimiento de la inversión, cobertura (de una educación de elite a una de masas), infraestructura, aumento de las remuneraciones, etc. Su desigualdad sigue siendo inaceptable, por lo que debe ser reemplazado por otro de distinta naturaleza.
. Para un debate con altura de miras, he planteado la construcción de un nuevo sistema educativo de cara al siglo XXI – La Sociedad del Conocimiento – Moderno, nacional, descentralizado, que promueve el bien común en una sociedad heterogénea y culturalmente diversa (7 de cada 10 jóvenes llegan por primera vez a la Universidad), conciliando el derecho a la educación con la libertad de enseñanza, donde el avance veloz, amplio, profundo, vertiginoso e innovador de la ciencia y la tecnología ya está cambiando el pensamiento, las conductas y las formas de convivencia humana.
La misión de este modelo, por lo tanto, debe ser el pleno desarrollo de las capacidades y talentos de todos los niños(as) y jóvenes de Chile, y a su vez, la transformación pedagógica de los educadores(as) desde su formación inicial y la elaboración de una atractiva carrera profesional. Todo lo anterior inspirado en los principios y valores de La Declaración Universal de los Derechos Humanos – Currículo sustantivo-, deben conducir a la escuela a convertirse en un lugar de encuentro y reconocimiento de la diversidad, (no en un campo de batalla), donde el respeto, la tolerancia y la aceptación de si mismo son la clave para “Aprender a Vivir Juntos” a lo largo de la vida.
No es la competencia – tenemos que terminar con el financiamiento compartido - sino la colaboración la que debe iluminar “La Refundación de la Educación Pública” mde calidad para todo(as) en todos los niveles. Es una tarea común de todos los actores para consolidar la democracia y construir la cohesión social, donde niños(as), jóvenes y adultos de las diversas condiciones sociales, credos religiosos y visiones ideológicas, puedan ser educados en un proyecto compartido, de naturaleza pública, como pilar fundamental en la construcción de una sociedad más justa y consolidar los valores de la vida republicana.
Esta nueva institucionalidad – Estatal y Descentralizada – debe fortalecer la responsabilidad de los sostenedores públicos y privados, según los estándares nacionales, otorgando, reconociendo y ponderando competencias adecuadas a la heterogénea realidad territorial, social y cultural del país, y, a su vez, asegurar la transparencia y la rendición de cuentas de los recursos y los resultados educativos.
Cada establecimiento educacional además, deberá pertenecer a una jurisdicción territorial – comunal, provincial y/o regional - dentro de la cual se estudiará en forma permanente la demanda y no se podrán construir más establecimientos a menos que así lo determinen las referidas estimaciones. Finalmente, este nuevo modelo debe garantizar una gestión eficiente, con liderazgos efectivos, competencias técnico-pedagógicas, participación de la comunidad educativa, de giro exclusivo, que transforme la educación en una red que garantice el ingreso, permanencia y egreso de una educación de calidad para todos los niños(as) y jóvenes chilenos.
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