jueves, agosto 05, 2010

Imperativos para el PDC . Cristina Orellana. Directora Ejecutiva CDC

Renovación, compromiso social y amistad cívica son tres grandes desafíos y tareas que cruzarán el accionar de la nueva directiva nacional del Partido Demócrata Cristiano, la que debiera conocerse el próximo 29 de agosto.Hoy, cuando se dice que la puesta en escena es más importante que los contenidos, que las frases fáciles de recordar son más significativas que las profundas y reflexivas, es trascendental que el PDC, por el contrario, potencie y releve su propia identidad humanista cristiana.


¿Por qué? Porque sin criterios de referencia y sin convicción, la política se torna arbitraria. ¿Cuáles son los criterios que deben marcar la ruta de la próxima directiva?:
Proponer e impulsar reformas que permitan mejorar y fortalecer nuestra democracia, tanto a nivel país como partidario. De hecho, el Plan Estratégico aprobado en Junta Nacional, permitirá avanzar hacia la modernización de la gestión, y la renovación de los liderazgos y aperturas de espacios a nuevas generaciones: un paso decisivo y crítico.
El PDC tiene un compromiso con lo social. El corazón de su agenda está ahí: derrotar la pobreza, fortalecer su acción con el mundo del trabajo y buscar una mejor calidad de vida para los chilenos, con foco en la clase media.
Y eso no es casual ni oportunista. En los gobiernos de la Concertación alcanzamos logros históricos en el combate de la pobreza y la indigencia, más allá de lo que el uso de datos con poca rigurosidad quiera negar. Debemos continuar priorizando esa senda. Requerimos mirar, escuchar, repensar, generar y proponer políticas públicas que permitan avanzar en equidad, participación, derechos y oportunidades. Hay que fortalecer los derechos y deberes de los ciudadanos, así como el sistema de protección social que, por ejemplo, dignificó el rol de la mujer. Sueldo ético garantizado, pensiones dignas, indemnizaciones justas y acordes con el aporte de cada uno son y serán preocupaciones permanentes de la DC.
No es aceptable que, al amparo de la discusión acerca de la flexibilización laboral, se atente contra las condiciones de trabajo de los más vulnerables. Y las familias deben ser el centro de nuestro accionar. Por ejemplo, es necesario abordar y regular las uniones de hecho. Hay que pasar de la retórica a la acción.


Hacer realidad estos ideales demanda fortalecernos como partido y coalición opositora. Eso pasa por perseverar en la construcción de una amistad cívica que perdure en el tiempo y permita reencontrarnos con todos los chilenos que sienten el anhelo de ser escuchados e interpretados, donde sus necesidades reales efectivamente estén en los círculos de decisión política