martes, agosto 10, 2010

DROGADICCIÓN, CRIMEN ORGANIZADO Y SEGURIDAD: MOMENTO DE REFLEXIÓN Y PROPUESTAS. Vicente Fox. Legalizar la droga

El costo de la lucha contra el crimen organizado, particularmente la que se libra contra el narcotráfico ha sido enorme para nuestro país, en primer término por las 28 mil vidas perdidas de acuerdo a los informes de esta semana, este incremento es dramático, aún en conocimiento de que muchos de los fallecidos son delincuentes que fueron acribillados por sus similares, hay lamentablemente también funcionarios, policías y personas inocentes que han muerto. La magnitud del daño se ha extendido también a la percepción e imagen del país, la actividad económica particularmente en el turismo y la inversión extranjera directa, así como el costo de oportunidad formidable que estamos pagando en recursos, personas y tiempo que se tienen que sacrificar a costa de otras áreas estratégicas.



Celebro la convocatoria para dialogar y debatir con la sociedad este tema central, como Mexicano, reflexiono y comparto contigo estimado lector, algunas propuestas.



La drogadicción y las adicciones son en general un reto enorme de salud pública y personal, como tal deben de atenderse, distinguiéndose de la violencia generada por el crimen organizado. Dos problemas separados y diferentes. De hecho en nuestro país el consumo no esta penalizado, ni es ilegal.



Entonces el consumo de drogas es una responsabilidad personal de quien la consume; de la familia en su responsabilidad de educar; y de el sistema educativo y el contexto socioeconómico.



Lo que hay que legalizar es la producción, la venta y la distribución.



El primer mandato del gobierno es proporcionar seguridad jurídica, personal y patrimonial, en un entorno de respeto a las garantías individuales de nuestra Constitución. Hoy nos encontramos desafortunadamente con el incumplimiento de esa obligación básica por el Estado Mexicano y con algunos gobiernos estatales y municipales irresponsables, que no hacen la tarea, sino que más bien se corrompen y asocian con grupos delictivos. Tenemos que aceptar también que hemos tenido hechos en los que se han violado los Derechos Humanos, ministerios públicos que no responden a la altura de las necesidades y omisiones de los tres poderes de gobierno, entre muchos otros hechos, que nos arrojan un muy difícil panorama.



Dado el diagnóstico, en base a mi experiencia y con un sentido autocrítico y responsable, propongo las siguientes acciones, te invito a comentarlas:



  1. El retiro a la brevedad del ejército nacional a los cuarteles, este no fue concebido ni esta preparado para tareas policiacas. Su imagen se deteriora y se expone mas y mas a violaciones de derechos humanos y el debido proceso jurídico a que todo ciudadano tiene derecho. Hay una alta exposición a errores y/o accidentes causando bajas en la población civil. Acelerar la creación de una Policía Nacional operando a nivel de los Estados, a la cual se transferirían algunos cuerpos de elite especializados de la misma Defensa Nacional.
  2. Constitución de la Policía Nacional única, operando a nivel de estado tal como lo ha propuesto la CONAGO.
  3. Elección ciudadana directa de los jefes y mandos policiacos, verdaderos profesionales y líderes con presupuesto y responsabilidad total en la seguridad de la ciudadanía, sin más a quien rendir cuentas que a los propios ciudadanos. Una verdadera despolitización de la tarea.



Sin participación alguna de los partidos políticos; Con servicio profesional de carrera, otorgándoles una formación y capacitación que los catapulte como líderes de sus colonias, comunidades y ciudades no como simples vigilantes.



  1. Transformación, reconversión de los Ministerios Públicos  federales y estatales,  que asuman cabalmente su responsabilidad constitucional, su independencia y dejen de estar ausentes y suplidos por otros protagonistas.
  2. Procesos Judiciales más estrictos con los delincuentes de ambos fueros.
  3. Promoción, implementación y apoyo a todos los programas serios de prevención y rehabilitación para enfermos adictos, difundiéndolos para sensibilizar a la población.
  4. Finalmente, debemos pensar en legalizar la producción, distribución y venta de las drogas. Legalizar en este sentido, no quiere decir que las drogas sean buenas o no dañen a quien las consuma, este no es el propósito, más bien tenemos que verlo como una estrategia para golpear y romper la estructura económica que les permite a las mafias generar enormes ganancias en su comercio que a su vez, les sirven para corromper e incrementar sus cotos de poder. Además, en los países en los que ya se ha implementado esta estrategia, no se ha elevado el consumo significativamente. Además se grava la venta con altísimas tasas impositivas, como es el caso del tabaco destinando estos ingresos a atacar la adicción, la reducción del consumo y la rehabilitación y salud de la población.



Nunca estrategias de PROHIBICIÓN radical han funcionado. Hoy estamos manejando temas como sociedad de una manera muy diferente, aborto, matrimonio, familia, alcohol, cigarro... Hoy formar ciudadanía y hacer responsable a cada parte de sus actos y al gobierno de sus obligaciones constitucionales es el camino de la democracia y la libertad.



Mis propuestas obedecen a la experiencia, a un espíritu autocrítico y a prácticas exitosas que he constatado en otros países, necesitamos romper equilibrios entre criminales, mercados, rutas de trasiego y asociaciones delictivas cobijadas por la corrupción, en forma inteligente, con mucho menos dosis de violencia.



Hoy es imprescindible restaurar equilibrios, mejorar nuestra imagen en el mundo, atraer inversiones, impulsar el turismo, apoyar programas serios de rehabilitación; esto no es fácil, pero se puede, te invito amiga, amigo, a que imagines este escenario posible.



SEGURIDAD DEMOCRÁTICA EN LA LIBERTAD