CARTA DE ESTEBAN TOMIC. La tercera.
Señor director:
Como un desafortunado "juego de palabras" ha calificado Jorge Navarrete los términos peyorativos con que se refirió en su columna del domingo pasado a la lista de Mariano Fernández en la interna DC, y ha dado las explicaciones del caso.
Queda en pie, sin embargo, su juicio negativo sobre el candidato, a quien presentó como un hombre ajeno a la política partidaria, "que ha vivido buena parte de su vida laboral fuera de Chile, en el refinado ambiente de la diplomacia (…) y que cultiva el hobby de sommelier".
Escribo esto porque sé lo que hizo Fernández entre 1973 y 1984 en Alemania Federal, tras ser exonerado por el gobierno militar: trabajó como periodista y alcanzó notoriedad como panelista de un programa dominical de la TV alemana. Fue, asimismo, un actor principal del exilio en Europa, muy cercano a Bernardo Leighton.
Al regresar a Chile, a mediados de los 80, Fernández continuó esa lucha cooperando en el Centro de Estudios del Desarrollo con Gabriel Valdés, presidente de la DC. En 1988 integró el pequeño grupo que dirigió el comando por el No y que hizo posible la hazaña del 5 de octubre.
Buena parte de su vida laboral ha transcurrido en la primera línea del combate político. Su trayectoria diplomática se inició en los 90, y fue tan destacada porque él es un político. Todos los gobiernos democráticos, desde Aylwin a Bachelet, le encargaron misiones en el extranjero y su carrera culminó como canciller.
Ante la sustancial pérdida de votos sufrida entre 1993 y 2009 por la DC, es imprescindible un golpe de timón. Fernández y su lista se han comprometido a trabajar 100% por una renovación del partido. Mi pronóstico es que el próximo 29 de agosto la DC tendrá -¡por fin!- un presidente a tiempo completo, y que a la vuelta de dos años se habrán creado las condiciones para una nueva forma de vida partidaria, más plena, más participativa y más democrática.
1 Comments:
Confieso que hasta el artículo de don Jorge Navarrete hijo, tenía dudas por quien votar en las internas de la DC. Gracias a Navarrete las disipé completamente. Ya había olvidado que durante la dictadura algunos "camaradas" sirvieron fielmente a los golpistas desde la comodidad de algunas embajadas y consulados, mientras un puñado de valientes como Mariano Fernandez, fueron leales con sus convicciones democráticas desde el primer momento. Y en caso alguno digo esto por el camarada Ignacio Walker a quien respeto mucho, le tengo gran aprecio y todos recordamos su labor en la Vicaría de la Solidaridad y su consecuencia en aquellas èpocas duras. Al que le venga el sayo, que se lo ponga.
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