domingo, mayo 23, 2010

Las causas de la derrota y el futuro del progresismo. Mariano Ruiz Esquide

Agradezco sinceramente la invitación y el valor del debate en un momento en que ha ganado la derecha y las fuerzas progresistas en un análisis de lo sucedido. Mi presencia es personal, si bien hay muchos militantes de la Democracia Cristiana que estarían dispuestas a debatir en este clima y en este lugar.
Los temas a discutir son las causas de la derrota de Eduardo Frei, el triunfo de la derecha y las propuestas futuras. Lo primero que hay que señalar, es que la recopilación de las propuestas presidenciales de las candidaturas de Frei, Arrate y Enríquez-Ominami demuestra que no son más de 10 puntos entre las 64 propuestas analizadas. los que muestran diferencias de fondo......No comparto el aborto terapéutico ni lo apruebo, porque además hoy la obstetricia actual no requiere de este planteamiento. Distinto es lo que se llama el aborto secundario que consiste en tratar una enfermedad del útero que debe ser extirpado por una enfermedad grave y mortal para la madre, donde además se produce secundariamente la muerte del embrión.

Respecto a las uniones de hombres o mujeres no las rechazo aunque no me satisfagan, pero niego toda posibilidad de adopción de niños o niñas en estas uniones del mismo sexo.

Falta una mención a una propuesta hecha hace mucho tiempo que consiste en eliminar la Ley de Estado-Empresario y permitir que las instituciones del Estado puedan asociarse con personas, grupos o entidades privadas, cuando los índices de pobreza en una comuna son muy altos.

Insistiría en una mayor reafirmación de la Educación Pública no municipalizada y en la modificación a fondo de las Isapres y en la creación de la AFP Estatal.

Pues bien, si existió tanto consenso en los programas de las 3 candidaturas, ¿Por qué perdimos con el candidato mayoritario de la Concertación? No hay una explicación única y no puede haberla, porque el proceso fue complejísimo y que al final de los 20 años de gobierno concertacionista sólo se agudiza, pero se arrastraba ya de algunos años. Ignacio Balbontín en un documento dirigido a las bases de la Democracia Cristiana, divide las causas en estructurales, como la permanencia del modelo capitalista casi intocado y su contraposición con un modelo solidario avanzado y las causas coyunturales dependientes de actitudes partidistas, corporativas o personales inadecuadas en algún momento desde 1990.

De ahí, que puedo señalar que sólo mencionaré algunos en la forma más precisa posible:

1. El programa de la Concertación en los años 89-90 no definió todos los temas que había que abordar para el futuro y muchos de ellos se fueron resolviendo al andar de los gobiernos con las dificultades para fijas sus urgencias.
2. Desacuerdo en la rapidez y profundidad en la aplicación de estos proyectos y discrepancia también en la prioridad de los cambios y su velocidad.-
3. La falta de algo indispensable en una coalición cual es el sentido de “suerte común y por lo tanto comunidad de destino”: Nunca entendimos que la suerte de cada partido político estaba ligado a la suerte de los otros partidos de la coalición. Esto vale también para la relación del Gobierno con los partidos que lo respaldaban.
4. El individualismo de gran parte de la dirigencia de todos los partidos, defecto del que todos somos responsables, incluido el suscrito y el gobierno.
5. La soberbia de las conductas de muchos de nosotros, desde el gobierno, los partidos, el parlamento y las individuales en cada comuna.
6. El transfuguismo que llevó a una pérdida de parlamentarios y también pérdida de las mayorías en cada Cámara.
7. Las fuertes discrepancias sobre algunos temas – que siendo importantes – no fueron ni siguen siendo indispensables para el mantenimiento coordinado de la Concertación y que de seguir en esta misma línea aleja nuestra recuperación del poder.
8. El desconocimiento o desprecio de ejemplos históricos en la centro izquierda, que se despreciaron como enseñanzas y se repitieron una y otra vez a pesar de algunas advertencias reiteradas.
9. La incapacidad de manejar bien y con respeto mutuo, la dificultad de un régimen presidencial fuerte, según nuestra Constitución y un parlamento alternativamente opositor y débil.
10. La permanente controversia en la responsabilidad que cada partido tuvo desde 1990 en no entender que un gobierno de alianza no puede llevar adelante todas y cada una de las exigencias partidistas, cuando ellas no son asumidas por el resto de la combinación de gobierno. Los ejemplos fueron deletéreos para el triunfo.
11. Todo lo anterior, llevó a que no hubiera acuerdo en candidaturas para la primera vuelta, dando un ejemplo de desorden y de falta de unidad que hacía presagiar una desconfianza para con el candidato que pasaría a segunda vuelta.-
12. La sola existencia de un candidato que se autodefine de izquierda y no apoya en la segunda vuelta al que triunfa entre los tres en la primera, es algo que fue rechazado por los que querían seguir en los gobiernos de la Concertación. No soy de los que piensen que el apoyo de Enriquez Ominami fue esencial, pero si soy de los que piensa que, sin retrotraer el debate, fue una incoherencia esencial que también perjudicó a las fuerzas progresistas.- La tesis que se levantó diciendo “Da lo mismo la Concertación o la Alianza” demuestra que entre nosotros (los que nos denominamos progresistas de distintas vertientes) no existe todavía la idea central del Bien Común.

Estimadas y estimados amigos: gracias por este debate. Es un análisis necesario para terminar con nuestras acritudes e imputaciones aventuradas. También para concensuar un programa donde los problemas se resuelvan en respeto y en vieja vigencia de distinguir para unir.
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