sábado, mayo 29, 2010

DISCURSO DE GABRIEL SILBER. JUNTA NACIONAL.

Hemos pasado un periodo grave y decisivo en nuestra marcha. Estamos en plena madurez; hemos adquirido la plenitud de la responsabilidad; pesa sobre nuestros hombros una inmensa tarea. Hay que afrontarla con el mismo valor con que siempre hemos luchado…Ahora debemos seguir… Nunca como ahora sentimos la seguridad de nuestra misión histórica y la seguridad de la Democracia Cristiana… No hay que mirar hacia atrás. No hay que sentir odiosidades, ni rencores por lo pasado. Sería pequeño e inútil… de ahora en adelante la Democracia Cristiana es un movimiento con personalidad enteramente propia… Con fe, hoy más que nunca inquebrantable, os decimos desde estas páginas que reflejan siempre el alma de nuestro movimiento, que caminéis seguros hacia el porvenir, que sigamos firmes, decididos, por encima de todo obstáculo, a costa de todos los sacrificios, la línea inicial de nuestra flecha que nos marca el rumbo ¡hacia adelante!Si Camaradas, HACIA ADELANTE era la invitación del joven Frei Montalva, a los 27 años, en 1938, cuando eran expulsados del Partido Conservador.

HACIA ADELANTE repetimos hoy, urgidos por la obligación de representar a los chilenos que aún creen en nosotros y a los millones que ya sienten la decepción del error cometido en la última elección presidencial
HACIA ADELANTE, desde la oposición, donde el pueblo nos quiso colocar.
HACIA ADELANTE, para salir al encuentro de casi 4 millones de chilenos que se incorporarán al universo electoral y que no creen en los partidos ni en las instituciones.
HACIA ADELANTE, para, como siempre nos recordaba Tomic, “ser la espada y el escudo de los pobres”, que ahora nos necesitarán mas que nunca.

Otros preferirán, como en la canción de Ubiergo, ser “viejos que miran el futuro para atrás”
Mirar hacia delante no implica olvidarse del pasado, de nuestros aciertos y nuestros errores.
Implica no hacerse los lesos con los chiflidos, pensando que siempre son para otros.
La derrota de Diciembre es responsabilidad nuestra. Nuestra y de otros; pero también nuestra. No podemos ni debemos eludir nuestra responsabilidad.

Tampoco dejarnos abatir.

Quiero hablar aquí en representación de muchas mujeres y hombres que queremos un Chile más solidario y mejor y que seguimos creyendo que la Democracia Cristiana debe ser una fuerza política al servicio de esa gran misión.
Al igual que en el 70 o el 73, el pueblo nos ha puesto en la oposición. Si Camaradas, EN LA OPOSICION, sin ambigüedades ni vacilaciones.
Dijimos hasta la saciedad que no daba lo mismo quien gobernara.
Para Ravinet o Rodríguez Grossi, a diferencia de nosotros, si da lo mismo quien gobierne, ellos son imprescindibles para salvar la Patria. Afortunadamente la Patria ha demostrado que sabe salvarse sola.
Reclamo aquí el cumplimiento de nuestros acuerdos. Los que quieren gobernar con la derecha, que se queden con Piñera.
Nada de “congelar la militancia”. EXPULSION. En la Democracia Cristiana no se anda vitrineando. O se es de gobierno o se es de oposición. Nosotros somos de oposición, clara, nítida, decidida y popular.

OPOSICION, para defender a los trabajadores del sector público, perseguidos por los que juraban hacer un gobierno de unidad nacional.
OPOSICION, para denunciar la asignación de miles de millones de pesos a empresas relacionadas con los gobernantes, destruyendo las economías locales.
OPOSICION, para exigir el cumplimiento de las promesas demagógicas con las cuales se hicieron del poder.
OPOSICION, para defender los avances de nuestros gobiernos e impedir que la red de protección social, que tanto costo construir, sea destruida por quienes ya intentan apoderarse de todo, ávidos por conseguir hacerse con aquello que les faltó controlar en dictadura.
OPOSICION, para volver la mirada hacia las organizaciones sociales que nos abandonaron, después que nosotros las abandonáramos a ellas.
OPOSICION, para exigir que el 7% a los jubilados se devuelva de verdad, cuando ya se anunció que será escalonado y no para todos.
OPOSICION, para que la promesa de pos natal de seis meses no quede eternamente en la comisión que nos anuncia la Ministra del Trabajo. Si, en una comisión, de las mismas que tanto criticaron y que hoy inundan la gestión de la “nueva forma de gobernar”.
OPOSICION, en fin, para reencontrarnos con todos aquellos con los que nos une la pasión por la justicia social y el rechazo al conservadurismo cultural y la codicia como motor de la sociedad.

En esto hay que ser claros.

No estamos de acuerdo con nuestros camaradas que siempre quieren ser muy duros con la izquierda y muy blandos con la derecha.
Somos depositarios de aquel Partido de Vanguardia que nos enseñara don Jaime Castillo.
No somos ni seremos un partido de centro, que se acomode a la administración pusilánime.
Somos y seremos el partido de la búsqueda de oportunidades para todos.

El partido de los excluidos.

El Partido de los pequeños y medianos empresarios, que emprenden, una y otra vez y generan casi el 80% del empleo en el país.
El Partido de la clase media, donde tantas veces, el trabajo de padre y madre no alcanza para sustentar el pago de la educación superior de jóvenes que hacen su mejor esfuerzo.
La historia nos demuestra que esta tarea no la puede hacer un partido solo. Es necesario que la Democracia Cristiana recupere su rol de liderazgo, dentro de la Concertación y mas allá de ella.

Es falso el dilema si hay que crecer hacia la derecha o la izquierda.

Los casi cuatro millones de no inscritos no son militantes de esas ecuaciones estrechas. Son chilenos, mas jóvenes que nosotros, a los que tenemos que ir a encontrar con ideas nuevas y motivadoras.
No bastó con reiterar lo bien que lo hacíamos para que nos acompañaran en Diciembre y Enero. No bastará con contarle esa historia en cuatro años mas, si queremos volver a gobernar el país.
La única forma de revelar el individualismo y el conservadurismo de la derecha gobernante, será ofreciendo propuestas alternativas que reflejen el abismo existente entre un partido progresista, que se identifica con los sectores mas vulnerables y la clase media y una derecha individualista y conservadora, que pese a toda la experiencia mundial, cree posible alcanzar el desarrollo mediante la política del chorreo.

Para alcanzar este objetivo, será imprescindible ampliar la base de los que quieran estar en la oposición, no achicarla.
Las exclusiones solo favorecerán al gobierno de Piñera y a la derecha retardataria.
Ello no implica abandonar nuestras convicciones ni la necesaria identidad.
La mejor manera de afirmar la identidad es creer en la fortaleza de nuestras ideas y convicciones, poniéndolas al servicio de la tarea común de recuperar el gobierno para las mayorías.
Ello requiere y requerirá un Partido ordenado, moderno, disciplinado e inserto, para siempre, en la base social, aquella que durante tanto tiempo miramos de lejos y no pocas veces con desprecio.
Un Partido donde sus dirigentes practiquen la democracia y permita que su dirigencia se renueve de verdad, dejando de lado el juego de “sillas musicales”, que con tanto descaro nos ha acompañado por tanto tiempo.

Un Partido organizado a la medida de las inquietudes de sus militantes y no de las necesidades de sus dirigentes.
Un Partido donde los jóvenes sean verdaderos protagonistas, desde el mayor nivel de dirección. Donde nuestros Alcaldes y Concejales sean invitados a participar y no ha marginarse.
Un Partido que desarrolla su labor en las organizaciones donde los chilenos se encuentran. En el barrio, el sindicato, la organización gremial o la federación de estudiantes.

Camaradas de la Junta, en el día de ayer hemos presentado, algunos parlamentarios, el Presidente de la JDC y dirigentes locales y juveniles un documento llamado “Ni príncipes ni mendigos”, donde llamamos a reflexionar acerca de las causas de la derrota que hemos sufrido y algunas líneas de futuro.
Queremos agradecer las enormes muestras de adhesión a esos planteamientos o parte de ellos, por tantos de ustedes.
Hemos querido significar con ello que nuestro Partido no puede seguir siendo el lugar donde algunos se sienten llamados, SIEMPRE, a ser los “conductores naturales”, mientras otros, que quieren participar, nunca son tratados como iguales.

Hago un llamado a que esta Junta Nacional no se convierta en el campo de batalla de candidaturas prematuras, para una elección de tres meses mas y permitan que desarrollemos un debate de ideas, para definir las tareas del Partido y la mejor manera de enfrentarlas.
Nuestro partido colaboró a fundar la Concertación de Partidos por la Democracia hace más de 22 años.

Como todos sabemos, la más fecunda y prolongada alianza política que recuerde Chile, pero hoy los actores políticos y la sociedad que enfrentamos, no son los de 1988.
La contradicción dictadura-democracia, no está en discusión. Ahora, es el tiempo de fundar una nueva coalición política, cuya base podrá ser nuestra histórica Concertación, pero se deberá superar, yendo más allá de los límites de ella.
En esta nueva Concertación, o como se llame, deberán tener cabida no solo los partidos y sus dirigentes, sino todos los demócratas comprometidos, con las grandes transformaciones sociales y libertarias que aún están pendientes en nuestra Patria.
Una estrategia de concertación y convergencia es mil veces mejor que una de conflicto y exclusión. Aún más importante, es una estrategia que encarna y actualiza lo mejor de la historia de nuestro Partido.

Recordemos que el Partido Demócrata Cristiano se hizo grande en las salitreras, en los sindicatos, en los comités de Reforma Agraria y en la Promoción Popular. Sólo mediante el sacrificio de cada uno de nuestros militantes, dirigentes sociales, representantes en municipios y parlamentarios, podremos volver a ser ese gran Partido que fue siempre el mejor lugar para luchar por la Justicia Social y, ahora también, promotor del progreso de la clase media.

Quien observe la historia reciente de nuestro Partido observará una sucesión de oportunidades perdidas y sacrificios rechazados.
Pareciera ser que hemos sido poco generosos, poco certeros de cuando escuchar y cuando levantar la voz, de cuando dialogar y cuando mantenernos firmes en nuestras convicciones.
Para superar estas incertidumbres, yo les propongo un nuevo estándar ético: la ética del sacrificio.

Es nuevo porque es lo único que nos conducirá a la renovación.

Pero es antiguo, pues es sobre la base del sacrificio individidual y colectivo que el Partido Demócrata Cristiano fue fundado, fue mantenido a lo largo de tantos años de derrotas electorales y persecución política, gobernó para los trabajadores y los campesinos, y jugó un papel central en el retorno a la democracia.
Fue el sentido del sacrificio el que nos permitió llegar a ser lo que fuimos; y sólo a través del sacrificio es que llegaremos a ser lo que fuimos.
Por último camaradas, los invito a que releamos las conclusiones del V Congreso partidario.

Sí, el V Congreso, aquel que hicimos y que luego olvidamos. Que nos enorgulleció solo por unos pocos días. Aquel que pareció darnos vergüenza por lo bien hecho.
Ningún partido se ha atrevido a hacer un esfuerzo de esa magnitud. Las conclusiones fueron tan contundentes, que ahí está la única carta de navegación para los próximos años y estoy seguro que si ponemos en práctica estas ideas que los mismos que estamos aquí elaboramos, este partido será el partido que le devuelva la esperanza a los mas vulnerables, que hoy mira expectantes si van a volver a contar con nosotros para seguir soñando con un Chile mejor…Para Todos…Para Todos.


Muchas Gracias
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