APORTE A LA REFLEXIÓN Y EL DIALOGO. Manuel Roman

Mis notas o escritos, reiteradamente apelo a tres elementos fundamentales: recuperar nuestras raíces doctrinarias e ideológicas; tener como base de sustento para el presente y proyectarnos al futuro, la “Revolución en Libertad” implementada por nuestro camarada Eduardo Frei Montalva; y construir una Vanguardia Cristiana Social Comunitaria; a mí parecer, que al alejarnos de ellos nos hizo equivocar, donde las responsabilidades de quienes estamos aquí deben ser compartidas en su justa medida, unos por acción y otros por omisión. Por acción todos aquellos que teniendo la posibilidad y el mandato de las bases de conducir al PDC construyeron una plataforma que altero los marcos de convivencia democrática (como no haber implementado las conclusiones del V Congreso), perfilando una suerte de oligarquía basada en sus recursos, en el clientelismo político y en la soberbia “académica”, otros no diferenciaron entre la política un negocio y la política para servir; otros por omisión, es decir, aquellos que por pequeños beneficios guardaron silencio, otros que tomaron nuevos rumbos, los que se cansaron y se fueron para la casa, y los críticos, entre los que me cuento, no tuvimos la capacidad de estar con más fuerza.
Hoy el escenario es distinto, un espacio donde la reflexión y el dialogo es lo primordial, donde los clientes lo más seguro que se desplacen donde está la nueva oferta, los intereses y recursos van a escasear; lo único que va a quedar es la conciencia política y social, la coherencia entre la teoría y la práctica, la consecuencia entre lo que se dice y lo que se hace, y la voluntad militante de servir a una causa a través de la política. A pesar de esto, hay que esforzarse por trabajar juntos en nuestro proyecto, porque es cosa de ver que algunos siguen en la lógica del poder y de la soberbia acostumbrada a marcar el rumbo, no considerando a la base militante y sus convicciones; simplemente porque se quedaron con el método del poder oligárquico, donde todo se hacía a su justa medida. Es más, ya se escuchan voces de aquellos que tuvieron la opción y el mandato de dirigir al PDC y equivocaron el camino, hoy están demarcando los lineamientos de lo que debe ser y quienes deben dirigir. Tienen todo el derecho y la libertad de hacerlo, pero más importante es que reconozcan sus errores, porque en la victoria eran solamente ellos y en las derrotas la responsabilidad es de todos los militantes menos ellos. Creo que quienes tuvieron responsabilidades deben reconocer que se equivocaron y dar pasos a otros(as) y que volviendo a la humildad y la sencillez, vuelvan a sus bases políticas, colaboren como cualquier militante y desde ahí hagan sus planteamientos.
Reconocer los errores con humildad y sencillez, nos hace más grandes y más sabios.
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