martes, diciembre 22, 2009

Democracia versus Binominalismo. Gonzalo Wielandt

La democracia cristiana ha logrado elegir 4 senadores y 19 diputados, dos diputados menos que la elección de 2005 en la que obtuvo 21 representantes para la cámara baja, no obstante de haber quedado con 5 diputados menos en el marco del conflicto político entre el alvearismo y Adolfo Zaldívar, cuya consecuencia fue la expulsión de este último. A la luz de los datos se puede advertir que una mejor negociación política podría haber significado una mayor cantidad de diputados electos, no sólo por la gran votación de candidatos del PRI, sino que también por la alianza de toda la izquierda contra candidatos de la democracia cristiana, por ejemplo el caso de nuestra Camarada Anita Quiroga en Copiapó, la poca competencia de candidatos del PDC contra candidatos PPD de tal modo de haber evitado el aumento de este partido en la cámara y, por último, la entrega excesiva de distritos. Asimismo, la alianza con el PC le significó a la democracia cristiana además de sentir la alianza anti-DC por parte de la izquierda, entregar el espacio y nuestro electorado de centro al candidato de renovación nacional en San Miguel, PAC y Lo Espejo.Al comparar la votación de la democracia cristiana, cuyo número es aproximadamente un 14,24%. Esta votación constituye prácticamente la mitad de los votos de nuestro candidato Eduardo Frei Ruiz-Tagle quien alcanzó alrededor de un 29%, podrías con certeza considerar que el 5% del partido radical estuvo presente, como electorado de centro, sin embargo, el 10% restante fue una votación residual del socialismo y del liberalismo de izquierda, cuyo tronco de representación electoral estuvo en las candidaturas de Jorge Arrate y Marco Enríquez-Ominami. En suma, la candidatura de Frei fue prácticamente la candidatura de la democracia cristiana y del partido radical y de un residuo electoral del socialismo y del PPD.

Las conclusiones de todo esto, dicen relación con la dilución de la concertación, pero también con el desafío del centro político de evitar su dilución y recuperar sus fuerzas electorales cooptadas por la derecha. En este sentido, la campaña de Eduardo Frei debe concentrase en un mensaje sobre el proyecto histórico de democracia y seguridad para Chile. Democracia en pos de consolidar un Estado social y fortalecer la comunidad organizada como una verdadera autoridad. Seguridad en pos de garantizar la paz ciudadana en el combate contra la delincuencia, la seguridad social y laboral, la seguridad ambiental, entre otras.

La democracia cristiana como partido de centro debe fortalecer su espacio de expresión política, asumiendo su diversidad y pluralismo que trasciende el histórico recuerdo del plebiscito de 1988, asumiendo su realidad diversa de alas de derecha y de izquierda. El binominalismo político sólo consigue diluir al centro político, a la democracia cristiana y con ello socavar el espíritu democrático. Por lo tanto, nos cabe como demócratas cristianos hacer converger el bien común de la patria con un mensaje de integración nacional. Un partido de centro así concebido y puesto en acción llega a ser un partido de vanguardia social-comunitaria.
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