Ser y no sólo parecer. Mariano Ruiz-Esquide Jara
A medida que avanza la campaña presidencial, se hace más importante la necesidad de los candidatos de expresar sus ideas más profundas sin equívocos ni errores. En los últimos días se ha visto con claridad lo difícil que es no caer en estos errores de develar el verdadero subconsciente de cada pensamiento político.
Tal vez el más ostensiblede los casos ha sido la posición del presidente de Renovación Nacional frente a la visita de la Presidenta Bachelet a la casa de Ana Frank en Holanda. Sus respuestas han demostrado el real aprecio -o desprecio en este caso- por los derechos humanos. A mayor abundamiento, sus aclaraciones han sido "para peor", como se dice en el campo.(La Nacion)
El respeto por este aspecto esencial de parte de la derecha se demuestra así como postizo, más bien más demagógico y cuya verdadera falta de profundidad se hace patente en estas ocasiones. Dicho en lenguaje político actual, "no está en el ADN de su filosofía política como lo está su defensa de la libertad del mercado o de la competitividad económica". En el lenguaje freudiano, es la salida a la superficie de lo más profundo de su pensamiento y del subconsciente. Pero también es legítimo preguntarse si ése es el real pensamiento de la derecha, aunque su candidato lo desautorice, porque, si triunfa, él no gobernará solo y además en la Alianza muchos tienen la impronta de la dictadura en su pasado.
Pero también hay planteamientos que demuestran ese ADN distinto de la apariencia en otros candidatos. Es el caso de la propuesta del candidato Enríquez-Ominami para vender parte de Codelco a privados, sin limitaciones a los eventuales compradores. La nacionalización del cobre es el eje de la política socialista de 60 años que comenzó con la chilenización de la Democracia Cristiana en la década del 60. ¿Es una medida orientada por sus asesores o es su opinión más profunda y personal, increíble para quien se plantea como el progresismo o el modelo para el futuro concertacionista?
Pero hay además un tercer hecho -también- inesperado: ninguna de las otras candidaturas desprendidas de la Concertación (Arrate, Navarro y Zaldívar) levantaron sus voces para oponerse con la fuerza que la izquierda debió hacerlo. El Partido Comunista debió responder por su tradición ideológica.
¿Quién lo hizo? El candidato de la Concertación y parlamentarios democratacristianos. Lo he dicho muchas veces: en política y en materias fundamentales para el país o en materias doctrinales, no hay tiempo para callar.
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Tal vez el más ostensiblede los casos ha sido la posición del presidente de Renovación Nacional frente a la visita de la Presidenta Bachelet a la casa de Ana Frank en Holanda. Sus respuestas han demostrado el real aprecio -o desprecio en este caso- por los derechos humanos. A mayor abundamiento, sus aclaraciones han sido "para peor", como se dice en el campo.(La Nacion)
El respeto por este aspecto esencial de parte de la derecha se demuestra así como postizo, más bien más demagógico y cuya verdadera falta de profundidad se hace patente en estas ocasiones. Dicho en lenguaje político actual, "no está en el ADN de su filosofía política como lo está su defensa de la libertad del mercado o de la competitividad económica". En el lenguaje freudiano, es la salida a la superficie de lo más profundo de su pensamiento y del subconsciente. Pero también es legítimo preguntarse si ése es el real pensamiento de la derecha, aunque su candidato lo desautorice, porque, si triunfa, él no gobernará solo y además en la Alianza muchos tienen la impronta de la dictadura en su pasado.
Pero también hay planteamientos que demuestran ese ADN distinto de la apariencia en otros candidatos. Es el caso de la propuesta del candidato Enríquez-Ominami para vender parte de Codelco a privados, sin limitaciones a los eventuales compradores. La nacionalización del cobre es el eje de la política socialista de 60 años que comenzó con la chilenización de la Democracia Cristiana en la década del 60. ¿Es una medida orientada por sus asesores o es su opinión más profunda y personal, increíble para quien se plantea como el progresismo o el modelo para el futuro concertacionista?
Pero hay además un tercer hecho -también- inesperado: ninguna de las otras candidaturas desprendidas de la Concertación (Arrate, Navarro y Zaldívar) levantaron sus voces para oponerse con la fuerza que la izquierda debió hacerlo. El Partido Comunista debió responder por su tradición ideológica.
¿Quién lo hizo? El candidato de la Concertación y parlamentarios democratacristianos. Lo he dicho muchas veces: en política y en materias fundamentales para el país o en materias doctrinales, no hay tiempo para callar.
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