UNA MAÑANA DISTINTA. Manuel Roman.

Su planteamiento no exhibe preocupaciones “por los grandes temas” que simplemente son como ganan más los que tienen más; su preocupación va por los temas que afectan la calidad de las personas y de toda la comunidad que habita ese país, esos son grandes temas, entendiendo que en la medida que existan mejores condiciones y calidad de vida, democracia, libertad y opciones para todos, tendrá al frente a un pueblo dispuesto y con tiempo para participar, trabajar, crecer y desarrollarse, evitando estar pensando que comerán o como pagaran las deudas o como mantendrán una familia al otro día.
Esto me lleva a retrotraerme a mi realidad, donde implementaron un sistema aprovechando la dictadura (Teoría de Shock, Naomi Klein) y los Chicago boy se imponían, mientras en Europa iban en retirada; un sistema que se impuso a sangre y fuego, es administrado, manteniendo los privilegios. No podemos desacreditar lo mucho que se ha avanzado en todo el periodo post dictadura, sin embargo no se ven esfuerzos por hacer los cambios que permitan más democracia, que permita soñar a todo un pueblo con un futuro mejor, no hay señales por mayores niveles de equidad, se mantiene la lógica del asistencialismo especialmente en épocas de crisis, no hay convocatorias que inviten al pueblo a participar de los cambios necesarios para una vida más solidaria e igualitaria, no han sido capaces de mantener la palabra empeñada; cuando la situación es aceptable, para el pueblo pan y circo, cuando la situación se descompone, el pueblo debe apretarse el cinturón y apretar los dientes.
Mientras la economía y el mercado es la preocupación principal, la crisis social y el descrédito de la política va aumentando. Seremos los chilenos capaces de encontrar el camino, tomaremos conciencia que más de lo mismo cada día nos aleja de una sociedad equitativa, solidaria e igualitaria; tomaremos conciencia que se requiere de la incorporación de las nuevas generaciones y optar por nuevas caras y nuevos lideres.
Depende exclusivamente de nosotros renunciar a la “ley del menor esfuerzo” y volcarse masivamente a participar, generar un movimiento político social que pueda encantar a las nuevas generaciones, actuar a partir de principios y valores claros, invitar a soñar esa utopía que permita un Chile y un mundo mejor, para todos y todas. Esta en nosotros reencontrarnos con la capacidad de asombro y la opción de servir.
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