martes, junio 24, 2008

Una historia a modo de introducción: Eduardo Reyes

Un hombre regaló a su hijo, al cumplir 15 años, un caballo para que recorra el campo. Al saberlo, todo el mundo se alegró y felicitaron al niño y al padre. Cuando le preguntaron al maestro, éste sólo dijo "Ya lo veremos".Pasado un tiempo, el niño, saltando en su caballo, cayó de éste y se fracturó una pierna. Todos lamentaron la situación y comentaban de los riesgos de andar a caballo. Preguntado el maestro dijo "Ya lo veremos"Un año después se armo un confilcto bélico en su patria, todos los jóvenes debieron ir al "frente". El niño no se enlistó, pues tenía una pierna mala. Todos se alegraron por él y dijeron que era una suerte dentro de lo malo. Preguntado el maestro, éste dijo " Ya lo veremos"Al mirar la política, se me viene a la mente esta historia. Gobierno y oposición alzando las manos al cielo por el acuerdo en materia educacional, después de un informe dividido, de la comisión propuesta por la presidente Bachelet. Toda la alegría y la parafernalia de un acto, en mi opinión "excesivo". ahora, con la posibilidad de legislar en la mano, los parlamentarios harán su trabajo..... como dijo el maestro "ya veremos".Con el tema de la inscripción automática, sucede otro tanto. Todos los actores están concientes de que hay que generar participación y claramente los jóvenes no se integran a la política, ni siquiera en el voto. ¿Qué se debe hacer?, generar la inscripción automática. Pareciera que hay acuerdo transversal, pero no se legisla. Será por eso del voto voluntario u obligatorio que se enredará el tema. Hay nuevamente acá una lucha de los liberales (ppd especialmente), que piensan que el voto obligatorio atenta contra los derechos individuales, argumento que se identifica más con el pensamiento de economía de mercado que político institucional. En mi opinión los mercados puedan operar con la libertad de los individuos para entrar y salir, pero en el sistema político no veo porqué deba ser igual. En el mercado la clave es la libertad, en la política la clave debe ser la responsabilidad de los actores. Pero como dijo el maestro... "ya veremos".Lo que cabe preguntarse es si alguna vez en Chile, los políticos de mi Concertación, se la jugarán de verdad por la justicia social; al decir esto, estoy hablando claramentede cumplir con el mínimo de la justicia distributiva aristotélica, quienes más tienen y están más fuertes deben aportar más, y esto porcentualmente. Recibí esta semana un ejemplar de los acuerdos del congreso de la CDU alemana (más de un amigo las ha acusado de derechistas ultraneoliberales) y me encuentro con que en su definición de justicia plantean, cito textual "...es justo que los más fuertes realicen una mayor contribución a nuestra comunidad, en comparación a la que hacen los más débiles... Nos sentimos especialmente obligados ante los débiles y socialmente perjudicados. Nadie debe perderse en el camino, a nadie debemos olvidar." Y esto lo dice el partido jefe del gobierno "derechista" del país más rico de Europa. Un poquito de contagio estaría más que bien, pues una vez más digo que no es posible que el presidente de Chile sea aclamado por los más ricos empresarios del país, en el momento que hay la peor deitribución histórica de la riqueza y el Estado es el más pequeño (en porcentaje del PIB) en la historia de la Concertación. Para eso, acá más que el sabio "ya veremos" del maestro, habría que hacer las tareas, de otro modo la legitimidad correrá de parte de Sebastián "Berlusconi" Piñera y quizás lo haga él... ya veremos.