“Alvear sólo remontará si se comporta como candidata”. Jorge Navarrete P.
El abogado y ex subsecretario de Lagos explica sin tapujos el por qué del declive de la DC, da consejos para superar el pesimismo concertacionista ante la presidencial y advierte que el “gustito” del PPD-PRSD de llevar una lista paralela de concejales puede costar muy caro.
Cuando era sólo un adolescente, Jorge Navarrete acompañaba a su padre de quien heredó el nombre a las movidas juntas nacionales de la DC. Seguramente, el fundador y ex director de TVN y hoy presidente del Consejo Nacional de Televisión, nunca entonces pensó que décadas después su primogénito sería un audaz crítico del falangismo y de muchas de las políticas del Gobierno de la Concertación. Esta discrepancia es más sabrosa aún, ya que este abogado es hijo de la titular de Vivienda.
"Mis padres se toman bien mis críticas; en cambio, la ministra de Vivienda y el presidente del CNTV se lo toman con más cautela", ironiza, mientras explica que las diferencias políticas en su familia se manejan con afecto. "La mejor demostración de la tolerancia familiar es que estoy casado con una mujer que siempre ha votado por la derecha, incluso cuando yo era funcionario de Gobierno", confidencia.
Con una filuda lengua y opiniones que a más de alguien molestan, Navarrete se ha hecho un nombre entre los analistas políticos: es panelista de "Estado Nacional", de TVN, y columnista de dos diarios. Leer las opiniones de Pirincho un sobrenombre que es ya su marca registrada se ha transformado hoy en un "must" para quienes siguen los detalles de la coyuntura política.
Lo que pocos se imaginan es que este abogado debe su peculiar seudónimo a sus años escolares, cuando usaba el pelo casi al rape y un cura del San Ignacio le decía que tenía cabeza de quirquincho. Eso, y su afición por la música, contribuyeron a que fuera derivando hacia Pirincho.
-¿Existe alguna posibilidad real de que Soledad Alvear pueda repuntar como candidata presidencial?
-Alvear podrá remontar en las encuestas sólo en la medida que se comporte como candidata; es decir, cuando asuma que, más allá de cuestiones formales, ella ya es parte de una contienda electoral al interior de la Concertación. Eso requiere de decisiones, actitudes y un liderazgo propio de quien tiene ganas de ser Presidente.
-¿Su baja se debe a fallas en su liderazgo o es consecuencia del proceso de declinación que vive la DC?
-Hay una combinación de muchas cosas, pero la profunda crisis por la cual atraviesa la DC sigue siendo el principal lastre para la aspiración presidencial de cualquier militante de sus filas. Este es un partido viejo, cansado, quebrado por el fraccionalismo y que no ha sabido articular a muchos de sus mejores cuadros. La DC es hija de otro tiempo y le ha costado conectar con la realidad y aspiraciones del Chile de hoy. ¿Qué significa ser un democratacristiano en el siglo XXI?, ¿cuáles son las nuevas banderas, proyectos o propuestas que nos diferencian de otros partidos de la Concertación?
-¿Es esencial para la supervivencia de la DC llevar un candidatura presidencial?
-Es importante, pero no esencial. La supervivencia del partido se juega mucho más en la urgente necesidad de explicitar un nuevo sueño para el país, que en el hecho de obcecarse con llevar a un candidato hasta las últimas consecuencias. Poco contribuye a la moral de la militancia y los electores el disponer de un candidato, si no se acompaña con una nueva épica que los convoque y movilice. No deberíamos estar tan preocupados de tener un candidato hoy, sino de tener un partido mañana.
-¿Ves a la DC apoyando a Ricardo Lagos?
-Veo a la DC respaldando a cualquier candidato que gane legítimamente en un proceso democrático, cualquiera sea éste, al interior de la Concertación. No se puede predicar la democracia si uno no está dispuesto a practicarla. No creo en la ley del turno, ni en una alternancia que no se sustente en las mayorías ciudadanas. Ese es un discurso de la derecha.
-¿Lagos es el único que puede ganarle a Piñera?
-No es el único, puede ser él u otro candidato de la Concertación. A dos años de la elección, nadie tiene clavada la rueda de la fortuna. De no aprobarse la inscripción automática, la próxima contienda presidencial no se decidirá por más de 300 mil votos. En todo caso, el peor adversario de Sebastián Piñera sigue siendo el propio Piñera; pese a que es un hombre inteligente, rápido y audaz, lo traiciona su temperamento. Demasiado impulsivo, individualista y autosuficiente, no sabe trabajar en equipo, es poco dado a la disciplina y a las renuncias. El electorado chileno demanda seguridad, y Piñera tiene una característica fatal para la política: es impredecible.
-¿Existe preocupación en el oficialismo por el desempeño de Piñera en las encuestas? ¿Algunos ya dan por perdida la presidencial?
-El pesimismo se debe más a los errores propios que a las virtudes del adversario. El primer tiempo terminó con pocas ganas, jugadores cansados, varios autogoles y algunos en la galería pidiendo la hora. Como dicen los comentaristas deportivos, "todavía depende de nosotros", pero para mejorar en las encuestas se requiere definitivamente un cambio de actitud. Hay que ponerle más cabeza, atreverse, jugar nuestro fútbol y si eventualmente llegáramos a perder igual, al menos irnos con el reconocimiento del respetable ríe . En todo caso, si Colo Colo está a punto de lograr el pentacampeonato, ¿por qué no podría también hacerlo la Concertación?
-En la Alianza existe la sensación de que no les irá bien en las municipales, y en el oficialismo están más optimistas. ¿Es un pronóstico realista?
-Efectivamente, la Concertación ganará las municipales, cualquiera sea el estándar que se utilice: número de alcaldes, concejales o votación universal. Y no necesariamente por el buen desempeño de la coalición, sino por los efectos del resultado electoral de 2004 y a la gran cantidad de alcaldes que se reeligen por primera vez. En todo caso, cuidado con exagerar las expectativas. No vaya a ser que un triunfo menos holgado del que se espera sea finalmente leído como una derrota.
-¿Cuánto influirá ese resultado en la presidencial?
-Será un golpe vitamínico para la Concertación, más todavía cuando se hayan recuperado un par de municipios emblemáticos. En la política, las imágenes y el estado de ánimo juegan un rol fundamental. El objetivo del oficialismo es politizar al máximo dicha elección, presentarla como una suerte de primarias, y así recuperar algo del terreno perdido para afrontar la madre de todas las batallas.
-¿El acuerdo PC-Concertación ahuyentará a votantes DC?
-Aunque se trata de un acuerdo estrictamente electoral, sin alcances programáticos, es probable que cierto electorado DC no esté disponible para votar por los candidatos comunistas. Pero tratándose de una elección donde el liderazgo local es muy relevante, quizá la reticencia sea menor a la que imaginamos. Sea como fuere, es bueno para la Concertación, para el país y su democracia.
-¿La DC está preocupada por el resultado municipal del partido?
-Por supuesto que sí, más todavía cuando se trata de la primera prueba ciudadana de la gestión de Soledad Alvear. Tanto las futuras aspiraciones de la DC como de su presidenta y su entorno se juegan en este resultado electoral. Si imperara la racionalidad política y se dejaran de lado los rencores y proyectos personales, Marcelo Trivelli, Ximena Rincón y Jaime Ravinet podrían ser un tridente emblemático para asumir este desafío.
-¿Qué efectos tendría en el oficialismo que fueran dos listas de concejales? ¿Es una crisis tan preocupante?
-Más que una crisis, creo que es una soberana estupidez. En la Concertación se ha desarrollado una ilimitada capacidad para ponernos creativos en los momentos más inoportunos. Sólo una pregunta: ¿a cuál de las listas apoyará el candidato único a alcalde y cómo influirá esa decisión en su votación individual? Este gustito puede costar muy caro.
-¿Es grave que el PPD-PRSD no acoja el pedido de Bachelet de contar con un lista unitaria?
-La Presidenta ha sido sumamente errática en esta materia. A esta altura no me queda claro si finalmente intervino por convicción o por obligación.
-¿Eso habla de un débil liderazgo de la Presidencia?
-Habla de una Presidenta que no asume que, junto a la jefatura del Estado y del Gobierno, también le corresponde ser jefe de la coalición. Desde la gestación de su candidatura, como durante todo su Gobierno, Michelle Bachelet ha tenido una relación tensa con la elite política de la Concertación. Sus vacilaciones en este conflicto son una demostración de lo mismo.
-¿Esto se podría traducir en que en la parlamentaria haya también dos listas?
-Me imagino que un experto electoral como Pepe Auth ya habrá evaluado esa posibilidad, más aún cuando el PPD y el PRSD están sobrerrepresentados en la Cámara de Diputados. Aquí se sienta un precedente peligroso, impulsado por alguien que a ratos olvida que ahora es presidente de un partido en el marco de una coalición más amplia, la que enfrenta un desafío capital. Pero, en fin, somos grandecitos y cada uno sabe lo que hace.
-¿Es realista el llamado de Enrique Correa de transformar a la Concertación en un partido único? -Esa es una idea antigua, el primero en formularla fue Pérez Yoma hace casi una década. Se trata de una reflexión que debe madurarse todavía más. No creo que el horno esté para ese bollo. Con todo, esa propuesta intuye bien dos rasgos de la coalición: la Concertación es una entidad distinta a los partidos que la componen y, además, tiene un valor en sí misma: el todo es más que la simple suma de sus partes.
-¿Qué efecto tendrá que Jorge Schaulsohn sea el candidato de la Alianza en Santiago?
-Simplemente uno: sepultar la viabilidad política de ChilePrimero. Si Jorge decide ser candidato a alcalde no sólo perderá frente al contendor de la Concertación; también adelantará la fecha de defunción de su movimiento, pronosticada por ahora para las próximas elecciones parlamentarias.
-¿Crees que ChilePrimero y los colorines tienen votos propios? ¿Tendrán alguna influencia en la municipal?
-Tienen votos propios y, por cierto, éstos influirán en los resultados municipales, más todavía si la Concertación persiste en la tontera de las dos listas. En todo caso, de no mediar una reforma al sistema binominal, este veranito de San Juan termina en las próximas parlamentarias.
-¿Es grave que la Alianza no lleve un candidato de sus filas en la comuna más importante del país, ni tampoco, como se dice, en otro municipio importante como La Florida?
-La dificultad de la Alianza por Chile para encontrar candidatos a alcaldes y concejales se debe en gran medida a que comparten el diagnóstico de que saldrán derrotados. El caso de Santiago y La Florida es complejo porque se trata de comunas donde hoy hay un alcalde de derecha. La única forma de atenuar los efectos de la derrota es preservar sus propios municipios emblemáticos. Pero por Dios que lo han hecho mal. ¡Si lo único que les falta es poner avisos en los diarios!
-¿El conflicto en la UDI es un problema típico de un partido que ha crecido o una crisis de consecuencias mayores?
-Hay de las dos cosas. Al igual que un adolescente que entra a la pubertad, la UDI anda con las hormonas un tanto alborotadas: no sabe muy bien lo que le pasa, no se siente a gusto con el entorno y es errática e insegura en sus respuestas. Pero también el crecimiento de la UDI ha sido a costa de su identidad, y varios de sus dirigentes comienzan a experimentar la tensión entre el "ser" y el "crecer". Como decía Jaime Guzmán, están siendo víctimas de la contaminación ideológica.
-¿Es esencial para la UDI llevar candidato presidencial?
-Es vital, pero no porque alguien tenga la peregrina idea de poder encontrar un candidato competitivo frente a Sebastián Piñera, sino justamente para preservar un sello que le permitió a la UDI convertirse en el partido más grande de Chile: el proyecto de derecha popular, con una fuerte opción por los más pobres, de inspiración católica y conservadora ¿Quién defiende eso? Piñera, definitivamente, no. Se farrearon a Longueira. ¿Adolfo Zaldívar quizás? La Nacion .
Cuando era sólo un adolescente, Jorge Navarrete acompañaba a su padre de quien heredó el nombre a las movidas juntas nacionales de la DC. Seguramente, el fundador y ex director de TVN y hoy presidente del Consejo Nacional de Televisión, nunca entonces pensó que décadas después su primogénito sería un audaz crítico del falangismo y de muchas de las políticas del Gobierno de la Concertación. Esta discrepancia es más sabrosa aún, ya que este abogado es hijo de la titular de Vivienda.
"Mis padres se toman bien mis críticas; en cambio, la ministra de Vivienda y el presidente del CNTV se lo toman con más cautela", ironiza, mientras explica que las diferencias políticas en su familia se manejan con afecto. "La mejor demostración de la tolerancia familiar es que estoy casado con una mujer que siempre ha votado por la derecha, incluso cuando yo era funcionario de Gobierno", confidencia.
Con una filuda lengua y opiniones que a más de alguien molestan, Navarrete se ha hecho un nombre entre los analistas políticos: es panelista de "Estado Nacional", de TVN, y columnista de dos diarios. Leer las opiniones de Pirincho un sobrenombre que es ya su marca registrada se ha transformado hoy en un "must" para quienes siguen los detalles de la coyuntura política.
Lo que pocos se imaginan es que este abogado debe su peculiar seudónimo a sus años escolares, cuando usaba el pelo casi al rape y un cura del San Ignacio le decía que tenía cabeza de quirquincho. Eso, y su afición por la música, contribuyeron a que fuera derivando hacia Pirincho.
-¿Existe alguna posibilidad real de que Soledad Alvear pueda repuntar como candidata presidencial?
-Alvear podrá remontar en las encuestas sólo en la medida que se comporte como candidata; es decir, cuando asuma que, más allá de cuestiones formales, ella ya es parte de una contienda electoral al interior de la Concertación. Eso requiere de decisiones, actitudes y un liderazgo propio de quien tiene ganas de ser Presidente.
-¿Su baja se debe a fallas en su liderazgo o es consecuencia del proceso de declinación que vive la DC?
-Hay una combinación de muchas cosas, pero la profunda crisis por la cual atraviesa la DC sigue siendo el principal lastre para la aspiración presidencial de cualquier militante de sus filas. Este es un partido viejo, cansado, quebrado por el fraccionalismo y que no ha sabido articular a muchos de sus mejores cuadros. La DC es hija de otro tiempo y le ha costado conectar con la realidad y aspiraciones del Chile de hoy. ¿Qué significa ser un democratacristiano en el siglo XXI?, ¿cuáles son las nuevas banderas, proyectos o propuestas que nos diferencian de otros partidos de la Concertación?
-¿Es esencial para la supervivencia de la DC llevar un candidatura presidencial?
-Es importante, pero no esencial. La supervivencia del partido se juega mucho más en la urgente necesidad de explicitar un nuevo sueño para el país, que en el hecho de obcecarse con llevar a un candidato hasta las últimas consecuencias. Poco contribuye a la moral de la militancia y los electores el disponer de un candidato, si no se acompaña con una nueva épica que los convoque y movilice. No deberíamos estar tan preocupados de tener un candidato hoy, sino de tener un partido mañana.
-¿Ves a la DC apoyando a Ricardo Lagos?
-Veo a la DC respaldando a cualquier candidato que gane legítimamente en un proceso democrático, cualquiera sea éste, al interior de la Concertación. No se puede predicar la democracia si uno no está dispuesto a practicarla. No creo en la ley del turno, ni en una alternancia que no se sustente en las mayorías ciudadanas. Ese es un discurso de la derecha.
-¿Lagos es el único que puede ganarle a Piñera?
-No es el único, puede ser él u otro candidato de la Concertación. A dos años de la elección, nadie tiene clavada la rueda de la fortuna. De no aprobarse la inscripción automática, la próxima contienda presidencial no se decidirá por más de 300 mil votos. En todo caso, el peor adversario de Sebastián Piñera sigue siendo el propio Piñera; pese a que es un hombre inteligente, rápido y audaz, lo traiciona su temperamento. Demasiado impulsivo, individualista y autosuficiente, no sabe trabajar en equipo, es poco dado a la disciplina y a las renuncias. El electorado chileno demanda seguridad, y Piñera tiene una característica fatal para la política: es impredecible.
-¿Existe preocupación en el oficialismo por el desempeño de Piñera en las encuestas? ¿Algunos ya dan por perdida la presidencial?
-El pesimismo se debe más a los errores propios que a las virtudes del adversario. El primer tiempo terminó con pocas ganas, jugadores cansados, varios autogoles y algunos en la galería pidiendo la hora. Como dicen los comentaristas deportivos, "todavía depende de nosotros", pero para mejorar en las encuestas se requiere definitivamente un cambio de actitud. Hay que ponerle más cabeza, atreverse, jugar nuestro fútbol y si eventualmente llegáramos a perder igual, al menos irnos con el reconocimiento del respetable ríe . En todo caso, si Colo Colo está a punto de lograr el pentacampeonato, ¿por qué no podría también hacerlo la Concertación?
-En la Alianza existe la sensación de que no les irá bien en las municipales, y en el oficialismo están más optimistas. ¿Es un pronóstico realista?
-Efectivamente, la Concertación ganará las municipales, cualquiera sea el estándar que se utilice: número de alcaldes, concejales o votación universal. Y no necesariamente por el buen desempeño de la coalición, sino por los efectos del resultado electoral de 2004 y a la gran cantidad de alcaldes que se reeligen por primera vez. En todo caso, cuidado con exagerar las expectativas. No vaya a ser que un triunfo menos holgado del que se espera sea finalmente leído como una derrota.
-¿Cuánto influirá ese resultado en la presidencial?
-Será un golpe vitamínico para la Concertación, más todavía cuando se hayan recuperado un par de municipios emblemáticos. En la política, las imágenes y el estado de ánimo juegan un rol fundamental. El objetivo del oficialismo es politizar al máximo dicha elección, presentarla como una suerte de primarias, y así recuperar algo del terreno perdido para afrontar la madre de todas las batallas.
-¿El acuerdo PC-Concertación ahuyentará a votantes DC?
-Aunque se trata de un acuerdo estrictamente electoral, sin alcances programáticos, es probable que cierto electorado DC no esté disponible para votar por los candidatos comunistas. Pero tratándose de una elección donde el liderazgo local es muy relevante, quizá la reticencia sea menor a la que imaginamos. Sea como fuere, es bueno para la Concertación, para el país y su democracia.
-¿La DC está preocupada por el resultado municipal del partido?
-Por supuesto que sí, más todavía cuando se trata de la primera prueba ciudadana de la gestión de Soledad Alvear. Tanto las futuras aspiraciones de la DC como de su presidenta y su entorno se juegan en este resultado electoral. Si imperara la racionalidad política y se dejaran de lado los rencores y proyectos personales, Marcelo Trivelli, Ximena Rincón y Jaime Ravinet podrían ser un tridente emblemático para asumir este desafío.
-¿Qué efectos tendría en el oficialismo que fueran dos listas de concejales? ¿Es una crisis tan preocupante?
-Más que una crisis, creo que es una soberana estupidez. En la Concertación se ha desarrollado una ilimitada capacidad para ponernos creativos en los momentos más inoportunos. Sólo una pregunta: ¿a cuál de las listas apoyará el candidato único a alcalde y cómo influirá esa decisión en su votación individual? Este gustito puede costar muy caro.
-¿Es grave que el PPD-PRSD no acoja el pedido de Bachelet de contar con un lista unitaria?
-La Presidenta ha sido sumamente errática en esta materia. A esta altura no me queda claro si finalmente intervino por convicción o por obligación.
-¿Eso habla de un débil liderazgo de la Presidencia?
-Habla de una Presidenta que no asume que, junto a la jefatura del Estado y del Gobierno, también le corresponde ser jefe de la coalición. Desde la gestación de su candidatura, como durante todo su Gobierno, Michelle Bachelet ha tenido una relación tensa con la elite política de la Concertación. Sus vacilaciones en este conflicto son una demostración de lo mismo.
-¿Esto se podría traducir en que en la parlamentaria haya también dos listas?
-Me imagino que un experto electoral como Pepe Auth ya habrá evaluado esa posibilidad, más aún cuando el PPD y el PRSD están sobrerrepresentados en la Cámara de Diputados. Aquí se sienta un precedente peligroso, impulsado por alguien que a ratos olvida que ahora es presidente de un partido en el marco de una coalición más amplia, la que enfrenta un desafío capital. Pero, en fin, somos grandecitos y cada uno sabe lo que hace.
-¿Es realista el llamado de Enrique Correa de transformar a la Concertación en un partido único? -Esa es una idea antigua, el primero en formularla fue Pérez Yoma hace casi una década. Se trata de una reflexión que debe madurarse todavía más. No creo que el horno esté para ese bollo. Con todo, esa propuesta intuye bien dos rasgos de la coalición: la Concertación es una entidad distinta a los partidos que la componen y, además, tiene un valor en sí misma: el todo es más que la simple suma de sus partes.
-¿Qué efecto tendrá que Jorge Schaulsohn sea el candidato de la Alianza en Santiago?
-Simplemente uno: sepultar la viabilidad política de ChilePrimero. Si Jorge decide ser candidato a alcalde no sólo perderá frente al contendor de la Concertación; también adelantará la fecha de defunción de su movimiento, pronosticada por ahora para las próximas elecciones parlamentarias.
-¿Crees que ChilePrimero y los colorines tienen votos propios? ¿Tendrán alguna influencia en la municipal?
-Tienen votos propios y, por cierto, éstos influirán en los resultados municipales, más todavía si la Concertación persiste en la tontera de las dos listas. En todo caso, de no mediar una reforma al sistema binominal, este veranito de San Juan termina en las próximas parlamentarias.
-¿Es grave que la Alianza no lleve un candidato de sus filas en la comuna más importante del país, ni tampoco, como se dice, en otro municipio importante como La Florida?
-La dificultad de la Alianza por Chile para encontrar candidatos a alcaldes y concejales se debe en gran medida a que comparten el diagnóstico de que saldrán derrotados. El caso de Santiago y La Florida es complejo porque se trata de comunas donde hoy hay un alcalde de derecha. La única forma de atenuar los efectos de la derrota es preservar sus propios municipios emblemáticos. Pero por Dios que lo han hecho mal. ¡Si lo único que les falta es poner avisos en los diarios!
-¿El conflicto en la UDI es un problema típico de un partido que ha crecido o una crisis de consecuencias mayores?
-Hay de las dos cosas. Al igual que un adolescente que entra a la pubertad, la UDI anda con las hormonas un tanto alborotadas: no sabe muy bien lo que le pasa, no se siente a gusto con el entorno y es errática e insegura en sus respuestas. Pero también el crecimiento de la UDI ha sido a costa de su identidad, y varios de sus dirigentes comienzan a experimentar la tensión entre el "ser" y el "crecer". Como decía Jaime Guzmán, están siendo víctimas de la contaminación ideológica.
-¿Es esencial para la UDI llevar candidato presidencial?
-Es vital, pero no porque alguien tenga la peregrina idea de poder encontrar un candidato competitivo frente a Sebastián Piñera, sino justamente para preservar un sello que le permitió a la UDI convertirse en el partido más grande de Chile: el proyecto de derecha popular, con una fuerte opción por los más pobres, de inspiración católica y conservadora ¿Quién defiende eso? Piñera, definitivamente, no. Se farrearon a Longueira. ¿Adolfo Zaldívar quizás? La Nacion .
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