Un computador por niño: Aprender haciendo. M.Trivelli.
Marcelo Trivelli
Presidente Fundación Semilla
Mañana es el discurso del 21 de mayo, y considero necesario plantear con coraje y convicción la propuesta de que cada niño de Chile tenga un computador y acceso a conectividad con Internet gratis.
Un siglo atrás enfrentamos la disyuntiva de la alfabetización y nos demoramos 50 años en resolverla. Hoy, estamos en una situación similar, pero referida la “alfabetización digital”. Hemos avanzado lento y no podemos volver a demorarnos tanto. Tenemos que disminuir la brecha digital y eso significa atrevernos a tomar una decisión ahora.
El proceso de aprendizaje debe potenciar la curiosidad propia de la infancia y no encerrarlo en la sala de clases. Basta darse cuenta que los niños aprenden a jugar fútbol en la calle y no en la clase de educación física. Lo mismo sucede con los computadores: los niños aprenden solos.
Por eso me sumé a la campaña “Un computador por niño”, porque estoy convencido de que Chile debe tomar una decisión política y dotar a cada niño y niña de un computador.
Quienes se oponen, argumentan falta de consenso en si la implementación de computadores responde al desafío de la educación. La pregunta está equivocada y debiera ser ¿desarrolla un computador personal las habilidades necesarias para desenvolverse mejor en la sociedad del conocimiento? Y la respuesta es: Sí.
Entonces, ¿por qué seguir dilatando la decisión?
Soy un convencido de que la presidenta Bachelet debe comprometerse en el discurso del 21 de mayo este objetivo nacional, para que la alfabetización digital sea un pilar fundamental en la búsqueda de equidad social basada en el emprendimiento y la innovación.
Para progresar con valores, necesitamos asegurar espacios de innovación y creatividad. Esto significa atrevernos, con coraje y convicción, a asumir el compromiso de trabajar para que la “alfabetización digital” sea un derecho y que “Un computador por niño” sea una realidad para que las nuevas generaciones puedan desplegar sus talentos y potencialidades por el bien de Chile y su gente.
Presidente Fundación Semilla
Mañana es el discurso del 21 de mayo, y considero necesario plantear con coraje y convicción la propuesta de que cada niño de Chile tenga un computador y acceso a conectividad con Internet gratis.
Un siglo atrás enfrentamos la disyuntiva de la alfabetización y nos demoramos 50 años en resolverla. Hoy, estamos en una situación similar, pero referida la “alfabetización digital”. Hemos avanzado lento y no podemos volver a demorarnos tanto. Tenemos que disminuir la brecha digital y eso significa atrevernos a tomar una decisión ahora.
El proceso de aprendizaje debe potenciar la curiosidad propia de la infancia y no encerrarlo en la sala de clases. Basta darse cuenta que los niños aprenden a jugar fútbol en la calle y no en la clase de educación física. Lo mismo sucede con los computadores: los niños aprenden solos.
Por eso me sumé a la campaña “Un computador por niño”, porque estoy convencido de que Chile debe tomar una decisión política y dotar a cada niño y niña de un computador.
Quienes se oponen, argumentan falta de consenso en si la implementación de computadores responde al desafío de la educación. La pregunta está equivocada y debiera ser ¿desarrolla un computador personal las habilidades necesarias para desenvolverse mejor en la sociedad del conocimiento? Y la respuesta es: Sí.
Entonces, ¿por qué seguir dilatando la decisión?
Soy un convencido de que la presidenta Bachelet debe comprometerse en el discurso del 21 de mayo este objetivo nacional, para que la alfabetización digital sea un pilar fundamental en la búsqueda de equidad social basada en el emprendimiento y la innovación.
Para progresar con valores, necesitamos asegurar espacios de innovación y creatividad. Esto significa atrevernos, con coraje y convicción, a asumir el compromiso de trabajar para que la “alfabetización digital” sea un derecho y que “Un computador por niño” sea una realidad para que las nuevas generaciones puedan desplegar sus talentos y potencialidades por el bien de Chile y su gente.
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