jueves, mayo 22, 2008

BAILANDO CON LAS ESTRELLAS. Andres Rojo

Por alguna razón importante la prensa nacional le ha dedicado más espacio a la participación de Cristián De la Fuente en el programa norteamericano de bailes "Dancing with the Stars" que a la presidenta Bachelet, cuando fue nombrada por la revista Time dentro de las cien personas más influyentes del planeta, ocupando una posición innegablemente privilegiada.

Como es lógico, el caso de De la Fuente es más glamoroso, pero sin duda la posición de la Presidenta es un asunto más importante, desde cualquier perspectiva que se tome para analizar ambas situaciones pero si creemos al juicio con que los editores seleccionan las portadas y los titulares, De la Fuente interesaría más al público.

Aunque en el plano interno se pueda disentir de la importancia que se le asigna a Michelle Bachelet, no se puede dudar de la seriedad de la revista Time por lo que la conclusión lógica es que la Presidenta tiene una buena imagen internacional, aunque no se condiga con su prestigio interno que, de todos modos, es más alto que el de varios de sus colegas latinoamericanos.


El problema surge cuando las figuraciones en la prensa internacional son destacadas por ser positivas, pero disminuidas cuando son críticas, porque en ese instante se pierde la objetividad y se pasa a utilizar las menciones de la prensa como un elemento de propaganda y se les niega su valor informativo.

Las comparaciones para ser válidas tienen que ser objetivas, por lo que no se puede valorar la figuración dentro de las cien personalidades más influyentes y luego minimizar artículos que hablan del estancamiento de la economía nacional.

Hay otro aspecto, sin embargo, que llama la atención y que se refiere a la relevancia que se otorga a la prensa internacional, como si el país le hubiera quedado pequeño a la actual administración o como si la posición crítica de los medios criollos a la Concertación justificara someterlos al menosprecio y al desdén, sin tomar en cuenta la posibilidad de que representen el juicio ciudadano.


Cuando se quiere estar al nivel internacional -asumiendo que es superior al criollo- se deben aceptar las reglas del juego, y ellas incluyen que la mirada externa recoge los juicios internos, por lo que no se puede dejar de lado la perspectiva que pueda tener la prensa local.

Del mismo modo, para poder dar el salto a la categoría de personalidad de nivel mundial se debe contar con una base sólida de apoyo. De lo contrario, el prestigio se desvanece como las pompas de jabón.