lunes, noviembre 26, 2007

CONVOCATORIA...PARA ESTE VIERNES.

Camarada del Partido:
A través de la presente quisiéramos invitarle a participar de una reunión que tendrá lugar el próximo viernes 30 de noviembre, a las 18 horas, en las dependencias del ex
Congreso Nacional.
El propósito de dicha reunión es conversar y asumir compromisos que permitan sortear la crítica situación que afecta a la Democracia Cristiana, a la Concertación y al Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Por estos días hemos sido testigos de la fuerte controversia protagonizada por un grupo de parlamentarios democratacristianos contra lo resuelto por el Partido, la Concertación y el Gobierno. La mayor expresión de esta secuela de tensiones, agravios e indisciplinas, de muy larga data, ha sido el rechazo en connivencia con la derecha, de la Ley de Presupuestos
2008.
Estos hechos ocurren a escasas semanas de haber concluido el 5° Congreso Nacional del Partido, cuyas deliberaciones y resoluciones valoramos en su oportunidad. Especialmente, porque han echado luces sobre el respeto que nos debemos, el carácter de nuestra democracia interna, nuestras formas de solución de conflictos, y de cómo ser eficientes en nuestra acción común.
El 5° Congreso fue claro y explícito al ratificar lo expresado por su Comisión de Modernización,
en el sentido que «exigimos lealtad a los principios del partido, sobretodo cuando militantes
actúan en calidad de representantes políticos del partido. Exigimos ética y lealtad política y sujetamos a los militantes a estándares en su comportamiento público, sancionando su incumplimiento. Valoramos las diferencias internas, pero queremos erradicar las prácticas de fraccionalismo interno que han dividido la vida interna de nuestro partido».
El 5° Congreso fue claro y explícito al definir los procedimientos que harían imperativos
los derechos y deberes del militante. Dijo al respecto que «habrá una comisión especial formada
por el presidente del Tribunal Supremo (quien la presidirá) y por otro representante elegido por el mismo tribunal, tres integrantes elegidos por el Consejo Nacional, dos representantes de las directivas regionales, un representante de la bancada de senadores y otro por la de diputados, un representante del conjunto de alcaldes y otro por los concejales, dos integrantes que representen a la JDC elegidos por su Consejo Nacional, cuatro representantes
elegidos por la presente Comisión de Modernización Partidaria y el secretario general del PDC (quien actuará como su secretario para todos los efectos)».
Dijo, asimismo, el 5° Congreso que «esta comisión tendrá el mandato de proponer —dentro del
plazo de los próximos noventa días— los nuevos estatutos partidarios que cumplan con los criterios reflejados en este documento y especialmente… proveer de nuevos mecanismos para que los militantes y autoridades que
asumen la representación del PDC respeten las decisiones políticas debidamente adoptadas por el partido. La normativa deberá respetar el principio de máxima diversidad al interior del partido y máxima unidad hacia fuera del partido».
Sin embargo, somos concientes de que estos problemas no se originan sólo en la ausencia
de controles internos, sino que emanan de una institucionalidad perversa y antipartidos
que fomenta la fragmentación y la disolución de los lazos comunitarios. Por eso postulamos
una Nueva Constitución; la única que puede garantizar gobernabilidad, alternativismo no
traumático con sustentabilidad representativa y mayoritaria.
Creemos que las resoluciones del 5° Congreso han fijado un antes y un después en la
vida de la Democracia Cristiana, y aspiramos que lo sea en la historia política del país. Por
cierto, ellas habrán de marcar fuertemente el porvenir de la Concertación y del Gobierno. Por
ello, deberían ser vistas como precursoras del cambio político que más temprano que tarde
experimentarán todos los partidos políticos chilenos. En este mismo contexto, saludamos el
28° Congreso del Partido Socialista y hacemos votos para que las resoluciones de esta colectividad, tan arraigada y antigua como la nuestra, favorezcan el encuentro, la colaboración
y el diálogo entre las tradiciones socialcristianas y socialdemócratas.
El año 2008 está preñado de hitos significativos para el actual proceso político. En el
mes de marzo, el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet habrá cumplido la mitad de su
periodo, iniciándose, a partir de entonces, una segunda fase signada por la plasmación de
los nuevos pactos sociales. Es una ocasión propicia para renovar nuestro compromiso con la
reforma educacional, de la cual hemos sido principales impulsores —haciéndonos cargo de
la sentida demanda de la comunidad nacional—, así como de la reforma previsional, la
asignatura quizá más difícil, pero más trascendental del cuarto gobierno de la Concertación.
Junto a ellas hemos insistido, pese a la negativa de la Alianza, en una profunda reforma del
régimen político, especialmente, en el cambio del sistema binominal y en la elección directa
de los Consejos Regionales.
Es probable que los desafíos de esta etapa exijan introducir ajustes en el gabinete,
tanto para diversificar la oferta electoral de la coalición, como para potenciar la eficacia del
Ejecutivo ante el nuevo escenario inaugurado en el Parlamento.
En el mes de octubre el país concurrirá a las urnas para elegir alcaldes y concejales.
Dicha elección será la verdadera encuesta de opinión que expresará el juicio ciudadano sobre
lo realizado hasta ahora por los distintos actores de la escena política. Desde luego, porque
tratándose del único proceso que mide el peso específico de cada partido —a través de
la votación por concejales— revelará los liderazgos futuros de la coalición. Por eso, precisamente,
porque permite determinar el lugar del liderazgo colectivo, pensamos que la propuesta
del candidato de la Democracia Cristiana debe ser hecha a la coalición con posterioridad a
dicho evento edilicio. Estimamos que esta concurrencia debe ser precedida por la definición
de un mecanismo de amplia aceptación que no tensione a la coalición ni aleje al Gobierno de
su cometido.
En tal sentido, tanto la Junta Nacional de enero como la elección de mesa de abril,
deben dar señales nítidas acerca del nuevo rumbo programático que tome el Partido. Pero,
está claro que no podemos seguir así.
Le saludan en la confraternidad democratacristiana,
Renán Fuentealba Moena / Mariano Ruiz Esquide / Ricardo Hormazábal / Alejandra Miranda / María Rozas / Giovanna Flores Medina / Rodolfo Fortunatti / Ignacio Balbontín / Juan Guillermo Espinosa / Gonzalo Wielandt / Héctor Gárate / Jorge Consales / Eduardo Reyes /
Ricardo Durán.
Santiago, 23 de noviembre de 2007.