domingo, junio 10, 2007

..Los Jóvenes al modelo. Elson Borquez..1° viceJDC.

Chile es hoy otro país, que duda cabe, un país más moderno, con más acceso a infraestructura, con más servicios y con su gente que con el esfuerzo de cada día contribuye a la meta tan deseada del bicentenario. Así es como nos ven, así como nos aplauden en el mundo. Sin embargo este modelo de desarrollo económico y social, deja incalculables heridos en el camino que cruelmente son absorbidos con incentivos de desarrollo, pero que prontamente a falta de un brazo de protección o información, son presos del sobreendeudamiento y la estigmatización social del Dicom. Hoy como lo han demostrado por fin los estudios del Instituto de la Juventud, los jóvenes son presa fácil del sistema financiero que casi sin ningún tapujo penetran en Colegios, Universidades y Centros de estudios, para que cuando antes de que se tenga capacidad financiera fruto del trabajo, te quedes atrapado en el modelo financiero y literalmente vivas para pagar, pero pagar a quien? A ellos, los poderosos y las trasnacionales que se llevan la mayoría sus ganancias al exterior. Ese es el modelo para los jóvenes.
Nadie podría estar en contra del progreso y el acceso a bienes, el tema es de que forma y con que precauciones, pues es el Estado como garante del bien común el llamado “a lo menos” a advertir de los riesgos y compromisos que conlleva transar con la banca a tan corta edad cuando no se tiene la capacidad financiera adecuada. No como ocurre en la actualidad que en la total impunidad los poderosos ingresan a los recintos educativos con la venia de la autoridad producto de un acuerdo comercial, y cazan a nuestros jóvenes ofreciendo el ingreso a un mundo de beneficios, sin ningún tipo de restricción o estudio acabado de la situación futura.
El llamado es a cuidar el futuro y presente de la sociedad, que el modelo económico de crecimiento no puede penetrar de manera tan sórdida en nuestra sociedad, que no es el único criterio que debe primar en nuestras autoridades. Debe existir la preocupación por acotarlo, corregirlo o perfeccionarlo, puesto que lo principal que debe mover a nuestros lideres es contribuir a la dignidad de la persona humana y su bienestar espiritual y colectivo, y vaya que este modelo tiene una dirección totalmente opuesta con aquello.