miércoles, junio 13, 2007

Cambio de paradigma.......DANIEL VARELA M.

Cuan difícil es dar pie a un cambio cultural?
El problema de los políticos y principalmente de los pertenecientes a nuestro partido, es el hecho de que no han aprendido a orinar sentados, por el contrario, en una absurda actitud de desprecio al sentir de un pueblo quejumbroso, cansado de limpiar los baños e incluso de limpiarles los zapatos húmedos de orín, siguen orinando parados.
No creo que exista un hombre que no haya debido soportar las recriminaciones, casi al nivel de la histeria y el llanto, de madres, novias, parejas, nanas y cuanta mujer u hombre que tenga la abnegada obligación de limpiar nuestros orines esparcidos por sobre el WC., el suelo, el lavamanos, pasando por la cortina de la ducha, pantalones, e incluso, nuestros zapatos.
Nuestros antepasados, hace miles de años, optaron por la feliz y agraciada conducta de orinar parados. Un deleite levantarse a las tres de la madrugada, salir a la entrada de la caverna, mirar la inmensidad del cosmos y la belleza de las estrellas, mientras descuidadamente se evacuaba la vejiga. Fuera instintivo o no, parecía la solución lógica a un problema de todos los machos, este acto, desarrollado de tal forma (parados), evitaba los problemas del orinar sentados, así, impedía que terminásemos con las piernas y pies mojados, también permitía demarcar territorio, no perder virilidad a la vista de las féminas que se encontraban cerca o acechando, no bajar la guardia frente a posibles adversarios, abonar árboles o frutos a nuestra elección y quien sabe cuantos otros beneficios.
Con el invento de los WC., y el desuso de los urinarios (hechos adecuados a la vieja costumbre de orinar parados ) , la casi totalidad de gracias y beneficios acarreados por esta vieja costumbre se fueron al tacho de la basura. Ya no hay árboles que abonar, cielo ante el cual maravillarse, territorio que demarcar, féminas que impresionar, como tampoco enemigos que vigilar con el rabillo.
Hoy, sin urinarios, con los WC., cada día más pequeños, la única gracia que mantiene el orinar parados, es afinar puntería y, por supuesto, mantener incólume una supuesta virilidad unida a esta conducta. “las niñitas no más mean sentadas”. Bueno, sigamos así, el resultado será siempre el mismo, la taza, el piso, pantalones y zapatos mojados con nuestra orina y un pueblo delirante protestando por nuestra fea actitud.
Un cambio en las circunstancias, implica un cambio en la conducta. Un cambio en la realidad social, implica un cambio en nuestra respuesta.
Un cambio de paradigma implica nuevas respuestas, algo que nuestros representantes y nosotros mismos, no hemos sido capaces de entender.-
Así las cosas, nuestros dirigentes deben demostrar entereza moral y seguridad en su virilidad, de modo que en la cotidianeidad de su conducta, obvien esta costra cultural que les impide escuchar a un pueblo quejumbroso y darse cuenta que el mundo industrial nos ha abandonado, y por una vez, y para siempre, enfrentados al W.C, se sienten, dignamente a evacuar su vejiga, y acallar, de este modo, las quejas y reclamos de un pueblo agotado de sus siempre idénticas respuestas.