martes, febrero 27, 2007

...ESTAMOS DE VUELTA...H.BOSSELIN..."UN PRIMER MINISTRO PARA CHILE".....

Ha llegado el instante de repensar seriamente la Constitución, desde la perspectiva de la necesidad, cada vez más acuciante, de una verdadera democracia participativa, que permita contar con una jefatura de Estado que efectivamente esté más allá de los límites partidarios, para así, a su vez, consagrar o establecer un Primer Ministro que responda ante el Parlamento. Para ello, debemos abrirnos a un régimen jurídico distinto del que hemos heredado del proyecto original de la Constitución de 1980, elaborado por la comisión de estudios establecida por la junta militar que puso término a la democracia. Pero estamos convencidos de que ello sólo lo puede decidir el pueblo soberano, bien sea a través de un plebiscito o de una asamblea constituyente, para así rediseñar los órganos y funcionamiento de Estado. A mí personalmente me satisface más esta última fórmula o camino, ya que así tendríamos en la sociedad chilena un debate serio y responsable sobre los caminos a seguir.Debemos retornar a una república expresada en una constitución política pensada desde la perspectiva de la democracia, y no desde la perspectiva de quienes establecieron un régimen de fuerza a partir del 11 de septiembre del año 1973. Las nuevas generaciones tienen derecho a mirar hacia delante y no quedar detenidas en el tiempo, con construcciones jurídicas, políticas e institucionales que responden a otras épocas. No debemos castrar nuevamente el progreso del país y que se vuelva a escribir la historia de un nuevo caso de desarrollo frustrado. Tenemos la oportunidad única de dar un salto que impulse al país colectivamente a etapas superiores, incorporando inteligencia, innovación, ciencia, cultura y arte. Las correcciones, modificaciones, rectificaciones que se proponen respecto del modelo económico, social y cultural en aplicación —de corte neoliberal e individualista—, sólo serán viables si las mismas se incorporan previamente al debate político, que debe elevarse.Quienes, desde el sector privado, también nos interesamos en los problemas públicos aspiramos a que los que ocupan cargos políticos o llevan a cabo funciones públicas practiquen política con contenidos, principios y valores. Las nuevas generaciones necesitan que sus dirigentes y dirigentas y quienes postulan a líderes sean verdaderos ejemplos de virtudes republicanas y el pueblo sabrá adoptar las sabias decisiones que el país necesita.