...APORTES DE W. DIAZ..CARTA DE N.DIAZ...Y QUE DICE EL M.DEL TRABAJO...LE ESTAN HACIENDO LA PEGA...?
CARTA ABIERTA AL SEÑOR MINISTRO DE HACIENDA DE CHILE
SI VAMOS A HABLAR DEL “MODELO DANES”, HAGAMOSLO EN SERIO
SR.
ANDRES VELASCO BRAÑES
MINISTRO DE HACIENDA
REPUBLICA DE CHILE
Estimado Sr. Ministro:
Hace algún tiempo eran los tigres asiáticos, Irlanda o la India los modelos de desarrollo que algunos altos funcionarios de gobierno y empresarios miraban como la solución para los problemas de Chile. Esta búsqueda de paradigmas no se ha detenido. Hoy, en momentos de bajo crecimiento, la mirada se ha centrado en un pequeño y frío país ubicado en el extremo norte del planeta: Dinamarca. Se ha señalado con entusiasmo que una de las grandes razones del éxito económico danés se debe a la flexibilidad de su mercado laboral, en que a los empresarios les resulta muy económico contratar y despedir trabajadores. Y que si, aquí en Chile, seguimos este camino, retomaremos la senda del crecimiento de la que llevamos alejados hace ya un par de años. Si vamos a hablar de aplicar modelos de desarrollo, comencemos reconociendo que Chile y Dinamarca son países muy distintos. Veamos sólo algunas diferencias:
La población de Dinamarca es cerca de un tercio de la chilena y su fuerza de trabajo la mitad que la nuestra. El PIB per cápita danés es de US$ 28.000, el chileno es de US$ 5.000. La carga fiscal danesa es de cerca del 50%. En Chile no supera el 20%, en su mayoría impuestos no regresivos como el IVA. Gracias a esta política impositiva, en Dinamarca la salud, la educación y la seguridad son gratis para toda la población. En Chile, quien tiene para pagar puede acceder a mejores prestaciones. Los trabajadores daneses tienen una jornada de 37 horas semanales y 5 a 6 semanas de vacaciones al año. En Chile, se trabajan 45 horas a la semana legalmente y se otorgan 3 semanas de vacaciones para quienes tienen contrato indefinido. En Dinamarca, se le da gran importancia a la capacitación y la certificación de competencias laborales. En Chile, el 75% de la fuerza laboral no ha completado la Enseñanza Media y sólo el 10% ha recibido capacitación. El Seguro de Cesantía danés tiene una tasa de reemplazo de cerca del 80% de la renta del trabajador y dura hasta 4 años, con amplias políticas de reinserción laboral financiadas por el Estado. En Chile, el Seguro de Cesantía tiene baja cobertura y apenas alcanza a cubrir necesidades mínimas por un corto tiempo. En Dinamarca cerca del 80% de los trabajadores están sindicalizados y realizan negociación colectiva sectorial. En Chile, tasa de sindicalización apenas supera el 11% y la negociación colectiva está fuertemente restringida, por lo que no supera el 8%. Estas grandes diferencias tienen mucho que ver con concepciones de sociedad muy distintas. En Dinamarca existe un amplio consenso social para mantener altos estándares de protección social como una forma de entregar movilidad a la empresa en un marco de seguridad y resguardo del empleo y de las condiciones laborales. Como vemos, nadie puede pensar seriamente en tomar una parte de su modelo de desarrollo y aplicarlo mecánicamente en Chile para obtener resultados económicos similares. Por ello, si vamos a hablar seriamente de aplicar el “modelo danés“, en Chile partamos por tres acuerdos básicos: Primero, el Estado debe garantizar la salud, la educación de calidad y la protección social gratuitamente a todos los chilenos. Segundo, si en Dinamarca sólo para cobertura del Seguro de Cesantía y Programas Laborales se gasta el 5% del PIB, es claro que debemos elevar la significativamente la carga impositiva a las empresas y subir los impuestos al quintil más rico de la población, para afrontar este gasto social. Tercero, legislemos para ampliar el derecho a la negociación colectiva y resguardar el derecho a sindicalización. Si concordamos con establecer en nuestro país esta base de protección social, podremos creer que quienes hablan con tanto entusiasmo del “modelo danés”, lo hace seriamente y no es un ejemplo más del discurso ideológico y carente de propuestas reales que cada cierto tiempo se lanzan a la ciudadanía.
CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL. CENTRAL UNITARIA DE TRABAJDORES DE CHILE
ARTURO MARTINEZ MOLINA
PRESIDENTE NACIONAL
CENTRAL UNITARIA DE TRABAJDORES DE CHILE
Santiago, 30 de Noviembre 2006
SI VAMOS A HABLAR DEL “MODELO DANES”, HAGAMOSLO EN SERIO
SR.
ANDRES VELASCO BRAÑES
MINISTRO DE HACIENDA
REPUBLICA DE CHILE
Estimado Sr. Ministro:
Hace algún tiempo eran los tigres asiáticos, Irlanda o la India los modelos de desarrollo que algunos altos funcionarios de gobierno y empresarios miraban como la solución para los problemas de Chile. Esta búsqueda de paradigmas no se ha detenido. Hoy, en momentos de bajo crecimiento, la mirada se ha centrado en un pequeño y frío país ubicado en el extremo norte del planeta: Dinamarca. Se ha señalado con entusiasmo que una de las grandes razones del éxito económico danés se debe a la flexibilidad de su mercado laboral, en que a los empresarios les resulta muy económico contratar y despedir trabajadores. Y que si, aquí en Chile, seguimos este camino, retomaremos la senda del crecimiento de la que llevamos alejados hace ya un par de años. Si vamos a hablar de aplicar modelos de desarrollo, comencemos reconociendo que Chile y Dinamarca son países muy distintos. Veamos sólo algunas diferencias:
La población de Dinamarca es cerca de un tercio de la chilena y su fuerza de trabajo la mitad que la nuestra. El PIB per cápita danés es de US$ 28.000, el chileno es de US$ 5.000. La carga fiscal danesa es de cerca del 50%. En Chile no supera el 20%, en su mayoría impuestos no regresivos como el IVA. Gracias a esta política impositiva, en Dinamarca la salud, la educación y la seguridad son gratis para toda la población. En Chile, quien tiene para pagar puede acceder a mejores prestaciones. Los trabajadores daneses tienen una jornada de 37 horas semanales y 5 a 6 semanas de vacaciones al año. En Chile, se trabajan 45 horas a la semana legalmente y se otorgan 3 semanas de vacaciones para quienes tienen contrato indefinido. En Dinamarca, se le da gran importancia a la capacitación y la certificación de competencias laborales. En Chile, el 75% de la fuerza laboral no ha completado la Enseñanza Media y sólo el 10% ha recibido capacitación. El Seguro de Cesantía danés tiene una tasa de reemplazo de cerca del 80% de la renta del trabajador y dura hasta 4 años, con amplias políticas de reinserción laboral financiadas por el Estado. En Chile, el Seguro de Cesantía tiene baja cobertura y apenas alcanza a cubrir necesidades mínimas por un corto tiempo. En Dinamarca cerca del 80% de los trabajadores están sindicalizados y realizan negociación colectiva sectorial. En Chile, tasa de sindicalización apenas supera el 11% y la negociación colectiva está fuertemente restringida, por lo que no supera el 8%. Estas grandes diferencias tienen mucho que ver con concepciones de sociedad muy distintas. En Dinamarca existe un amplio consenso social para mantener altos estándares de protección social como una forma de entregar movilidad a la empresa en un marco de seguridad y resguardo del empleo y de las condiciones laborales. Como vemos, nadie puede pensar seriamente en tomar una parte de su modelo de desarrollo y aplicarlo mecánicamente en Chile para obtener resultados económicos similares. Por ello, si vamos a hablar seriamente de aplicar el “modelo danés“, en Chile partamos por tres acuerdos básicos: Primero, el Estado debe garantizar la salud, la educación de calidad y la protección social gratuitamente a todos los chilenos. Segundo, si en Dinamarca sólo para cobertura del Seguro de Cesantía y Programas Laborales se gasta el 5% del PIB, es claro que debemos elevar la significativamente la carga impositiva a las empresas y subir los impuestos al quintil más rico de la población, para afrontar este gasto social. Tercero, legislemos para ampliar el derecho a la negociación colectiva y resguardar el derecho a sindicalización. Si concordamos con establecer en nuestro país esta base de protección social, podremos creer que quienes hablan con tanto entusiasmo del “modelo danés”, lo hace seriamente y no es un ejemplo más del discurso ideológico y carente de propuestas reales que cada cierto tiempo se lanzan a la ciudadanía.
CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL. CENTRAL UNITARIA DE TRABAJDORES DE CHILE
ARTURO MARTINEZ MOLINA
PRESIDENTE NACIONAL
CENTRAL UNITARIA DE TRABAJDORES DE CHILE
Santiago, 30 de Noviembre 2006
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